viernes, 29 de enero de 2010

Morir de corrupción

Morir de corrupción
En diciembre pasado el gobierno alemán le solicitó oficialmente al presidente Felipe Calderón la intervención de un tribunal internacional para arbitrar el caso, ante lo que califica de “evidentes irregularidades en el proceso de licitación”
Empresa Alberto Barranco El Universal 29 de enero de 2010

Empecinado el Instituto Mexicano del Seguro Social en otorgar contra viento y marea un contrato de subrogación de servicios por la vía del tráfico de influencias, y obstinada la autoridad en cerrar los ojos, el asunto ya provocó un conflicto internacional

En diciembre pasado el gobierno alemán le solicitó oficialmente al presidente Felipe Calderón la intervención de un tribunal internacional para arbitrar el caso, ante lo que califica de “evidentes irregularidades en el proceso de licitación”.
La vela en el entierro de los germanos se ubica en que una de las empresas afectadas es de esa nacionalidad. Estamos hablando de Fresenius Medical Care de México, quien ha amenazado con salir del país… en el marco de una campaña internacional para denunciar lo que se califica de arbitrariedad.
La manzana de la discordia es el otorgamiento de un contrato plurianual abierto al Centro de Diagnóstico Ángeles, filial del Grupo Ángeles que encabeza Olegario Vázquez Raña, para ofrecer servicios de hemodiálisis para enfermos de insuficiencia renal crónica.
La firma recibió la posibilidad de facturarle al Instituto un mínimo de 91 millones 738 mil pesos, y un máximo de 229 millones 345 mil, sin tener la experiencia reclamada para este tipo de contratos. Más aún, ni siquiera la capacidad, dado que al momento de licitar no tenía infraestructura alguna.
Primero coloco la apuesta y luego busco la forma de garantizarla.
Lo insólito del caso es que la reacción del gobierno ante la exigencia de Alemania fue acelerar dos meses la vigencia del contrato, cuyo arranque estaba previsto para el primero de marzo próximo.
Naturalmente, la prisa volvió más evidentes las carencias del Centro de Diagnóstico Ángeles, a cuyo impacto, en sólo 29 días, se han realizado ya dos mítines y plantones de enfermos y familiares, entre gritos de angustia por lo que consideran una condena a muerte de tres mil 500 pacientes, sólo en el ámbito de las zonas norte y sur de la capital del país.
La última muestra de desesperación fue acompañada de un ataúd, veladoras y flores al calce, entre consignas estrujantes: “¡Queremos vivir. Queremos vivir!”.
De hecho, a la vista de la falta de certeza en tratamientos que reclaman atención especializada, higiene total y precisión absoluta, muchos pacientes han tocado las puertas de Fresenius Medical Care, quien mantenía parte del contrato, en busca de auxilio, atendiéndose gratuitamente a 400 pacientes.
Lo dramático del asunto es que el Instituto ha desoído por rutina no sólo las quejas de las firmas participantes en la licitación, la mayoría mexicanas, sino los propios gritos de auxilio de los enfermos.
Hete aquí, por ejemplo, que en la fase previa a la nueva vigencia del contrato, es decir los últimos días de diciembre, ante el temor de los pacientes de tener una atención deficiente, se invitó a un grupo de ellos a visitar uno de los locales habilitados por el Centro de Diagnóstico Ángeles para dar el servicio, ubicado en la Calzada de la Bombas 128, frente al Hospital General de Zona 32 del IMSS:
El resultado fue desastroso.
De acuerdo con un oficio enviado al director general del IMSS, Daniel Karam, las irregularidades brotaban como hongos. Se hablaba desde la falta de estacionamiento y elevadores para enfermos, hasta la inexistencia de un manual de procedimientos, una planta de luz de emergencia y lavamanos para que los pacientes limpien la parte donde tienen las fístulas.
Más allá, para certificar que habría personal competente se mostró un legajo de solicitudes de empleo de enfermeras.
“Sin entrar a detalle, decía el texto firmado por el Comité de Pacientes con Insuficiencia Renal Crónica, es evidente que el Centro de Diagnóstico Ángeles no cumple con los requerimientos de infraestructura médica equipada, instalada y funcionando con personal de salud confiable.
A su vez, los pacientes que acudieron a otros de los locales, ubicados en Polanco e Iztapalapa, notificaron la preinstalación de sólo 26 máquinas, cuando el reclamo mínimo es de 230, además de 20 médicos nefrólogos y 150 enfermeras… que no habían sido contratados aún.
El señalamiento más dramático, empero, llegaría el 1 de enero pasado, vía la Asociación para Prevenir las Enfermedades Renales Terminales, en cuyo oficio se habló de carencias inauditas.
El rosario hablaba desde la falta de guantes y cubrebocas del personal de salud, hasta la inexistencia de médicos nefrópatas experimentados y enfermeras certificadas; el darle atención en máquinas especiales de infectados del virus VIH o hepatitis a pacientes sin tales males, o la carencia de lugares específicos para la higiene de los pacientes, con la novedad de que ni jabón había, pasando por la impericia del personal para manejar las máquinas.
La mayoría de los pacientes salieron con hematomas, para no hablar de sellarse las fístulas con pedazos de cinta adhesiva, o de quienes sufrieron desmayos o desangrados parciales.
Lo increíble del asunto es que parte del personal médico pertenecía al Seguro Social, es decir se les “comisionó” para tapar agujeros… de una empresa privada.
Total, para algo son los cuates.
Balance general
Sin haberse realizado aún la notificación correspondiente, la firma Radiomóvil Dipsa, propietaria de Telcel, se inconformó con una resolución adoptada el martes pasado por el pleno de la Comisión Federal de Competencia, que la declara dominante, o si lo prefiere con poder sustancial en el mercado relevante.
El estatus, como usted sabe, le abre la puerta a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para imponerle una regulación especial.
Sin embargo, la firma filial de Teléfonos de México señala que su liderazgo en un mercado abierto al capital extranjero al ciento por ciento, lo que lo hace altamente competitivo, es producto de su colosal inversión realizada en infraestructura.
Se habla de 10 mil millones de dólares en un lapso de 10 años.
La firma alega, además, ser la única con cobertura en 200 mil poblaciones en las que cabe 96% de la población nacional, incluidas 60 mil comunidades con menos de 5 mil habitantes. De hecho, en muchas partes es el único operador.
La defensa habla también de que Telcel ofrece tarifas altamente competitivas, concretamente 68 centavos de peso por minuto, con lo que, a la par de Estados Unidos, resultan las más bajas del Organismo para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Por lo pronto, la firma analiza plantear un recurso de reconsideración en la fase previa a la posibilidad de un amparo.
La denuncia que provocó la investigación la planteó hace dos años la Telefónica México, que opera la marca Movistar en telefonía móvil.
Transgénicos importados
Pendiente aún la autorización de la Secretaría de Agricultura para su siembra en el país, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), le autorizó ya a cinco firmas multinacionales la posibilidad de comercializar siete productos transgénicos, o si lo prefiere usted genéticamente modificados.
Estos se importarían de Estados Unidos o Canadá. El abanico abarca cinco variedades de maíz, dos de algodón, una de soya y una de alfalfa.
Las firmas beneficiadas son Monsanto, con posibilidad de comercializar cuatro de los productos; Syngenta, quien podría traer dos; Dupont Pionner, Bayer CropScience y Dow AgroScience.
Naturalmente, el papelito habla permitirá a las firmas presionar a las autoridades para obtener luz verde para los cultivos.

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