Empresa
PorEsto 2010-01-11
Alberto Barranco Chavarría
*
*Burbuja sin fin
*Saltillo la hizo
Decretado el 2010 por el presidente Felipe Calderón como el año de la recuperación económica del país, lo cierto es que los analistas ubican una serie de asegunes entre el dicho y el hecho, dada la endeble estrategia instrumentada por el gobierno para enfrentar la crisis.
De entrada, no hay certeza total de que Estados Unidos logre alcanzar el 2.5 por ciento de crecimiento esperado, pese a que se trata del país que le apostó más fuerte a la recuperación.
Estamos hablando de inyecciones de recursos a la economía, vía baja de impuestos y tarifas y servicios públicos, o de plano subsidios directos, durante 24 meses, al punto de casi agotar la faltriquera.
De hecho, se calcula que la pólvora alcanza para sólo seis meses más.
De no ocurrir el milagro del despegue, naturalmente, la carambola será trágica para México: Menos ventas, menos inversiones, menos migración, más regreso de compatriotas…
Por lo pronto, las señales hablan de una recuperación lenta, frágil y dolorosa para el país.
En el primer caso, la perspectiva más optimista habla de un crecimiento de sólo tres por ciento, lo que parece raquítico dada la base desde la cual se parte, es decir una caída de siete por ciento.
En 1996, tras el trágico año previo en que la economía cayó en cifras similares como efecto de la macrodevaluación de la moneda, el país logró crecer en cinco por ciento, apuntalado por un inaudito crecimiento en el potencial exportador, justo por la nueva paridad.
Ahora que la expectativa, apuntalada por cimientos de chicle, dado lo dispar e inconexo de las medidas anticíclicas planteadas, podría derrumbarse ante cualquier imprevisto, por ejemplo el que las calificadoras de deuda continúen degradando la calidad crediticia del país, alguna catástrofe, o una fuga de divisas mayor de la de suyo abultadísima del año pasado.
Adicionalmente, el país no resistiría una baja brusca en el precio internacional del petróleo, dada la brutal importación de gasolinas y petrolíferos en general, o una baja abrupta en la cotización peso-dólar, dada la certeza de un timón quebrado.
De hecho, la credibilidad del gobierno tras el absurdo catarrito vaticinado por el ex secretario de Hacienda, Agustín Carstens, flamante gobernador del Banco de México, está en su punto más bajo.
La puntilla, a manera de balazo en el pie, se la dio el actual secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, en su apuesta fallida de cargarle a la inflación de diciembre los dos aumentos en el precio de las gasolinas y el diesel que se dieron el 26 y 28 del propio mes.
Lo correcto en tal caso, digo de cara a la “estrategia”, habría sido lanzar la gasolina al fuego en lo primeros días de diciembre.
La novatada fue de antología.
El problema, naturalmente, es que sin descargar el peso del incendio que le dio pauta a la reetiquetación en el precio de todas las mercancías en la tasa del año es que se fue, la factura llegó con cargo a la credibilidad del propio presidente Felipe Calderón, quien había decretado congelar los aumentos durante todo el 2009.
Pregunte usted cuántos mexicanos creyeron a las promesas vertidas por el Ejecutivo en su mensaje de año nuevo.
Ahora que un ingrediente más a la desconfianza generalizada de la población lo constituirá la frustración que sobrevendrá al no recuperarse los empleos perdidos durante el 2009.
Aún alcanzándose el tres por ciento de crecimiento en el país, la creación de nuevas plazas sólo permitirá cobijar a la demanda generada por el crecimiento de la población en edad productiva.
El rezago, pues, se mantendrá intacto.
Se diría, así, que las posibilidades de recuperación económica están más en manos de los astros que en la capacidad de las autoridades.
Lenta, frágil y dolorosa.
Balance General
Colocada, en la cumbre del absurdo, en tela de duda la posibilidad de iniciar este año los trabajos de construcción de una nueva refinería en la zona de Tula, Hidalgo, Petróleos Mexicanos cerró el año pasado con una facturación por compras de gasolinas del exterior superior a nueve mil millones de dólares.
Y aunque el mayor volumen sigue llegando de Estados Unidos, concretamente el 62 por ciento, hete aquí son ya 21 los países que están en la canasta de compras de la paraestatal.
En la paradoja, la mayoría de ellos no son grandes productores de petróleo como México. Estamos hablando, por ejemplo, de Taiwán, Singapur, Japón o Francia.
De cada 10 automóviles que circulan en el país, cuatro se alimentan de gasolina comprada en el exterior.
Saltillo se reestructura
Colocado en situación de bancarrota en el último trimestre del 2008, al agravarse su situación financiera por fallidas operaciones de derivados, hete aquí que el Grupo Industrial Saltillo logró hace unos días consolidar una ventajosa reestructura de su deuda, que le permitirá operar con normalidad.
El milagro lo logró una compleja combinación de canje de acciones, emisión de bonos de deuda y cambio de débitos viejos por nuevos.
Cuerda floja
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Defensa de Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), son ya 6.7 los millones de mexicanos en problemas para el pago de su tarjeta de crédito.
La cifra representa casi la cuarta parte de los 36 millones de tenedores de dinero de plástico bancario.
La catarata podría desembocar en un alud, dada la triste situación de los morosos ante el desempleo, la caída del poder adquisitivo y la falta de voluntad de los bancos para aceptar reestructuras.
Al estilo mexicano
Colocada de espaldas a la pared ante la presión de la sociedad hondureña por los graves daños provocados al entorno ecológico de la Bahía de Omoa, con la colocación de colosales cilindros para almacenar gas LP, la empresa Gas del Caribe, propiedad de los empresarios mexicanos Tomás y Enrique Zaragoza, está utilizando la estrategia “a la mexicana” para evitar el desalojo.
A contrapelo de la condena a varios de sus ejecutivos por recurrir a los sobornos, la firma está presionando por todos los medios al ministro de Recursos Naturales y del Ambiente, Valerio Gutiérrez, y al viceministro, Norman Ochoa.
Más aún, desde El Salvador ha lanzado una campaña de ataques contra el gobierno del país centroamericano, acusándolo de ahuyentar a los inversionistas extranjeros.
Por lo pronto, en previsión de que se pasen por alto las advertencias de la Procuradora General de la República, Rosa América Miranda, de desalojar las esferas con la fuerza pública, los grupos ecologistas están recurriendo a la Comisión Internacional de Derechos Humanos.
A lo chino
Curioso que mientras la Cámara de Diputados discute una iniciativa de ley para prohibir a los bancos que se cobren “a lo chino” deudas derivadas del uso de tarjetas de crédito, vía los depósitos bancarios de nómina, el propio órgano legislativo haya autorizado a la Secretaría de Hacienda para actuar al revés.
Estamos hablando de la posibilidad de congelar, o en su caso de plano, incautar cuentas bancarias de las personas físicas o morales que tengan fincados créditos fiscales por omisiones en el pago de tributos.
La posibilidad la abrió una serie de reformas al Código Fiscal de la Federación.
albertobach@yahoo.com.mx;barrancoalberto@prodigy.net.mx