domingo, 14 de febrero de 2010

Privilegiar el rumor

Privilegiar el rumor
Nora Patricia Jara La Jornada 13 de Febrero de 2010

La ciudad de México amenaza convertirse poco a poco en una zona de desastres: primero, la influenza el año pasado, luego la escasez de agua y ahora recientemente las tormentas que anegaron y dejaron sin luz y servicios por más de 24 horas a buena parte de los habitantes de la capital, ante una autoridad rebasada por los acontecimientos y en espera de que no se politice la falta de previsión. Sin embargo, para la otra parte de los capitalinos, la mayor preocupación fue en este inicio de 2010 el ataque en un supuesto prestigiado bar a un futbolista en altas horas de la madrugada, lo que propició una serie de ataques contra las autoridades de la delegación Álvaro Obregón y del Gobierno del Distrito Federal al no poder tomar control de los hechos y apegarse a la versión de calumnia y rumor que se desató en la televisión y la radio. Pese a que en los años recientes la sociedad se ha transformado, participando cada vez más en la difusión de ideas y haciendo más amplios los espacios de libre expresión, lo que ha significado su evolución política, aun 5.8 por ciento de los mexicanos atienden los rumores y los comentarios como fuente de información veraz, según datos de la UNAM publicados en 1996. Y el Instituto Federal Electoral sostiene que en nuestro país la televisión informa de política a más de 58.6 por ciento la población. Los rumores en el caso de la agresión a Salvador Cabañas ocultan la verdad de los hechos y la autoridad a cargo de la PGJDF no ha podido sin equívocos aclarar las circunstancias en que el futbolista, ahora casi a salvo, pero oportunamente desmemoriado, fue atacado.
Privilegiar el rumor es informarse con base en datos falsos y la falsedad es el fruto del ocultamiento, de lo oscuro. En lo político, es favorecer el regreso de esquemas autocráticos que creíamos haber superado en ésta, la ciudad más liberal e informada del país. Y es que en los casos que tienen vínculos con violencia, ya sea del fuero común o de la criminalidad organizada, como en la mayoría de los estados de la República, los capitalinos recibimos información mediante los grandes medios de comunicación, y no es exactamente la mejor. Porque lo que se aplica como política comunicacional no es favorable al cambio democrático, ya que el secreto es la norma… no la excepción; lo que confirma que la autoridad toma las decisiones lejos de la mirada de la gente y las mentiras útiles se establecen como razones de Estado: “Estamos ganando la guerra al narco”, no habrá agua en la capital para el mes de marzo, la más alta precipitación pluvial de la historia, no más impuestos, pero en el DF sí los aumentamos, Cabañas recuperó la conciencia, pero no la memoria inmediata de lo que pasó en el baño, “detuvieron al JJ” o es un asunto de pandillas al tratar de explicar la masacre de 15 niños y jóvenes en Ciudad Juárez.
A esto habrá que añadir la simulación, manipulación y la persuasión como prácticas mediáticas que favorecen lo que los expertos llaman el antipoder que actúa secretamente también contrario a la transparencia que un régimen debe promover para que mediante cada uno de los actos de la administración pública, el gobernante promueva el desocultamiento de los hechos públicos, porque en las democracias la publicidad de los actos gubernamentales debería ser un remedio para la inmoralidad política, ya que en un estado de derecho la administración pública se somete a un control jurisdiccional, para defender la legalidad, garantizando la observancia; desocultando la información, características que conforman o debieran hacerlo nuestras instituciones de justicia, las que no resisten si es el propio ciudadano y no sólo el gobierno el que favorece cada acto ilegal. Norberto Bobbio dice que donde existe el antipoder lo que se espera es que nada cambie. ¿Es lo que deseamos en realidad la sociedad?
comentarios
rumor
ernesto miranda
Si, desde luego, hay el rumor de que hay mano negra detrás de todo acto del poder en turno, mas que un rumor es una verdad. Lo visible no es lo único que existe, y la rumorología se encarga de fabricar toda clase de embustes para mantener al unguido en el poder. Mas que noticieros deformadores de la realidad, podrían llamarse rumorologos profesionales. A veces aparecen también aquí en La Jornada
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Siendo consecuentes
Arturo Peña
Pues bien, y para no privilegiar el rumor y esos chismes de que las inundaciones en la capital son fruto de "la falta de previsión" recalquemos algo que nos ha sido informado en este mismo diario: al menos parte del problema es también consecuencia de la ineptitud de la Comisión Federal de Electricidad pues por falta de electricidad los sistemas de bombeo no están funcionando adecuadamente. Además de los constantes recortes a la ciudad por su "pecado" de no ser propanista. Digo, para ser consecuentes.
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Medios de información
NIUSDIBAIN
El artículo se titula Privilegiar el rumor y la columnista habla de "desocultar la información" en una oración tan larga que es difícil entender. Si es información, su propósito es la transmisión del mensaje. Lo que se oculta no es la información, sino la verdad. Ese ocultamiento es lo que le da vida al rumor, que muchas veces es la única forma de aproximación a la verdad. Para informarse hay que leer por lo menos dos diarios y para llegar al discurso ideológico del régimen, hay que padecer por lo menos una telenovela de cada cadena.

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