viernes, 2 de abril de 2010

¿Qué le pasó a Calderón?

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Javier Ibarrola PorEsto 31 Marzo 2010
Fuerzas Armadas

Por lo pronto ya se abandonó cualquier estrategia, que no quiere decir otra cosa que ordenarle a las fuerzas federales que se les atraviesen a los delincuentes. Se pasó a la estrategia de “echarles montón”, lo que tampoco dará resultado.

Apenas dejó el país la comitiva estadounidense de mayor peso que haya venido a México, el presidente Felipe Calderón volvió a su discurso monotemático sobre el narcotráfico, pero esta vez con el semblante crispado y casi a gritos.
¿De qué se enteró el presidente al hablar con los encargados de la seguridad en Estados Unidos? Lo que haya sido, el presidente perdió control de sí mismo hasta llamar a los narcotraficantes una “ridícula minoría” y ordenó a las fuerzas federales –Ejército, Marina, PGR y Policía Preventiva- que se les atraviesen a los delincuentes, que son una “ridícula minoría”, montada sobre el miedo, la corrupción o la cobardía de muchos durante mucho tiempo.
Algo pasó en esa reunión de alto nivel o en la larga entrevista que sostuvo el presidente con Hillary Clinton, la Secretaria de Estado de Barack Obama. Nada bueno, pero los norteamericanos son diestros en actuar hacia dentro y hacia fuera. Porque en esta reunión se vieron tan amigables con México que hasta reconocieron sus culpas en el narcotráfico.
Incluso, se recompuso la actitud de la señora Napolitano, aquella que dijo que el Ejército mexicano había resultado ineficiente en su actuar a lo largo de la frontera.
Pero eso fue hacia afuera, porque hacia dentro le debieron haber leído la cartilla a Calderón. ¿De qué “ridícula minoría” hablaron: de los malos o de los “buenos”?
Si se refería a los narcotraficantes, éstos no tienen nada ni de minoría ni de ridículos. Son miles de acuerdo a las cifras oficiales y no son ridículos, son asesinos a los que no se ha podido vencer. El domingo pasado volvieron las ejecuciones en Nuevo León, Culiacán, Chihuahua y la peor, la matanza de diez jóvenes y niños en un “falso” retén en un paraje de Durango.
Ahora que si la “ridícula minoría” la conforma parte de la élite que posee todo el capital del país, entonces la cosa es más grave aún. Quizá los americanos le dieron a Calderón ese tipo de lista y entró en pánico.
Cualquiera que ésta haya sido, el presidente Calderón acusó recibo y no pasó mucho tiempo para señalar que en Estados Unidos hay grupos que son un obstáculo para combatir el narcotráfico. Y soltó otro misil dirigido a Washington: No tiene caso legalizar la droga, si no lo hacen en Estados Unidos.
Alguna vez, el ex Procurador General de la República y ahora embajador en el Reino Unido Eduardo Medina Mora, dijo que la política antidrogas de los Estados Unidos es “cínica” debido a que sólo ven el problema de sus fronteras hacia fuera, y no están atendiendo el problema de su consumo interno.
Por lo pronto ya se abandonó cualquier estrategia, que no quiere decir otra cosa que ordenarle a las fuerzas federales que se les atraviesen a los delincuentes. Se pasó a la estrategia de “echarles montón”, lo que tampoco dará resultado.
El secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont se apunta, aunque sin estrategia alguna, pero se apunta cuando sostiene que no se puede prescindir de las fuerzas armadas.
Y así lo escribe un lector de este espacio (Sergio Barbosa): “Creo que la lucha es correcta, en el sentido de que debe ser el Ejército y la Marina quienes la encabecen como parte del aparato de seguridad del Estado y de la protección del mismo, pero creo que en sí la estrategia, es inadecuada y creo que esto es voluntario, ya que como todo lo indica la parte que le corresponde jugar al gobierno en cuanto a la aplicación de una severa regulación financiera, que evite que existan flujos financieros provenientes del narcotráfico, imponiendo severos castigos a quienes coadyuven con ellos a lavar, ocultar y limpiar dinero, esta parte no se está cumpliendo, mientras nuestros soldados de mar, tierra y aire viven el acoso y el peligro diario de quienes se sustentan en una mascarada de Estado de Derecho y protección civil”.
O como escribe al Centro de Análisis y Opinión de Militares y Marinos Retirados, un miembro de las fuerzas armadas:
“No sólo debe externarse el parecer de uno que otro militar, sino que debe ser un clamor y un reproche de todos nosotros en contra de la caterva de ‘ciudadanos’ de este país que defiende más a los asesinos y que desean vehementemente que vengan los gringos a solucionar los problemas que con tanto sacrificio cumplen nuestros compañeros. Ya basta de que cualquier tipejo denoste el trabajo que están realizando nuestros compañeros de armas. No he escuchado voces del alto mando ni de ningún general con dignidad y valor civil. Por eso estamos como estamos”.

fuerzasarmadas@prodigy.net.mx
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