domingo, 21 de febrero de 2010

Soldados del Presidente

Soldados del Presidente
Editorial El Universal 19 de febrero de 2010

“Estima el señor Presidente que no debe retrocederse en el camino seguido respecto al petróleo, pero no se limita a ello, sino que gravemente afirma que quienes no están de acuerdo con el procedimiento de su gobierno, ‘están vinculados con el interés de los explotadores del pueblo’.” Palabras de Manuel Gómez Morín a Lázaro Cárdenas del Río, el 20 de noviembre de 1940. El fundador del PAN no concebía que el entonces Presidente se negara a escuchar las críticas, a marginar la libertad individual frente a la disciplina que exigirían desde entonces todos los gobiernos priístas a sus súbditos. Seguramente, si viviera, tampoco entendería cómo es que su propio partido llegó al punto de cometer el mismo error.
Manuel Clouthier Carrillo es diputado panista por Sinaloa. Desde hace un tiempo ha criticado al presidente Felipe Calderón por considerar que al gobierno federal no le interesa solucionar el problema del narcotráfico en Sinaloa. Frente a las declaraciones, el vice coordinador de la bancada panista, Julio Castellanos, estableció la postura del partido: “Un legislador del PAN no le puede regatear al Presidente la lucha tan intensa de su gobierno para combatir uno de los cánceres sociales más fuertes que tiene el país ... los legisladores panistas nos sentimos impulsados a apoyar sin titubeos, sin que nos tiemble la mano, las estrategias federales contra el narcotráfico y el crimen organizado”. Castellanos propuso al hijo de Maquío dejar el cargo para que “haga uso de esa curul quien esté dispuesto a acompañar las políticas del gobierno de la República”.
La lógica de “estás conmigo o estás contra mí” fue también la que se aplicó en la Asamblea Legislativa del DF contra la diputada local panista Lía Limón por haberse negado a signar el recurso que busca la inconstitucionalidad de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Su bancada la destituyó como secretaria de la Comisión de Vigilancia.
Durante el sexenio de Vicente Fox, el PAN todavía respetaba ciertos criterios de libertad individual que Gómez Morín concibió para los miembros del partido. Luis Felipe Bravo Mena y Manuel Espino mostraron independencia frente al Ejecutivo. Pero en los últimos cuatro años Acción Nacional ha reeditado la verticalidad que caracterizó al priísmo del siglo pasado. La subordinación ante el Presidente es casi total.
Es normal que la ética, la pluralidad y la tolerancia en una organización política evolucionen con el tiempo. Lo preocupante es que esos principios estén marginados de una agrupación cuya razón de ser fue, justamente, combatir los afanes totalizadores del partido-Estado.

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