sábado, 13 de marzo de 2010

A la huelga

Alberto Híjar PorEsto 12 Marzo 2010

Es poco probable que la asamblea del SME atienda el llamado del Taller de Construcción del Socialismo a darle a su movimiento la dimensión histórica y cultural que rebasa los límites de un conflicto laboral por lo que hemos de ser los críticos quienes impulsemos la urgencia de intervenir en la construcción de la hegemonía política. Sólo hay que ver al Secretario del Trabajo enfurecido y violento amenazar y acusar a los trabajadores de subversivos como si el empresariado y los gerentes administrativos ocupantes del gobierno estuvieran marcados para salvar a la humanidad de forajidos que salen a las calles a insultarlos. Tras el rostro enérgico de Calderón aplaudiendo a los marines se siente el mismo sentido amenazante y sólo hay que repasar a los muy serios elegidos como primeras filas de atentos escuchas, para asumir su implacable decisión de vencer a los trabajadores sin más recursos que las marchas, los plantones y sobre todo sus estructuras organizativas democráticas enteramente ignoradas por los medios afanados en promocionar la miseria de los partidos políticos y el parlamento a la par del México de caramelo, tules, fieras apaciguadas en cámara lenta entre paisajes de fantasía y con rápidas tomas de rostros y pies indígenas para no competir con las anoréxicas que se mueven despacito y muy serias entre ayes y gemidos eróticos para asombro fingido de quienes sabemos que todo eso es falso, tanto como los escenarios de Televisa o TV Azteca.
O son ellos o somos nosotros, proclama la Asamblea Nacional de la Resistencia Popular y ante esto el TACOSO reivindica los años de la escuela de danza de Magda Montoya y el taller de teatro de Seki Sano en el SME en el edificio emblemático del SME construido por Enrique Yáñez, dirigente de Arquitectos Socialistas con la señal proletaria internacionalista del mural Retrato de la Burguesía realizado por un colectivo de combatientes y artistas solidarios con la República Española, con el mismo sentido histórico que motivó en 1956 la publicación por el SME y la discusión del testimonio de Esteban Baca Calderón sobre la Huelga de Cananea de 1906 como parte de la reflexión crítica constante impulsada por la Revista Lux, el impulso a la medicina del trabajo con la guía del doctor Jorge R. Fernández Osorio y otras publicaciones como el libro de Carlos Montemayor sobre la expropiación petrolera.
A base de redundancias se impone el México escenográfico a la par de las conmemoraciones centenarias tan absurdas como el desfile de modas al pie del Monumento a los Niños Héroes el domingo 7 o las torpes disquisiciones de los elegidos voceros del Estado en aburridas mesas redondas y cápsulas triviales. De la historia nada queda sino la exaltación del Estado como garante de independencia y revolución contradicha por el cotidiano flujo de porquerías partidistas, parlamentarias y jurídicas. Apenas con efímeras protestas fuertes logra romperse la rutina noticiosa del Estado que pese a todas las evidencias, marcha según los decires de los contrainformadores que, sin embargo, muestran a las cinco mujeres desnudas, cuatro encapuchadas, que frente al solemne presidium de los diputados denunciaron las impunidades al uso represivo del Estado corrupto justo el Día Internacional de la Mujer. Todo esto es histórico, es cultural.
De aquí que la convocatoria a huelga política nacional el 16 de marzo, cuando se cumpla al medio día el plazo del contrato colectivo de trabajo del SME, agrupe ya a mineros, los agraviados de Cananea en especial, estudiantes, los de las universidades públicas en crisis por los recortes a sus presupuestos, los trabajadores de la educación pública en garras de un sindicato usado como sicario electoral y hasta por damnificados de inundaciones y desperfectos eléctricos sin reparar que han cerrado carreteras, enfrentado gobernadores y en algunos casos, tomado en sus propias capacidades el acuerdo para que los compañeros del SME se hagan cargo del servicio del que han sido expulsados ilegalmente. Un sentido proletario alienta en estas movilizaciones y alcanza hasta la Federación Sindical mundial y la AFL-CIO norteamericana para solidarizarse con los trabajadores violentados por el Estado. Claro se tiene el internacionalismo de esta resistencia histórica contra la reducción del mundo y su humanidad a los intereses de los grandes consorcios que han llevado la vida hasta la precariedad extrema que tiene al planeta y a todos en peligro de extinción. Contra esta reducción de la historia a muerte anunciada y la cultura del terror que ha implantado, está la esperanza de vida de los trabajadores organizados y dispuestos a ir más allá de la resistencia para pasar a la ofensiva constructora del ejercicio de sus derechos plenos que exigen suprimir el poder de los defensores de la ganancia máxima a toda costa. El recurso supremo de la huelga es necesario y justo porque ha de probar el poder de los trabajadores frente al del Estado represor de toda noticia sobre los preparativos para el 16 de marzo y en espera de cualquier pretexto provocador para mostrar frente a cámaras y micrófonos la barbarie improbable de los trabajadores en lucha. Quienes apoyamos la huelga política nacional sabemos que tenemos que agotar todos los recursos legales ciudadanos ante el silencio de los noticieros y lo que es peor, de los gobiernos americanos progresistas y antiimperialistas que no se atreven a tocar al Estado mexicano ni con el pétalo de una sola denuncia de sus mil tropelías. Ni modo, por esto tenemos que reunir toda nuestra fuerza histórica y cultural organizada.

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