viernes, 9 de abril de 2010

¿Nocaut a monopolios?

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Aunque en el papel la sanción máxima previsible por prácticas monopólicas absolutas, de aprobarse las reformas a la Ley Federal de Competencia Económica colocadas en la mesa por el Ejecutivo, nos empata con la Unión Europea, en la práctica quedamos aún a muchos años luz de distancia
Empresa Alberto Barranco El Universal 7 de abril de 2010
 
De acuerdo a la propuesta del presidente Felipe Calderón, la multa alcanzaría hasta 10% de los ingresos acumulables para efectos del Impuesto sobre la Renta de una empresa hegemónica, lo que implicaría cantidades de hasta 10 dígitos. Sin embargo, en el bloque de países del viejo continente la suma alcanza los ingresos globales de la firma en el banquillo.
¿Se acuerda usted de aquel histórico castigo a Microsoft, la firma del magnate Bill Gates, por siete mil 500 millones de euros?
Ahora que en Brasil el monto máximo de pena pecuniaria para firmas que abusen de su poder sustancial de mercado equivale a 30% de sus ingresos.
Sin embargo, el salto es espectacular, considerando que hasta hoy a lo máximo que puede llegar la Comisión Federal de Competencia es a imponer un castigo equivalente a un millón y medio de salarios mínimos, que en la práctica implica apenas 82.5 millones de pesos.
De hecho, se creaba un incentivo perverso para las firmas con poder de mercado para jugar con fuego, considerando que el castigo era de risa en relación con sus ganancias.
Ahora que, dada la maraña de recursos jurídicos al alcance de las firmas, podría pasar un lustro antes de que la multa quedara en firme para su ejecución… en cuyo caso la Secretaría de Hacienda abría un crédito fiscal… que haber cuándo lo cobra.
Desde otro ángulo, con la propuesta del Ejecutivo se abre el escenario para que los reincidentes en prácticas monopólicas absolutas o relativas, y aún quienes se rebelen a transparentar sus procesos para descubrir, por ejemplo, alguna práctica de subsidios cruzados para desplazar de mercado a algún competidor, enfrenten penas de cárcel, aún cuando la iniciativa no las clarifique.
En Estados Unidos y Australia éstas alcanzan hasta 10 años, en tanto en el Reino Unido llegan a cinco, y en Brasil de dos a cinco.
Aunque en alguna rendija de la actual Ley de Competencia Económica se prevee la posibilidad, ésta no empata con el lenguaje arcaico del Código Penal.
Lo curioso del caso es que recogidas ambas alternativas, es decir multas gigantes y cárcel para reincidentes o rebeldes, en iniciativas planteadas por legisladores panistas o priístas, éstas se habían estrellado ante una tenaz resistencia de las cúpulas empresariales, a quienes aparentemente respaldaba el Ejecutivo.
La sorpresa es que sea éste quien las recoloque en la mesa del Congreso, lo que hasta hoy ha dejado muda a la resistencia, incluídas, naturalmente, las firmas a quienes les queda el saco, es decir Teléfonos de México, Televisa, Cementos Mexicanos, Femsa, Grupo Modelo, Vitro…
Y aunque éstas habían planteado la creación de una instancia superior a la Comisión Federal de Competencia para revisar sus investigaciones y en tal caso determinar las sanciones, su propuesta se quedó en el aire, por más que se plantean cambios sustanciales en la estructura del organismo.
De entrada, por ejemplo, se plantea abrir el escenario a la posibilidad de defensa oral, es decir además de los alegatos por escrito, que se abra la discusión con la autoridad sea frente a indiciados o testigos. Más aún, que las audiencias sean públicas.
Más allá, se consolida la figura de Secretario Ejecutivo de la Comisión Federal de Competencia, además de plantearse un escenario similar al de la Suprema Corte para plantear los casos, es decir habrá un comisionado ponente que plantee el razonamiento jurídico de sustento ante una resolución.
La obligación, además, será hacer pública ésta en la fase previa a la discusión del pleno.
En paralelo, la CFC tendrá facultades para frenar una práctica monopólica absoluta o relativa, aún cuando el procedimiento esté aún en su fase inicial.
Más allá, se refuerza la posibilidad de exigir el desmantelamiento de una estructura con perfil monopólico, a fin de atenuar la concentración; se simplifican los procedimientos para notificar una concentración de mercado, aún cuando se deja abierta la puerta para soslayar casos en que alguna de éstas no ponga en riesgo la competencia.
Digamos que el presidente Felipe Calderón intenta matar tres pájaros de una sola pedrada: Sacudirse la imagen de complaciente con las firmas gigantes que le ayudaron a sentarse en la silla; ofrecer un respiro a los consumidores frente al alza brutal de impuestos, precios y tarifas públicas, y darle un empujoncito a su partido para las próximas elecciones locales.
De ahí el retraso de seis meses entre el anuncio de “¡Ahí viene el lobo!” y la llegada de éste.
Balance General
Por aquellas cosas raras de la vida, la colocación en escena de la propuesta de reformas a la Ley Antimonopolios coincidió con un extraño exhorto de la Casa Blanca a la Comisión Federal de Telecomunicaciones para resolver “tan pronto como sea posible”, un viejo litigio en que está involucrado Teléfonos de México
Estamos hablando de la compactación de áreas de servicio local para efectos de cobros de larga distancia, a la que la firma hegemónica se opuso judicialmente, alegando que el esquema favorecía abiertamente a la competencia.
Lo extraño del asunto es que la ingerencia llega al extremo de calificar de incompetente a la instancia regulatoria, además de señalar a Telmex como una firma monopólica. Se diría, pues, que Washington quiere orden en su patio trasero.
Cuentas alegres
Embalada en revalidar amparos promovidos por Bancomer y Banamex contra resoluciones judiciales que les obligaban a entregar a clientes cantidades multimillonarias por depósitos realizados hace 25 años a tasa fija, hete aquí que la Suprema Corte de Justicia se topó con un insólito.
Existe un reclamo de un usuario de Bancomer que depositó, en 1985, 500 mil viejos pesos, es decir 500 de los actuales, en un Pagaré con rendimiento liquidable al vencimiento que se renovaría en automático, con la novedad de que no se sabe si los intereses se le capitalizaron; se le ingresaron a otra cuenta, o simplemente no se contabilizaron.
Imagínese usted en qué nivel está el país cuando un asunto tan nebuloso salta de un juez a un tribunal colegiado con resoluciones en firme, para llegar finalmente a la Suprema Corte.
¿Nadie se fijó en el detallito?
De hecho, los ministros están exigiendo al banco la integración del expediente a toro pasado.
Secreto de Hir
A diferencia de la totalidad de las intermediarias que ofrecen financiamiento hipotecario, Hir Casa mantienen una cartera vencida de sólo dos por ciento. Su secreto es simple: ofrecer al acreditado la facilidad de realizar pagos de acuerdo a su capacidad, es decir ajustarse a su circunstancia.
La firma ha logrado a lo largo de su historia adjudicar propiedades a más de 10 mil clientes, con valor de cinco mil 755 millones de pesos.

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