Se militariza la ayuda

Se militariza la ayuda
Diario de Yucatan 20/01/2010
Fuerzas de EE.UU. asumen el control en Puerto Príncipe
La Marina controla las calles y la Fuerza Aérea, el aeropuerto

Helicópteros militares estadounidenses aterrizaron ayer en terrenos del destruido Palacio Nacional de Haití y las tropas comenzaron a patrullar las calles, signos de que comienza a fluir la operación internacional de ayuda humanitaria.

Ante la ausencia del gobierno del presidente René Preval desde que azotara el terremoto, y en vista de las enormes necesidades del país, los haitianos optan por ignorar cuestiones de soberanía y dan la bienvenida a cualquiera dispuesto a ayudar, aunque vista ropas militares.

“No es lo ideal tener un ejército extranjero aquí, pero mire la situación”, afirmó Enide Edoword, mesera de 24 años, quien ahora vive en un campamento de refugiados. “Estamos viviendo entre la suciedad, el hambre y la sed después de la catástrofe”.

El sábado pasado, en reunión con líderes religiosos y empresariales, Preval preguntó si apoyaban la intervención de los infantes de Marina de EE.UU. La respuesta fue condicionada.

“Ellos dijeron, 'Sí, siempre y cuando sea temporal'”, afirmó el obispo Jean-Zache Duracin, de la iglesia Episcopal de Haití. “No tuvimos más opción debido al colapso del gobierno”.

En el aeropuerto internacional, que ya parece una base militar, la Fuerza Aérea de Estados Unidos controla el tráfico aéreo, con la colaboración de funcionarios haitianos. “Somos como un país cuya capital fue sacudida por dos bombas atómicas”, manifestó Patrick Elie, asesor presidencial y ex ministro de Defensa. “Obviamente estamos en un momento de desorden y dolor, y tenemos que reagruparnos. Empero, que nadie busque culpables y exija la presencia del Estado. Quienes lo hagan no entienden la magnitud de los daños”.

Asesores del presidente aseguran que éste y sus ministros han realizado intensos esfuerzos por organizar toda la ayuda exterior, encontrar refugio para los cientos de miles de personas que viven en las calles y enterrar los cuerpos, miles y miles, que han sido recogidos y, hasta ayer, enterrados en fosas comunes.