Por Gilberto Balam Pereira PorEsto 8 Abril 2010
Obvia inequidad.- En nuestro POR ESTO! de hoy (por ayer miércoles), Jenaro Villamil hace un espléndido y mordaz (en su sentido de corrosivo) reportaje sobre el caso de Paulette que ha causado suma pesadumbre social, en cuyas líneas declara JV un “yo acuso y condena” al descalificable y vergonzoso papel que han jugado los medios televisivos sobre dicho asunto, como acostumbran hacerlo en cuando se trata de explotar el sentimiento de la gente, magnificando el morbo con fines lucrativos, convirtiéndolo en un “auténtico reality show, un fenómeno de rating competitivo para los noticiarios y un tópico constante en las redes sociales”.
Agregaría yo a esa crítica el cínico veredicto (que no tiene nada de veraz) del procurador Alberto Bazbaz (qué chistoso) del Edomex quien a las 72 hrs. de iniciarse las averiguaciones declara inocentes a los padres de la difuntita. Vienen a la mente los adjetivos peyorativos de incapaz, cínico, corrupto, vendido, comprometido con su jefe el gobernador Peña Nieto quien avala la incompetencia de su empleado.
En una digresión podemos afirmar que el tal gobernador se empeña en descalificarse como el candidato mayor del 2012, tomando en cuenta su involucramiento en la muerte de su esposa, en su maridaje y complicidad con los gangsters del monopolio televisivo de Azcárraga, la represión a los campesinos de Atenco, el autoritarismo ejercido en el magisterio mexiquense, la frivolidad y protagonismo con “artistas” de la tele, de uno y otro género, y ahora la irresponsabilidad de apoyar las incompetentes declaraciones de su Procurador en el sonado caso de Paulette.
Pero a todo esto, ¿por qué titulo mi nota como “obvia inequidad”?
Por la sencilla razón del acostumbrado estilo de corrupción y degradación moral de los magnates del “canal de las estrellas” en que incurren para hacer telebasura y nauseoso amarillismo.
No le han dado la misma magnitud de importancia al caso de Paulette que a los 45 niños de la guardería de Hermosillo, ABC, sacrificados impunemente por la negligencia oficial y la complicidad del gobierno y los medios televisivos. Cuando mucho se llegó, por parte de los legisladores, a un tibio extrañamiento al tal Horcasitas como autoridad del IMSS. ¡Y ya! Los mariachis callaron (diría José Alfredo a los medios).
Y tratándose de niños muertos, ¿por qué han callado los medios también los infanticidios recientes, 28 de marzo, cometidos en Pueblo Nuevo, Durango? Pueblo miserable de unas cuantas familias famélicas que sufrió el ataque de la podredumbre del narcotráfico, acicateado y provocado por el inútil y fallido espurio que se hace llamar presidente de la República. Los medios televisivos no acusan a este señor de nada y no ha dado ninguna instrucción para investigar y socorrer la miseria del pequeño Pueblo Nuevo.
Tres adolescente y siete menores de edad salieron muy temprano de su ejido en una camioneta pick up de servicio local para dirigirse a la comunidad de Los Naranjos, relativamente cercana de su casa, para cobrar sus becas del programa Oportunidades. Un kilómetro antes de llegar a su destino el vehículo en que viajaban fue emboscado y blanco de intenso tiroteo, dejando masacradas a las pequeñas víctimas. A su casa retornaron cuatro horas después del tiroteo. Los restos de las 10 criaturas fueron colocados sobre petates en el suelo de la capilla local cubiertos de flores silvestres. A su alrededor las llamas de 22 veladoras ardieron toda la noche. Al día siguiente a las 11 hrs. las familias se dirigieron al panteón. No hubo féretros, sólo petates de colores. Tampoco hubo sepulcros. Sólo dos fosas excavadas para contener los 10 cuerpos.
Al menos en Mérida, no se han conocido declaraciones sobre investigaciones al respecto. Las autoridades, gobernador y procurador, han callado. Se están zurrando de miedo, creo yo.
Pero ni el espacio, ni mis lágrimas tampoco, dan para más comentarios, insultao el que mienta. Obvia inequidad.
Comentario aparte. Crítica y terquedad.
Cuando se hace una crítica a un gobernante, sólo hay dos tipos de reacciones por parte de éste. O bien recibe la crítica y reflexiona. O bien se enterca y se enfila al reto de manera irreflexiva. Es el caso de los shows tan criticados de Chichén. Aún no rinden los organizadores un informe satisfactorio a la sociedad de los resultados y ya están anunciando el siguiente show. La verdad, no tienen remedio estos tercos e inconscientes gobernantes.
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