domingo, 10 de enero de 2010

Crisis económica se agravará

Crisis económica se agravará: Arturo Huerta 
Jorge Santa Cruz Siempre  10 de enero de 2010

La crisis todavía no ha tocado fondo. El gobierno mexicano insiste en mantener la misma política económica que la generó, por lo que ésta se recrudecerá, advierte en Siempre! el doctor Arturo Huerta González, profesor de posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM.
De hecho la crisis será más grave que la del 82 y la del 94, cuando también México estuvo a merced de los especuladores financieros. Por lo pronto, el alza de impuestos afectará a la producción nacional y se agravarán los problemas internos de cartera vencida, señala el también autor del libro Hacia el colapso de la economía mexicana: diagnóstico, pronóstico y alternativas. 
¿Por qué dice usted que la estabilidad del peso se ha sustentado en políticas extranjerizantes de la economía? 
Estamos en un contexto, éste, de globalización, que consiste en la libre movilidad de mercancías y de capitales. Y resulta que esta libre movilidad de capitales exige que los países trabajen con moneda estable, es decir, con una relación peso-dólar estable. El país no tiene condiciones internas para estabilizar el peso con relación al dólar. Ello se ha logrado vía la entrada de capitales y con una política monetaria y fiscal que restringe la demanda para, así, disminuir las presiones sobre precios que puedan alterar el tipo de cambio.
Entonces ha sido la entrada de capitales la que ha permitido incrementar las reservas internacionales y, así, abaratar el dólar que actúa a favor del sector financiero. ¿Cómo se han incrementado las reservas internacionales en el país? Pues justo a través de estas reformas estructurales que implican incrementar la participación del sector privado nacional y —sobre todo— extranjero en la economía.
El gobierno mexicano deja de invertir en Pemex, en la industria eléctrica, en infraestructura y la contraparte es que el sector privado pase a invertir en tales sectores, sobre todo el capital extranjero.
En lo que va de esta década, alrededor del 95 por ciento de la inversión que se realiza en Pemex es privada. Esto ha permitido gran entrada de capitales que termina abaratando al dólar y al abaratarse el dólar se abaratan los productos que compramos del exterior y esto permite reducir la inflación. Repito, todo esto actúa a favor de aquellos que controlan la moneda que es el sector financiero; de ahí que vemos cómo la Bolsa venía creciendo y, no obstante la crisis, la Bolsa vuelve a crecer, siendo que la actividad productiva, que la actividad económica, sigue en crisis, sigue en pique. Y no se diga el problema del desempleo. 
Entonces, toda la política económica que se ha venido instrumentando en el país (toda la política monetaria, fiscal, cambiaria, en este contexto de libre movilidad de mercancías y capitales) actúa a favor de lo financiero y en detrimento de lo productivo, en detrimento del crecimiento económico, en detrimento de la generación de empleo. 
Por debajo de Africa 
Insistimos: ¿por qué habla de que la economía mexicana va al colapso? 
Primero, este libro yo lo escribí en el 2007 y en el 2008. Lo termine —de hecho— en septiembre de 2008 señalando cómo nosotros íbamos hacia una crisis. Ahora la crisis de Estados Unidos, manifestada en septiembre-octubre del 2008, viene justo a precipitar y a profundizar la crisis que estamos enfrentando. El gobierno mexicano ha venido diciendo que la crisis viene de afuera. No. La crisis es nuestra y ahí están los datos. México es la economía de mayor caída de la actividad económica en 2009, en relación al resto de los demás países de América Latina y el Caribe. En esta década ya veníamos nosotros creciendo por debajo de la media de América Latina. Y no solamente por debajo de la media de América Latina, sino también por debajo de la media de los países africanos, como resultado de esta política económica que se ha venido instrumentando. 
No obstante la gran entrada de capitales que el país tuvo de 2004 hasta mediados del 2008, por las exportaciones de petróleo, por las remesas, por la inversión extranjera, toda esa entrada de capitales no dinamizó la industria ni la agricultura, ni la actividad económica en su conjunto, sino que se recicló al exterior vía el dólar barato, que abarataba las importaciones y de ahí el gran crecimiento de las importaciones, de los productos provenientes del exterior que vienen a desplazar a la producción nacional, que vienen a aumentar el déficit de comercio exterior y a llevarnos a depender más y más de la entrada de capitales.
Entonces, de ahí que la crisis de Estados Unidos se haya traducido en caída de las exportaciones petroleras y no petroleras; se ha traducido en la reducción de las remesas; se ha traducido en menor entrada de la inversión extranjera. Es decir, de todos los factores externos que venían actuando positivamente. Al caer esta entrada de capitales, esta entrada de recursos, por lógica, nos precipita a una crisis. ¿Por qué? Porque tenemos menos condiciones internas, menos condiciones productivas y financieras internas para sortear esta problemática. De ahí la crisis profunda que estamos encarando. 
