martes, 23 de febrero de 2010

“Alianzas partidistas” Vs. Ciudadanos sin partido

“Alianzas partidistas” Vs. Ciudadanos sin partido
Ricardo Andrade Jardí PorEsto 21 Febrero 2010

Y mientras el PRD, que hace mucho dejó de ser izquierda, si es que alguna vez lo fue, cava su tumba definitiva y con ella la del registro electoral de lo que alguna vez fue el Partido Comunista Mexicano, que son los verdaderos perdedores de esta historia, pues los ex-priístas de ese partido mañana serán panistas y pasado mañana volverán a ser priístas, para luego ser del PT o de Convergencia, o a lo que mejor se acomode a su parásita ambición, que poco tiene que ver ya con la lucha por el poder y menos aún con la verdadera construcción de un mundo más justo, con sus políticas de alianzas, que por alguna razón ellos, los perredistas, suponen les traerá beneficios particulares, pues es evidente para el sentido común, que estas alianzas con la derecha fascista que ha sacado al Ejército a las calles y destruido lo poco o casi nada que desde Miguel de la Madrid y hasta Fox nos quedaba.
Es obvio que el usurpador impuesto también en el PRD, cumple con su parte del trato, presumiblemente en dejar a los ingenuos del Movimiento de Resistencia Civil Pacífica, que aún creen que el cambio en este país será por la vía de las urnas, aunque ya para este momento sea también claro que no cuentan con un partido político comprometido con ese cambio, sino con estructuras puramente corruptas que están detrás de las limosnas que las oligarquías les reparten para que en México todo siga siendo en beneficio de las 100 familias que en realidad desgobiernan este país y controlados por órganos corruptos como el IFE y el TRIFE.

Nos encontramos a la mitad del primer trimestre de nuestro mítico año 2010, y parece ser el tiempo justo para que todas las fuerzas con base social y en busca de un significativo cambio, hacia la construcción de una sociedad justa, digna, humana, igualitaria y ambientalmente responsable, comprendan que la estructura de partidos, no es ya un camino certero.
La organización civil debe dar la pelea en fomentar subjetividades participativas que abran espacios de opinión y de presión diversos, que cambien la correlación de fuerzas, un cambio de conciencia que nos despoje del opresivo imaginario de que los partidos políticos son la única posibilidad de cambio; cuando en todo caso son la continuidad de que seguirán las cosas tal como son. Estamos ante las últimas oportunidades de que la organización social, cambie las formas de la política y otorgue a la ciudadanía la facultad irrenunciable de la toma de decisiones. Es en ese cambio cualitativo, que aún puede ser de manera “pacífica”, que las fuerzas reaccionarias y conservadoras utilizarán toda la violencia posible para detener ese cambio.
En Honduras, intentar el cambio le costó nuevamente un golpe militar, que hoy coloca al país Centroamericano 40 años atrás. Pero las condiciones de México, hoy, no nos separan mucho de Honduras, si seguimos engañándonos con la idea de que el cambio será por la vía electoral, seguiremos transitando a esa especie de dictadura “parlamentaria” que ya somos y donde la pandilla legislativa, sin importar sus siglas, pues son la misma cosa, seguirá entregando la soberanía del país a la rapiña del mercado internacional, que sólo los que se engañan pueden afirmar que tenga un beneficio para el país. El imaginario de las direcciones partidistas corrompido hasta la médula, confunde bienestar social con bienestar individual y es ahí donde el movimiento social debe tener su mayor injerencia, construir los espacio ciudadanos donde la toma de decisiones que afectan la vida del país no puedan seguir siendo de un puñado de “representantes”, muchos de ellos con la facultad de decidir sobre el futuro de nuestras vidas, sin haber sido electos votados por nadie.
Es tiempo de que los movimientos de resistencia civil transformen su estar por un accionar más activo, por un desconocimiento de toda toma de decisión que no sea el resultado previo de un acuerdo ciudadano, no es una tarea fácil, pero se trata inequívocamente de ellos o nosotros. Se trata de no permitir, por ejemplo, que los concesionarios del transporte público sigan con sus chantajes de que no les alcanza el negocio, el que por otro lado no están obligados a prestar; se trata de que todos comprendamos que cada vez que un estudiante no puede llegar a su centro educativo, por el elevado costo del pasaje, los gobiernos en turno están incumpliendo con un mandato constitucional y un derecho humano a la educación, se trata de hacerle ver a los partidos electorales, que Xóchilt Gálvez en Hidalgo, es lo mismo que Fox, en Los Pinos.

El Despertar Ciudadano está en marcha, cambiemos nuestra subjetividad opresiva de representación, por una resistencia ciudadana de participación, si los políticos nos ignoran, construyamos una nación sin ellos, demos a las generaciones futuras la oportunidad de comprender que nuestros derechos no se negocian y que los caminos de cambio pueden ser muchos, pero sobre todo participativos.

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