viernes, 26 de febrero de 2010

Acotan privilegios

Los Grandes Días 
Manuel Mejido Organización Editorial Mexicana 25 de febrero de 2010
Acotan privilegios

* Cuando Los Pinos abandonaron a "Germancito" la ley se cumplió

* La protección a legisladores sólo servirá cuando ostenten el cargo

* El fuero no debe ser campo fértil para la impunidad: Manlio Fabio
El 31 mayo de 2006, Germán Martínez Cázares además de ser diputado, representaba al Partido Acción Nacional en el Instituto Federal Electoral.

Durante esos días, la maquinaria foxista, para continuar en el poder, utilizó las más bajas estrategias para desacreditar al adversario sin darse cuenta que, como afirma el refrán estadunidense, "when the shit hit the fan" (cuando la porquería golpea el ventilador) todos se salpican.

La suciedad también la aventó Martínez Cázares en una sesión del IFE. "Germancito" responsabilizó, sin pruebas de por medio, a Manuel Bartlett del fraude electoral de 1988 contra Cuauhtémoc Cárdenas y del asesinato del periodista Manuel Buendía, ocurrido el 30 de mayo de 1984.

Bartlett Díaz, hombre de leyes e hijo del magistrado Manuel Bartlett Bautista, preparó la acusación por difamación en contra del panista y la presentó tres días antes de la elección del 2 julio de 2006, ante el Juzgado Décimo de lo civil en la Ciudad de México.

Las autoridades trataron de localizar a Martínez Cázares para notificarle de la demanda en su contra, pero resultó que ninguna autoridad o empresa tenía registro para su localización. No apareció su nombre en el padrón del IFE, en las cuentas de Teléfonos de México ni en los usuarios de la Compañía de Luz.

Como funcionario de la administración calderonista, donde ocupó la Secretaría de la Función Pública, del 1 de diciembre de 2006 al 27 de septiembre de 2007, "Germancito" consiguió que el juicio en el tribunal civil se alargara hasta que la acusación se declaró improcedente porque, según el juez civil, cuando el panista acusó al exsecretario de Gobernación priísta gozaba de fuero por ser diputado.

Bartlett Díaz decidió presentar una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación por considerar que el fuero de los legisladores no debería servir para "calumniar, ofender, agredir ni difamar impunemente".

Pasaron casi cuatro años desde que se inició el litigio. Manuel Bartlett se reconcilió con Cárdenas Solórzano y marcharon en contra de la intención panista de privatizar los energéticos, renunció al PRI y ahora aparece en actos organizados por el PRD y por grupos críticos al sistema.

"Germancito" dejó la Secretaría de la Función Pública para dirigir al PAN, cargo al que también renunció en medio del escándalo tras su rotundo fracaso en el proceso intermedio de 2009. Dejó de pertenecer al primer círculo del Presidente y ya no es protegido de Los Pinos, aparentemente.

El pasado lunes, los magistrados de la Suprema Corte decidieron eliminar y acotar las expresiones verbales de los diputados y senadores al resolver que "su opinión no estará protegida por la inmunidad parlamentaria, cuando la emita fuera de su labor legislativa".

El artículo 61 de la Constitución establece que: "los diputados y senadores son inviolables por las opiniones que manifiesten en el desempeño de sus cargos y jamás podrán ser reconvenidos por ellas". Por lo cual, el ministro Arturo Zaldívar señaló que lo expresado por Martínez Cázares estuvo fuera de sus funciones legislativas y el tribunal civil deberá corregir su fallo para que el bocón panista sea procesado.

En San Lázaro, el priísta Omar Fayad confió que con la interpretación de los magistrados sobre el fuero no se viole la ley y se castigue a quienes, arbitrariamente, toman tribunas o abusan de su impunidad para escandalizar en la vía pública o evadir la justicia.

Para los panistas quedaron graves vacíos legales en la sentencia de la Suprema Corte porque no garantiza la libertad de expresión de diputados y senadores fuera de los recintos parlamentarios. La ley es clara. Si un legislador acude a un acto público fuera de San Lázaro o Xicoténcatl como representante del Congreso o en cumplimiento con sus funciones, entonces la ley lo protege.

"Germancito" no realizaba ningún trabajo legislativo cuando acusó a Bartlett de asesino y responsable del fraude electoral. Era representante del PAN ante el IFE.

También el martes pasado, pero en el Senado, Manlio Fabio Beltrones presentó a discusión del pleno los 15 puntos que integran la reforma política priísta. En el décimo primer apartado propone la modificación del fuero constitucional para convertirlo en "un ejercicio más de rendición de cuentas y no un campo fértil para el abuso de autoridad", por lo cual serían los magistrados de la Suprema Corte de Justicia quienes decidieran "si existen elementos o no para abrir proceso penal contra una persona que tiene fuero".

Aunque tarde, la justicia se cumplió. De ahora en adelante, diputados, senadores, alcaldes y gobernadores que gozaban de los enormes privilegios que les garantizaba el fuero deberán modificar su comportamiento. Sólo falta acotar el presidencialismo que también causa graves daños a la vida política mexicana y en Los Pinos, los presidentes viven, prácticamente, fuera de la ley, protegidos por una confortable impunidad. Pero para que eso ocurra todavía faltan muchos sexenios.

mejido@elsoldemexico.com.mx

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