sábado, 3 de abril de 2010

Chichén Itzá y la lógica de psiquiátrico

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Ricardo Andrade Jardí PorEsto 1 abril 2010

¿Cuál es la lógica para suponer que los yucatecos en lo particular, y los mexicanos en lo general, nos sintamos orgullosos de la transa... perdón transacción, de la compra de los terrenos de Chichen Itzá, a un pretendido descendiente de “conquistadores”, que se auto nombraba dueño de esas tierras, en su origen mayas, donde además está la zona arqueológica quizá más importante de México? ¿Por qué comernos la falacia de que esas tierras tienen dueño. Y peor aún cuando son parte del patrimonio de la humanidad y fundamentalmente de la cultura maya?


¿Cuánto del dinero público, con el que el Estado de Yucatán ha comprado a un particular lo que por derecho es de todos y cada uno de los mexicanos, llegará, sin intermediarios ni programas asistencialistas electoreros, a las comunidades mayas vecinas de la zona arqueológica de Chichén Itzá? Más que probable es que ni un centavo partido por la mitad.
Es de suponer que no sabe la gobernadora lo que se denuncia en la prensa nacional sobre el monto pagado y lo que habría costado expropiar.
¿Cuánto de ese 201% más caro, —que lo que costaba expropiar—, lo que siempre debió ser del Estado mexicano desde su independencia y surgimiento como una nación republicana y federada, lo terminarán pagando en realidad las comunidades mayas, que circundan la mina de oro que pronto dejará de ser un vestigio histórico de nuestro pasado para convertirse en “un sustentable”, para las carteras de unos cuantos “respetados” ladrones de levita, parque de diversiones al modo Disneylandia?
¿Cuál es la lógica? La lógica es que no hay lógica. Sólo es un negocio más que representa muchos beneficios para unos cuantos políticos.
Disfrazado de un bien común que no beneficia a comunidad alguna, sólo representa, repito, utilidad para unos cuantos en nombre de todos, con dinero público para el rescate de particulares, otro FOBAPROA, que será disfrazado de feria, pero eso sí al estilo americano, utilidades para unos y pérdidas para cientos. Eso es lo que está detrás de la compra venta de 83 hectáreas, cuando en el mercado los gobiernos o particulares ofrecen menos de 3 pesos el metro cuadrado por las tierras ejidales.
Chichén Itzá es patrimonio de la humanidad. Es un bien de todos los mexicanos y si alguien cree que debe comprar los terrenos sobre los que se edifica la mítica zona arqueológica maya, que los expropien, porque pagarlos, como hace Esma Bazán, en su enferma lógica de psiquiátrico, con el dinero de otros, y no con su dinero que también sería respetable si así lo hubiera hecho y entonces no cabría más que decir que se haga bolas con su comprador. Aunque en el entendido, siempre, de que no se puede comprar ni vender lo que es de todos. Lo que nunca tuvo, ni puede tener, ni debe tener ningún dueño.
Chichén Itzá es de todos y si alguien se ostenta como dueño es urgente abrir una averiguación por robo calificado y comenzar el urgente combate a la IMPUNIDAD incluso en aras de enviar el mensaje para que nadie se sienta con el derecho heredado de ser dueño de los que es de todos.

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