viernes, 26 de febrero de 2010

Empleo en 2009

Empleo en 2009
Como ya decíamos, aunque la caída en producción del año pasado fue más o menos igual que la de 1995, el efecto en el empleo fue distinto
Economía Informal Macario Schettino El Universal 25 de febrero de 2010

Ya no hablemos del costo en inflación, tipo de cambio y crisis bancaria, que en 1995 fue terrible, mientras que en 2009 lo único que ocurrió fue un ajuste en el dólar de cosa de 20%, sin un incremento notorio en inflación, ni problema alguno con el sistema bancario. Afortunadamente.
En el empleo, el presidente Calderón ha insistido en que la pérdida de puestos de trabajo ha sido menor en esta ocasión, y tiene razón. Sin embargo, lo que sigo sin poder entender es cómo construye sus cifras (no él, claro, sino sus asesores), porque ha llegado a hablar de un impacto diez veces menor en el empleo, y eso no tiene sentido.
Como ya hemos comentado en muchas ocasiones, no es nada fácil hablar de empleo en México, porque no se mide muy bien. No quiero decir que los responsables de las estadísticas hagan mal su trabajo, sino que no tenemos definiciones adecuadas, ni herramientas de medición apropiadas. Mire usted, en 2008 había 45.3 millones de personas en la población económicamente activa (PEA), de los cuales 43.5 se consideraban empleados (porque en algún momento del año trabajaron, aunque no tuvieran ingresos). De estos empleados, 17.6 podemos definirlos como trabajadores formales en toda regla, puesto que cotizaron en el IMSS o en el ISSSTE. En ese mismo año, había 11.8 millones en la informalidad, con la definición del INEGI y la secretaría del Trabajo. La cosa es que nos faltan 14 millones de personas que estuvieron empleadas, pero no fueron informales, ni propiamente formales. Esos 14 millones, según las calificamos alguna vez aquí mismo, son medio informales.
Con base en esta estructura de empleo, es muy difícil medir si la crisis produjo o no desempleados adicionales, y si fueron más o menos que en otras ocasiones. Lo mejor que podemos hacer es utilizar los datos del IMSS para ver el impacto sobre el grupo de trabajadores propiamente formales de la economía. No usamos al ISSSTE porque los trabajadores del gobierno tienen la gran fortuna de ver pasar las crisis sin mojarse, ahí no hay recortes.
Bueno, con los datos del IMSS, en 1995 tuvimos una pérdida, en el peor momento de la crisis, de 550 mil empleos (8.9 millones de trabajadores asegurados en noviembre de 1994 y 8.4 millones en septiembre de 1995). En esta ocasión, la caída en trabajadores asegurados fue de 637 mil, pasando de 14.5 millones en noviembre de 2008 a 13.87 millones en mayo de 2009. Aunque son más empleos perdidos, ocurren sobre una base mayor, de forma que, efectivamente, se pierden proporcionalmente menos empleos en esta crisis. La caída en 1995 fue de más de 6% en los trabajadores asegurados del IMSS, mientras que ahora representaron poco más de 4%. En la crisis de 1982, sólo para completar el panorama, la caída fue de 3% (de 5.9 millones en junio de 1982 a 5.7 millones en febrero de 1983).
Pero permitame ahora darle un dato más interesante. En la crisis de 1982, la población de trabajadores asegurados del IMSS representaba 26% de la PEA; en la de 1995, 24%; pero en el momento actual representa 30% de la población económicamente activa. Este dato es muy interesante porque significa que de 1995 en adelante hemos tenido un incremento muy importante de “formalización” en el mercado laboral. Antes de que brinque con esta información, vayamos a algunos detalles que explican lo que ha ocurrido.
En 1980, el IMSS sólo aseguraba, como trabajadores, a cosa del 7.5% de la población. Esta cifra llegó a poco más de 8% en 1982, pero vino la primera crisis. Para inicios de los noventa, llegamos a un nuevo máximo, de poco más de 10%, que se alcanzó en 1991. Note usted que a partir de ese momento empieza a caer la proporción de asegurados, aunque la crisis llega hasta 1995. La razón es que la economía ya no daba desde entonces, y los siguientes tres años fueron ese intento infructuoso de sostenerla con alfileres que usted ya conoce. El punto bajo de esa crisis, en 1995, es de 9.4% de la población asegurada como trabajador en el IMSS.
Volvemos a crecer y nuevamente llegamos a un máximo en 2000, con 12.6%. Viene la recesión de 2001-2003, que fue muy dura aunque no la consideremos como una crisis, y tocamos fondo en ese segundo año, con poco menos de 12%. Nuevamente crecemos, y el máximo más reciente es 2008, con 13.5% de la población asegurada, y en 2009 caemos a 13%.
La caída de la crisis de 1982 fue de medio punto, pero de ahí crecimos 2.5% en cobertura hasta 1991. La caída de esa crisis es de 0.8%, pero crecemos 3.2% en los siguientes años. La caída de la recesión de 2001 es de 0.6%, y el crecimiento es de 1.6% en cinco años, y finalmente ahora caemos 0.5%, y veremos cuánto crecemos. Pero observe cómo, a pesar de lo que imaginamos, la cobertura de salud y seguridad social ha crecido como porcentaje de la población desde 1980. Hoy, la proporción de trabajadores asegurados en el IMSS con respecto a la población total del país es casi del doble de entonces.
No tenemos mediciones de la informalidad desde 1980 que pudieran servirnos para ver si también ha crecido ese sector (sin duda lo ha hecho, pero necesitamos cifras). Ha crecido también la proporción de personas en edad de trabajar (vamos envejeciendo) y dentro de ella, la proporción de quienes desean trabajar. Sólo considere usted la incorporación de mujeres al trabajo, como ejemplo.
Esta información no sólo es relevante para que entendamos mejor lo que ha ocurrido en los años pasados, sino para imaginar mejor lo que va a pasar. Dos números para que se quede pensando: la población menor de 14 años en México pasó de 31 a 28 millones de 2000 a 2009, se nos acaban los niños; la PEA crecerá, para 2020, en 8 millones de personas. Eso es transición demográfica, y otro día platicamos de ella con más detalle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario