viernes, 19 de febrero de 2010

El negociador

El negociador
SERGIO SARMIENTO a.m.com.mx 18 Febrero 2010

La política es el arte de conciliar diferencias. Todos tenemos ideologías e intereses distintos, pero no podemos darnos el lujo de vivir en una sociedad paralizada. Por eso, porque debemos tomar decisiones de común acuerdo, necesitamos la política.
No me preocupa que el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, haya negociado con los partidos políticos o con el PRI en particular. Me inquietaría, de hecho, que no lo hiciera. La función del secretario debe ser precisamente la de lograr acuerdos con las distintas fuerzas políticas del País.

Quizá lo que habría que cuestionarle al secretario es haber ofrecido lo que no podía cumplir. Gómez Mont prometió a los líderes del PRI que el PAN no aceptaría alianzas electorales con el PRD a cambio de que el PRI aprobara las alzas de impuestos propuestas por el Presidente el año pasado. El problema es que él no podía hablar a nombre del PAN.
Al parecer el secretario sí hizo promesas en representación del PAN. El coordinador de los diputados del PRI, Francisco Rojas, señaló este 16 de febrero que Gómez Mont se comprometió a evitar las alianzas entre el PAN y el PRD a cambio de la aprobación priísta del aumento de impuestos. También el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, lo aceptó el 11 de febrero: “Fue un acuerdo general (...) que se tomó entre los partidos”. En contraste, el coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, negó el 11 de febrero que hubiera existido un acuerdo: “Con el grupo parlamentario del PRI en el Senado nunca hubo una negociación de esa naturaleza, ni hubiéramos permitido que eso sucediera”.
Gómez Mont acudió a la reunión del comité ejecutivo nacional panista del 9 de febrero para tratar de convencer a sus correligionarios de no aceptar la alianza con el PRD en Oaxaca. Sus argumentos, sin embargo, no persuadieron al resto de los participantes. Y no sorprende. El propio César Nava, presidente nacional del PAN, había sido la fuerza visible detrás de las alianzas con el PRD.
Hay buenas razones para pensar, sin embargo, que el verdadero arquitecto de la política de alianzas se encontraba en Los Pinos. No es lógico que Nava se hubiera lanzado a una estrategia tan riesgosa para el Gobierno sin una instrucción o cuando menos el visto bueno del Presidente. ¿Por qué no detuvo entonces Calderón a su propio secretario de Gobernación cuando éste ofreció al PRI parar las alianzas? Gómez Mont ha señalado que, si bien mantuvo al tanto a Nava del detalle de las negociaciones, no le informó al Presidente sino hasta enero de 2010.
Las razones de la renuncia al PAN que Gómez Mont no quiso aclarar en su carta del 10 de febrero son hoy muy claras. Acción Nacional asumió una política de alianzas con el PRD que el secretario de Gobernación objetaba por principio. Pero además esas alianzas dejaron en entredicho la capacidad del secretario de cumplir su palabra empeñada en las negociaciones. Quizá el problema es que la diferencia no fue con César Nava sino con el propio presidente Calderón.
¿Qué utilidad podrá tener el secretario como negociador a partir de ahora? Es difícil saberlo. Por lo pronto el Presidente tomó la decisión de respaldar públicamente a su secretario este 16 de febrero: “Es un interlocutor válido”, señaló en un comunicado. Pero si el PRI, el PAN y el PRD desconocen a Gómez Mont, será muy difícil que él pueda ser el negociador que el Gobierno necesita hasta el fin del sexenio.
pUNIDAD SIN UNIDAD
Este 23 y 24 de febrero México será sede, en Cancún, de una Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe. Pero es una “unidad” con discriminaciones. El presidente Porfirio Lobo, de Honduras, electo democráticamente, no ha sido invitado. En cambio el venezolano Hugo Chávez, cada vez más autocrático, sí lo ha sido... pero se deja querer. Por lo pronto Chávez no ha informado si aceptará venir a Cancún.
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