jueves, 18 de marzo de 2010

El imperio de la ley según Washington

Javier Ibarrola PorEsto 17 de marzo de 2010
Fuerzas Armadas

“Estamos dispuestos a ayudar a México a mantener el imperio de la ley”.
¿Qué nos quieren decir con eso? La DEA y el FBI ya se encuentran en territorio mexicano, ya nada más faltaría que divisiones de marines formaran a lo largo de la frontera, por más que suene de película.
La muerte de tres funcionarios del consulado de Estados Unidos en México, el más grande en toda la frontera, amenaza con costarle a México algo más que el descrédito internacional.
El presidente Barack Obama, cumpliendo su papel ante el electorado de su país, se dijo muy “indignado” por lo que había pasado en Juárez.
Y no le falta razón. Hay que recordar que un consulado o una embajada en cualquier parte del mundo es territorio, en este caso, de Estados Unidos y como tal lo defienden al igual que a sus connacionales.
Por eso, más allá de la indignación de Obama, la Casa Blanca, a través de uno de sus voceros, dijo que a pesar de todo, Estados Unidos está dispuesto a coadyuvar en las averiguaciones –de hecho el FBI ya lo hace-, pero no sólo eso, “estamos dispuestos a ayudar a México a mantener el imperio de la ley”.
¿Qué nos quieren decir con eso? La DEA y el FBI ya se encuentran en territorio mexicano, ya nada más faltaría que divisiones de marines formaran a lo largo de la frontera, por más que suene de película.
Todo esto es parte de la improvisación del gobierno federal en la estrategia para combatir la delincuencia, principalmente el narcotráfico. Desde su primer día de gobierno, Felipe Calderón le ordenó al Ejército y más tarde a la Marina desplegar fuerzas para llevar a cabo Operativos que finalmente fallaron.
Fallaron porque no se puede anunciar ante el enemigo lo que se va a hacer. Los narcotraficantes aprendieron, pero las fuerzas del gobierno, no.
El despliegue mediático ordenado por Felipe Calderón en Ciudad Juárez, al igual al de ayer cuando fue custodiado por cinco mil policías, dio por resultado que los delincuentes actuaron más violentamente en Reynosa y Monterrey, y para que no quedara duda de quién tiene el control, asesinaron a tres funcionarios norteamericanos.
En otras palabras, el enemigo sí cambió de estrategia y el gobierno federal se concreta a decir discursos. Que Calderón vaya a Ciudad Juárez es una mera postura porque como miles de ejecutados, la muerte de los funcionarios consulares no será resuelta. Con ello se obliga, en todo caso, a convertir su presidencia en un ministerio público itinerante, porque los asesinatos y secuestros continúan en buena parte del país.
Mientras tanto las fuerzas armadas quedaron en la celda del poder.

De imaginaria
Las fuerzas federales están fatigadas. Nadie les escatima su esfuerzo en esta lucha contra el narcotráfico, por más que haya cuerpos que están más preocupados por mantener la chamba y golpear a quienes ya tienen la experiencia, como ocurre hoy en día en la Secretaría de Seguridad Pública federal.
Ejemplos hay muchos, como el del Coordinador de Fuerzas Federales de Apoyo, comisario en jefe Rafael Avilés.
Este hombre es de extracción civil y es la primera vez que un civil maneja las fuerzas federales, lo que no estaría fuera de lugar a no ser que Rafael Avilés trata muy mal a los militares que ahí están asignados.
Hace poco Avilés tuvo un desayuno con los militares en retiro que hay en fuerzas federales, pero fue para quejarse ya que les prohibió llamarse entre ellos con su grado militar, y la mayoría al unísono le entregaron su renuncia. Tuvo que pedirles perdón y que siguieran trabajando con él. Pero no tolera a los militares.
Pero eso sí, cuenta con un equipo de seguridad más grande que el del propio comisionado de la policía, Facundo Rosas Rosas.
Adentro de las instalaciones lo rodean como si fuera el secretario y no dejan que ni si quiera lo vean. Cierran las vialidades internas cuando va a salir y sus escoltas hasta van colgados de los vehículos.
Y como el mal ejemplo cunde, hay quienes andan tras los puestos interinos de las direcciones generales, sin importar que sea gente que incluso acosa sexualmente a empleadas.
Otros, como Juan Carlos Soto Lazo, con orígenes en el Cisen y diez años de pertenecer a la PFP busca afanosamente una posición más alta.
Difícil ganar una guerra con este tipo de gente.

fuerzasarmadas@prodigy.net.mx
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