sábado, 13 de febrero de 2010

Partidos sin principios ni ética

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Partidos sin principios ni ética 

Gilberto Balam Pereira PorEsto 12 de febrero de 2010

Resulta absolutamente inexplicable la exagerada reacción de los medios y de los comentaristas con motivo de la renuncia del Secretario de Gobernación Gómez Mont al partido del PAN. Absolutamente inaudito, porque no se trata de un funcionario panista brillante, sino todo lo contrario, se trata de un señor muy mediocre en lo profesional y de desempeño con antecedentes muy discutibles.
Últimamente ha sido vapuleado y lo han dejado mudo en sus comparecencias ante el Congreso y ante los medios de Chihuahua. Quizá por vergüenza, si la tiene, renunció a su partido en el que tampoco fue un cuadro sobresaliente. ¿Será un fanático radical del panismo, que se “indigna” ante las alianzas partidarias? Es que entonces el señor es un verdadero ignorante y atrasado político incapaz de entender los intríngulis de los partidos políticos. Tampoco pueden aducirse por su parte, razones de derechismo o izquierdismo, porque los partidos ni saben ni entienden ya, lo que significan estos términos. ¿Alguno de estos izquierdistas ha leído algo de Marx? ¿Alguno de estos derechistas panistas ha leído los principios con que se fundó su partido? Ni el señor Gómez Mont. Además qué le preocupan a este señor dichas alianzas, si éstas han demostrado su inoperatividad en la práctica como lo han demostrado las alianzas PRD-PAN que se tuvieron en Guerrero, Chiapas y Yucatán. Se gana con las alianzas el poder para que todo siga igual o peor, según el fenómeno social del gatopardismo italiano; viene un cambio de poder pero el “establishment” (orden de cosas establecido) sigue igual. Y ya ven cómo nos fue con Patricio Patrón cuando el PRD local se unió con el PAN para postularlo, ¿verdad Erick Villanueva?
Pero se entiende que antes de renunciar Gómez Mont, lo consultó con su jefe Fecal y a éste le interesa la alianza, como al PRD para seguir juntos en su maridaje. Chucho Ortega es gente de Calderón y se entienden. No hay principios, no hay ética, no hay moral, no hay vergüenza por parte de ninguno de ellos ni de sus respectivos partidos. No saben dónde están colocados, si en la izquierda o en la derecha. Lo que les interesa es el poder para continuar disfrutando del orden de cosas ($) establecido por el sistema.
Es demasiado triste y lamentable lo que dice Javier Sicilia en la revista Proceso No. 1736: “el PRD es una prostituta que no duda en señalar hacia afuera la inmoralidad de sus contrincantes y sus insostenibles beaterías (de beato of course, digo), pero hacia adentro se revuelca con ellos con tal de mantener su estatus; en síntesis, una prostituta que se exhibe con ademanes de beata populista”.
En esencia, digo, es actuar por intereses propios para aprovecharse de los recursos del erario. Con esos sueldazos que se han asignado a los “representantes populares” no necesitan robar ya tanto. Mucha gente que se dice de izquierda, o bien priístas de centro o derechistas del PAN, que antes no ganaban ni 50 mil pesos, ahora tienen ingresos de más de 250 mil pesos mensuales. De allí la rebatinga y rasgaduras de vestiduras que se observa en sus campañas. No crean que se preocupan mucho por el bienestar de sus representados, no se pelean para servir al pueblo sino aspiran a sus sueldazos y prebendas; que vayan y engañen a sus adorables abuelitas.
El PAN, ahora en el poder, también es una vergüenza. Nuestro diario POR ESTO! informa hoy sobre su práctica criminal. “La Comisión de la Función Pública citará a comparecer a los funcionarios cuyas dependencias registraron subejercicios en 2008 y 2009 con numerosos fraudes presupuestales de por medio”. Esperamos que se haga justicia, aunque lo dudo por estar medio corrupta su cúpula.
Punto y aparte, AMLO se ha negado a las alianzas partidarias. No convoca a nadie por ningún partido, sino por las reivindicaciones populares a través de un Movimiento en Defensa de la Economía Familiar con objetivo de un cambio de sistema económico como el que hoy nos deprime.
Entiendo en lo personal, que la historia nos ha enseñado que no hay cambios bruscos y radicales de la noche a la mañana, sino que procede iniciar el cambio a través de una lucha popular de resistencia que comience por las reivindicaciones más urgentes de la población. Arrebatar los altos ingresos de una clase dominante que tiene ingresos estratosféricos mientras el pueblo no tiene nada, con ello se tendría una recuperación de 200 a 300 mil millones de pesos, lo que se invertiría en la creación de empleos para fomentar el mercado interno y depender cada vez menos de las economías de países desarrollados, y sobre todo, emprender una intensa campaña contra la corrupción y la impunidad que nos asfixian.

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