miércoles, 20 de enero de 2010

País de copas

País de copas
Editorial EL UNIVERSAL El Universal 20 de enero de 2010


El alcohol es la primera causa de adicción de los mexicanos, un problema que además —alerta la Secretaría de Salud federal— crece a mayor ritmo entre las mujeres adolescentes. El dato suele ser motivo de mofa en espacios mediáticos y reuniones sociales, pero el asunto tiene más implicaciones de lo que muchos suponen. Detrás de un alcohólico —que puede parecernos curioso y hasta divertido— hay secuelas familiares, sociales e incluso económicas para el país.
Mención obligada tienen las consecuencias a la salud. La cirrosis hepática es la principal complicación, de hecho se ha mantenido durante las últimas tres décadas como una de las 10 primeras causas de muerte en México. El panorama es particularmente grave aquí porque el sobrepeso, la obesidad y la diabetes potencian la mortandad. No hay que olvidar que México también es líder en esos indicadores. A ello se debe que el IMSS calculara en 2009 que al año existen más de 25 mil defunciones a causa de la cirrosis hepática. Tomar de manera excesiva es también un factor asociado a otras enfermedades como la gastritis, pancreatitis, hipertrigiceridemia, neuropatías periféricas, psicosis tóxicas, etcétera.
El consumo de alcohol genera 9% del total de enfermedades en México y la Secretaría de Salud tiene que destinar cada año 12 mil millones de pesos para su atención.
Con todo, eso no es lo más grave. En nueve de cada diez percances automovilísticos hay alguna borrachera involucrada. Dichos accidentes, que han crecido 600% en los últimos 15 años, representan la cuarta causa de muerte a nivel nacional y la primera entre los jóvenes: 36 mil fallecimientos al año, seis veces la cifra de ejecutados por crimen organizado en 2009. Cuesta al gobierno federal 120 mil millones de pesos anuales la atención de esas personas.
Hasta aquí lo obvio. El mayor problema, sin embargo, es que el consumo desmedido de alcohol afecta no sólo a quien lo padece sino a todo su entorno, formando así una cadena de degradación que puede perpetuarse por generaciones.
Es común que la violencia dentro del hogar esté acompañada de bebidas embriagantes. Los golpes, el maltrato, las violaciones sexuales son más frecuentes bajo su influjo. A su vez, el niño criado en un entorno así tiene mayores probabilidades de repetir el patrón en la adultez.
Se ha demostrado que el alcohol y el tabaco, drogas legales, son la “puerta de entrada” al consumo de otro tipo de drogas. Es en este punto donde el problema trasciende al primer círculo y alcanza impacto social a través de la pérdida del empleo, el pandillerismo, el narcomenudeo y el crimen organizado. La ausencia de una actividad productiva y la dependencia a alguna droga hace de cientos de miles de personas el caldo de cultivo ideal para la comisión de toda clase de delitos.
Por todo lo anterior no es motivo de risa que México sea tan propenso al consumo de alcohol. El próximo padecimiento de salud, el siguiente accidente o delito que hallemos en la nota roja muy probablemente será consecuencia de esa estadística.

No hay comentarios:

Publicar un comentario