Ahora, otro elemento: la crisis todavía no ha tocado fondo. No estamos viendo a dónde vamos. El gobierno, no obstante la crisis, insiste en mantener la misma política económica que generó la crisis. Entonces el resultado va a ser más crisis.
De ahí el título del libro Hacia el colapso de la economía mexicana. En efecto, todavía no tocamos fondo. Esta crisis —lo que yo planteo— es que va a ser de mayores proporciones que la crisis de los 80. Acordémonos cómo la crisis de deuda del 82 nos llevó a la llamada “década perdida”, donde México no creció. Teníamos un contexto devaluatorio, de contracción de la actividad económica, justo para crear un ahorro forzoso para poder pagar el servicio de la deuda externa. 
Hoy día, México tiene menos industria, menos agricultura, menos empresas públicas que vender para sortear esta problemática. De ahí, repito, que vamos a una crisis de proporciones. 
Sin condiciones para crecer 
¿Cuándo pudiera recrudecerse esta crisis? 
El gobierno ha venido diciendo que en este 2010 vamos a crecer al 3 o 3.5 por ciento. Resulta que nosotros no tenemos ninguna condición de crecimiento para este año, porque las exportaciones siguen cayendo y Estados Unidos no tiene perspectivas de repuntar en su actividad económica. Nosotros dependemos totalmente de Estados Unidos y el mismo presidente Obama ha venido señalando que va a disminuir su gasto público deficitario, que es el que está repuntando un poco la actividad económica de ese país. Hoy día el déficit de Estados Unidos representa el 13 por ciento en relación al Producto Interno Bruto, es decir, en torno a la actividad económica. El ha anunciado que para el final de su mandato lo va a reducir a la mitad. De hecho, este déficit empieza a reducirse este año.
Entonces no hay condiciones para que el sector privado de Estados Unidos, ni las familias, actúen como motor del crecimiento. Hay economistas, como el mismo Stiglitz que estuvo en México hace semanas, Stiglitz dijo que el 2011 va a ser peor que el 2010. Justo porque en el 2011 ya no va a operar este gasto deficitario. Estados Unidos va a dejar de ser el motor de la economía mundial por varios años. Estados Unidos es una economía en declive y nosotros dependemos totalmente de ellos.
No tenemos perspectiva de incrementar exportaciones, no tenemos perspectiva de que vuelvan a aumentar las remesas, no tenemos perspectivas de incrementar el flujo de entrada de capitales y, por otra parte, el gobierno mexicano, junto con el Congreso, ¿qué decidió?, decidió incrementar impuestos para este año y no va a incrementar el gasto público. Este incremento de impuestos va a disminuir el poder adquisitivo de la población; este incremento de impuestos va a tener impacto inflacionario, que va a disminuir más el ingreso disponible de las empresas e individuos y, por lo tanto, se va a disminuir la inversión, se va a disminuir el consumo y de ahí que no tengamos condición alguna de crecimiento en el 2010.
En cuanto a las presiones inflacionarias —que el mismo Banco de México ya ha anunciado que se van a dar este año— hacen prever que van a aumentar las tasas de interés. Esto va a recrudecer los problemas de insolvencia, de cartera vencida, porque al aumentar la tasa de interés aumenta el costo de la deuda y va a frenar más, a su vez, la actividad económica. El problema de cartera vencida se va a recrudecer y la banca va a restringir más el crédito. Entonces, por lo tanto, vamos a tener menos inversión y menos consumo y de ahí, repito, menos crecimiento de la actividad económica.
El gobierno ha venido sorteando la problemática vía mayor endeudamiento externo, para mantener la estabilidad peso-dólar, pero ese endeudamiento, en vez de repuntar la agricultura, en vez de repuntar la industria o el empleo, ¡nada!, está a favor de aquellos que demandan dólares, es decir, a favor del capital especulativo. Esa historia nosotros la vimos en el 82, cuando nos saquearon y nos llevaron a la crisis de los 80 y la vimos, también en el 94, cuando el capital financiero también nos saqueó. Y resulta que el gobierno no tiene memoria histórica: se está endeudando en favor de esos especuladores y es una deuda externa que todos vamos a pagar. No nos van a prestar permanentemente. Va a llegar un momento en que los acreedores —el Fondo Monetario Internacional, la propia Reserva Federal de los Estados Unidos— nos exijan el reembolso de dicha deuda.
Eso se va a traducir en devaluación, en mayor contracción de la actividad económica y, repito, de ahí que el panorama en los próximos años no es nada halagador. El problema es que esta crisis es justo por estas políticas que han venido predominando y el gobierno insiste en más de lo mismo. Ahí está disminuyendo el arancel a las importaciones, es decir, el impuesto a las importaciones lo está diminuyendo en el contexto de mayor apertura y esto nos lleva a que las importaciones sigan desplazando a la producción nacional. El gobierno, también, está aumentando impuestos que vienen a contraer más el mercado interno y de ahí que no tengamos condiciones de crecimiento. Es decir, no se están instrumentando políticas para salir de la crisis, sino que las políticas que se están instrumentando son a favor del capital financiero, que nos llevan a profundizar la crisis.

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