martes, 23 de febrero de 2010

Insulza será reelecto

Insulza será reelecto
Danilo Arbilla El Universal 22 de febrero de 2010

Pese a lo informado y opinado por The Washington Post, hay elementos suficientes para prever la reelección de José Miguel Insulza en la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Es indiscutible, sí, que en su gestión no ha defendido como debiera la democracia y que ha sido una especie de auxiliar de los gobiernos afiliados al neoprogresismo populista y autoritario, y que la instituciones democrático–republicanas, los derechos individuales y en especial la libertad de expresión se han deteriorado seriamente en la región.
¿Y qué? Por eso es que el ex ministro chileno encaja perfectamente en la organización interamericana. ¿Cuándo la OEA, a lo largo de su historia, ha efectivamente servido para defender la democracia? Ha sido inoperante, ha estado ausente y, salvo alguna excepción, sólo ha sido el instrumento para “legitimar” los mayores atentados contra la democracia, cometidos otrora por Estados Unidos y sus “hijos” y “socios delegados” en América Latina, y ahora por el “eje progresista” antiestadounidense que venera la dictadura castrista, lidera públicamente Hugo Chávez y respalda Brasil, con Lula al frente, en aplicación de la política del momento de Itamarati y sus FFAA — de la misma manera que en el pasado respaldaban la política de la secretaría de Estado.
Hay quienes afirman, en función de los hechos, que es el candidato de Chávez y sus adláteres del Alba (Fidel, Evo Morales, Correa, Ortega). Pero al mismo tiempo trascendió que el Alba podría tener un candidato propio. Esto no parece muy creíble, pero con el comandante bolivariano nada es imposible; además, no es agradecido. Puede también que sólo se trate de una maniobra táctica: sabido es que hoy por hoy el apoyo de Chávez quema, es algo así como “el beso de Judas”. El comandante venezolano es una especie de rey Midas, pero al revés.
Veremos el 24 de marzo quién lo vota y en función de ello “te diré quién eres”. Mientras tanto, Insulza se moviliza para conseguir los votos, como no lo ha hecho hasta ahora por ninguna otra razón. Ni en su campaña en pro de la continuidad de Manuel Zelaya en el poder en Honduras se agitó tanto. Pensar que si parte de ese esfuerzo lo hubiera puesto en favor de la libertad de prensa en la región, aun ligándose algunos insultos más, otro sería el cantar y otra su imagen y sin duda lo del Post no hubiera tenido fundamento o el editorial ni se habría escrito.
Lo que llama un poco la atención es el respaldo que le dio el presidente electo de Chile, Sebastián Piñera. Insulza es chileno y el “sentimiento patriótico” pesa en todos lados —y en Chile bastante— y quizás eso debe haber incidido en la decisión del futuro mandatario. En fin, se sabe que hay muchos corrientes que no le perdonan a Piñera que haya desplazado a la izquierda del gobierno chileno, y que en ningún momento al citarlo dejan de resaltar su condición de “ultraderechista” y multimillonario.
Se olvidan de remarcar, eso sí, que se opuso Pinochet y que su fortuna no la hizo en la Presidencia, como la han hecho o acrecentado desorbitadamente otros gobernantes, y sus amigos y familiares, de la región.
Quizás sienta que debe pagar algún peaje y afiliarse a lo políticamente correcto. Pero de ahí a que la gestión de Insulza en la OEA sea motivo de “satisfacción y orgullo”, como ha dicho Piñera, es otra cosa. Es algo que nos muestra, mas allá de los peajes a pagar y de las fuerza de los “ismos”, una faceta distinta del electo presidente de Chile.
El autor es Miembro Consultivo de la Sociedad Interamericana de Prensa y del Comité Coordinador Mundial de Libertad de Prensa

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