sábado, 20 de marzo de 2010

¿Cuándo rendirá cuentas de su paso por Pemex?

Raul Cremoux Siempre 14 de marzo de 2010

Las fotos de documentos, la relación entre los diversos personajes, el señalamiento preciso de fechas, cantidades, nombres de las compañías y el rastreo minucioso del prevaricato cometido por César Nava cuando ocupaba el puesto de gerente jurídico en Pemex, debieran tenerlo ocupado de tiempo completo en instrumentar su defensa ante las gravísimas acusaciones que le hace la investigadora Ana Lilia Pérez. Nueve años le tomó a la analista reunir las pruebas que, en su libro Camisas azules manos negras nos muestra la constante y decidida acción que tuvo el más joven de los abogados de la primera empresa nacional por favorecer los negocios, no siempre legales, a sus amigos e intereses partidistas.
En sus páginas vemos la búsqueda y obtención de jugosos negocios de los hermanos Bribiesca, hijos de Marta Sahagún; de Juan Bueno Torio, Francisco Barrio, Juan Camilo Mouriño, Vicente Fox, Eduardo Romero Ramos, Jesús Reyes Heroles, Rosendo Villarreal, Luis Ramírez Corso, Diego Fernández de Cevallos y otros. Las docenas de entrevistas, los testimonios recabados en zonas petroleras, en el mundo mercantil y empresarial, las revelaciones y los testimonios se acumulan en forma impresionante para decirnos, aunque no quisiéramos ver, que el plan de navegación hacia las fortunas rápidas tenía un eficiente diseñador: César Nava.
El trabajo con el sello de la editorial Grijalbo ya circula en el país aunque no sin tropiezos. En algunas zonas ha sido comprado masivamente para sacarlo de los estantes, en otras partes, se han estructurado cadenas de amenazas contra la autora del libro y por si esto no fuera suficiente, la editorial ha recibido fuertes presiones administrativas y fiscales. En suma, todo indica que lo reseñado en la investigación es cierto. Tanto que la respuesta desde el poder no ha sido la argumentación sino la utilización de las formas más viles, dignas de los regímenes rígidos y ajenos a la democracia.
Ahí, en el crisol de su defensa debiera estar el joven diputado que ahora pide licencia para dedicarse a presidir las campañas electorales del PAN y que, circunstancialmente hace alianzas con quienes continúan injuriando a su jefe el presidente Calderón. En ese remolino donde no ha dudado aliarse lo mismo con el Partido del Trabajo que creó Raúl Salinas de Gortari que con el ex presidiario Dante Delgado de Convergencia, nos ofrece el espectáculo de construir una reputación de individuo mendaz y pendenciero. 
Sin mucho esfuerzo, se ha dejado ir detrás de sus instintos, de aquellos poderosos imanes que en Pemex lo llevaron al otorgamiento de privilegios económicos a sus colegas panistas; ahora lo hace para tratar de detener la caída libre en que se encuentra su partido. No importa que para ello salpique al secretario de Gobernación y muy especialmente a su jefe mayor.
Trascendido por sus propios enredos en donde la falta de ética ha sido su bandera principal, César Nava se ha convertido en un fardo para su partido político, para el presidente Calderón y de manera indudable, para la sociedad. ¿Quién podrá creerle en el futuro? ¿Qué candidato va a permitir que lo represente y hable en su nombre? ¿Cuándo va a responder ante las acusaciones de la investigadora Ana Lilia Pérez; y cuándo las autoridades van a tomar en serio esos testimonios que lesionan el patrimonio de la empresa petrolera nacional? ¿Cuándo?. 
cremouxra@hotmail.com

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