jueves, 11 de marzo de 2010

Relaciones contagiosas

Javier Ibarrola PorEsto 10 Marzo 2010
Fuerzas Armadas

Las relaciones entre militares y civiles, comenzaron a tomar distancia, a no marchar al mismo paso: los civiles tomaron distancia por miedo a las bayonetas y los soldados por miedo al contagio de la corrupción civil.

El Centro de Estudios Superiores Navales, CESNAV, a punto de cumplir 40 años de existencia, es ahora una de las instituciones más prestigiosas en materia de Seguridad Nacional.
Dirigido por el Almirante del Cuartel General, Diplomado de Estado Mayor, Jorge Arturo Maldonado Orozco, acuden a sus aulas generales del Ejército, de la Fuerza Aérea, desde luego Almirantes de la Marina Armada de México, así como funcionarios de diversas dependencias y miembros de Ejércitos amigos.
Hoy su cuarenta aniversario llega en momentos de grandes complicaciones y desfiguros por parte de la clase política, y una tarea harto difícil y peligrosa para las fuerzas armadas.
Quizá sea por eso que el CESNAV haya dedicado una serie de conferencias analíticas tituladas “Las Fuerzas Armadas Mexicanas y las Relaciones Civiles Militares en el Siglo XXI”.
Cuatro puntos a tratar por los conferencistas, entre los cuales tuve el honor de participar, mostraron el interés –quizá la preocupación- de los marinos respecto a lo que está sucediendo en el país:
1.- Desde su perspectiva, ¿qué son las relaciones Civiles Militares en México, y si lo considera que es un tema relevante para la opinión pública?
2.- ¿Cuál es el estado actual de las relaciones Civiles Militares en México?
3.- ¿Qué factores desde su punto de vista evitan que las relaciones civiles militares tengan un mejor nivel de entendimiento y cooperación?
4.- ¿Qué propondría para que se tenga un mayor conocimiento y cooperación entre la sociedad y las fuerzas armadas?
Las relaciones entre militares y civiles, comenzaron a tomar distancia, a no marchar al mismo paso: los civiles tomaron distancia por miedo a las bayonetas y los soldados por miedo al contagio de la corrupción civil.
Actualmente estas relaciones no han mejorado, al contrario, han empeorado, pues finalmente los militares se dieron cuenta de que en muchos sentidos el poder lo tenían ellos, aumentando al mismo tiempo la secrecía en su forma de actuar.
En ese sentido, el alto mando militar ha elevado su postura, lo que ha causado escozor entre los políticos que le han pedido “prudencia” y exigido al Senado que los militares no se metan en política.
Dicho de otra manera, el Ejército Mexicano llegó pronto a la convicción de que los gobiernos civiles no podrían prescindir de los militares y, por lo tanto, ya no tenían porqué aceptar una relación a base de dádivas que los tenían distraídos y fuera de las grandes decisiones políticas del país.
Las fuerzas armadas permanentes han sido un conglomerado actuante que ha influido notablemente en el desarrollo del país, así como un actor influyente localizado siempre detrás del poder, hasta convertirse hoy en día en un aglutinante emergente y apoyo indispensable en las recurrentes etapas de crisis nacionales, contando siempre con la aceptación popular mayoritaria.
Aún así, poseedores de los instrumentos de gobierno más eficaces, los civiles sometieron a las fuerzas armadas, aunque de una manera sutil a los “usos y costumbres” de los gobiernos en turno.
El tema de la Seguridad Nacional, por ejemplo, se ha politizado o bien trastocado por cada gobierno de acuerdo a su visión de Estado y requerimientos que juzgan como indispensables para el establecimiento de una política respectiva.
Los “usos y costumbres” del gobierno de Felipe Calderón llevaron al Ejército a diversificar sus fuerzas para enfrentar la lucha contra el narcotráfico, ordenado desde el primer día de su gobierno.
Para algunos sectores políticos, más partidistas que políticos, el discurso militar es más una amenaza que un posicionamiento nacionalista. De alguna manera el militar ya traspasó las barreras a las que nos tenía acostumbrado.
El interés de los militares por contar con un mayor conocimiento y cooperación entre la sociedad y las fuerzas armadas estriba sin duda en tender puentes que en un momento dado les den una salida honrosa del estercolero que han hecho los partidos del sistema político nacional.
Son ellos, los militares, los que han hecho el gasto en este gobierno al batirse contra la bien organizada delincuencia y, aún así, las críticas de las organizaciones no gubernamentales con un apoyo oscuro del extranjero, se han dedicado a juzgarlos como delincuentes.

De imaginaria

El general de División retirado, Salvador Bejarano, fue nombrado Director de Seguridad Física de Pemex.

fuerzasarmadas@prodigy.net.mx
www.fuerzas-armadas.com

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