sábado, 20 de marzo de 2010

Caída de Pemex

SERGIO SARMIENTO a.m.com.mx 19 Marzo 2010

Si la competitividad de una empresa se midiera por los discursos políticos, Pemex sería la firma petrolera más próspera del mundo. En lugar de eso es una compañía obesa e ineficiente que destruye riqueza en vez de entregarla a los mexicanos.
Gracias en buena medida a un solo yacimiento marítimo, hallado por azar por un pescador campechano que murió en la pobreza, Rudesindo Cantarell, Pemex llegó a tener en 2004 una producción de 3 millones 383 mil barriles de petróleo crudo diarios. Para 2009, sin embargo, la cifra se había reducido a 2 millones 615 mil barriles. Ésta es una caída muy importante, de 22.7%, en apenas cinco años. Lo peor de todo es que corresponde a un periodo en que los precios del petróleo han estado muy por arriba de su promedio histórico. Los mexicanos hemos perdido una enorme cantidad de dinero por esta declinación.
La principal razón de la caída ha sido la falta de inversión en exploración y desarrollo. El Gobierno ha saqueado de manera sistemática las utilidades de Pemex para financiar su gasto corriente, en tanto que los políticos han impedido la inversión privada en la empresa o en la industria petrolera nacional.
Pero si la política gubernamental ha sido la de limitar la inversión productiva en petróleo crudo, los subsidios han fomentado un consumo creciente de gasolina. Las ventas nacionales de las gasolinas automotrices pasaron de 511 mil barriles diarios en 1999 a 792 mil en 2009. Éste es un aumento insostenible de 55%.
Aunque Pemex gana dinero con la explotación de petróleo crudo, lo pierde con la refinación y la venta de gasolina. Por eso, el que esté aumentando el consumo de gasolina en nuestro País pero cayendo la producción de crudo es una mala señal para el futuro de la empresa, para la industria petrolera y para los accionistas de Pemex, que somos todos los mexicanos.
El presidente Felipe Calderón escogió la zona de Tula, Hidalgo, para la celebración del 72º aniversario de la expropiación petrolera de 1938. Lo hizo debido a que en ese lugar se construirá la nueva refinería de la empresa. No deja de ser significativa la elección de lugar. La verdad es que si tuviéramos una empresa que tomara decisiones para beneficio de los accionistas, esto es, de los ciudadanos, y no de los políticos, esta refinería no se construiría. Mucho más rentable sería comprar una refinería ya existente en Estados Unidos o autorizar a alguna empresa privada a edificar una en México por su cuenta y riesgo.
Por lo pronto, tiene poco sentido seguir festejando las reglas con las que funciona la empresa. Pemex beneficia a los políticos que la saquean, a los líderes del sindicato petrolero y quizá a sus trabajadores, que son los mejor pagados del País; pero no a los mexicanos y en particular a quienes menos tienen.
El mexicano más pobre, el que no cuenta con absolutamente nada, tiene sus únicos activos en los recursos de hidrocarburos y en la propia Pemex. No se vale que esta riqueza se desperdicie en subsidios a los dueños de automóviles privados o a algunos otros grupos de privilegiados.
Por razones de justicia social, Pemex debería ser manejada de forma profesional. Lo ideal sería, de hecho, que cada año se entregara un cheque de dividendos a cada mexicano. Sólo así la población presionaría al Gobierno para que Pemex se administrara con eficiencia.

Democracia a la Yeidckol
“Hay gente sin conocimientos y desinformada que dice que no hay democracia en Cuba, pero yo ya quisiera esa democracia en México”. Esta declaración, que registra el periódico La Razón, la ofrece la senadora Yeidckol Polevnsky, del PRD. “Lo único que no hay en Cuba es el bipartidismo, pero hay democracia, hay elecciones, las cuales se hacen con una transparencia maravillosa porque hay una participación ejemplar”. Por lo menos ya sabemos qué democracia quiere construir en México la senadora Polevnsky.

www.sergiosarmiento.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario