viernes, 19 de marzo de 2010

Ganar la guerra

SERGIO SARMIENTO a.m.com.mx 18 Marzo 2010

Lo primero que uno debe saber al entrar a una guerra es si la victoria es posible. De nada sirve comprometer recursos y efectivos en un combate que no se puede ganar. Lo segundo es saber cuál será el costo de la victoria. Es importante también definir qué victoria se persigue.
¿Cuál sería la victoria en la guerra contra el narco que ha emprendido nuestro País? Lo ideal sería terminar el tráfico de drogas ilegales a Estados Unidos, el consumo de enervantes en nuestro País y la violencia del narco.
Nadie se aventura a definir la victoria así, sin embargo, porque se volvería imposible de lograr. Los objetivos se vuelven así más modestos: disminuir el tráfico de drogas, el consumo en México y la violencia. Pero nadie se atreve tampoco a poner cifras concretas a las reducciones que se buscan.
Desde por lo menos un punto de vista, el Gobierno del presidente Felipe Calderón ha obtenido los triunfos más importantes de la historia -no sólo de México sino de Norteamérica- en la lucha contra el narco. Las victorias en las batallas, sin embargo, no significan que estemos ganando la guerra.
No pasa una semana sin que sepamos del arresto o la muerte de algún narcotraficante o sicario de gran relevancia. La lista es interminable, pero entre los más notables de los últimos meses están Arturo Beltrán Leyva, muerto en Cuernavaca, y ‘El Pozolero’, capturado en La Paz. Los decomisos de droga y de dinero realizados por las autoridades mexicanas han sido los mayores de la historia: desde el cargamento de 10 toneladas de cocaína encontrado en Manzanillo el 5 de octubre de 2007 hasta los más de 205 millones de dólares en efectivo que se le encontraron a Zhenli Ye Gon el 15 de marzo de 2007.
Pero ¿significa eso que estamos ganando la guerra? No lo creo, a pesar de todos estos triunfos parciales. La información disponible señala que el consumo de marihuana y cocaína en los Estados Unidos se ha mantenido estable en los últimos años, pero el precio ha descendido. Esto sugiere que la oferta ha aumentado. El consumo de drogas sintéticas, mientras tanto, se está incrementando en la Unión Americana. Incluso en México, la Encuesta Nacional de Adicciones apunta que el consumo de drogas está aumentando.
La violencia vinculada al crimen organizado parece también estar aumentando. Si bien el secretario de seguridad pública del Gobierno federal, Genaro García Luna, afirmó el martes que los homicidios dolosos vinculados al crimen organizado han bajado, los registros que mantienen los medios de comunicación señalan, por el contrario, un alza constante en los últimos años.
Hasta donde yo puedo ver, México está perdiendo la guerra contra el narco en los tres frentes relevantes: el tráfico, el consumo interno y la violencia. Las detenciones y muertes de narcotraficantes, así como los decomisos de drogas, propiedades y dinero, no han servido para detener el crecimiento del narco en ninguno de estos tres campos.
Lo peor de todo es que ni siquiera puedo entender cómo podría el Estado mexicano obtener una victoria. En el mercado de la droga, cada triunfo importante de la autoridad se traduce en aumentos de precios, los cuales crean incentivos para la producción y la distribución. Me parece que el Gobierno nos ha comprometido en una lucha en que la victoria es imposible.

MENOS ATRACTIVOS
“México parece haber perdido el atractivo para la inversión extranjera, como lo demuestran las cifras de los últimos tres años, y no nos equivoquemos, no ha sido solamente la crisis.” Las palabras del agregado comercial español en México, Luis Zapico Landrove, son un balde de agua fría. La inversión extranjera directa cayó 58%, de 27 mil a 11 mil millones de dólares. La inseguridad jurídica y el riesgo político parecen ser los factores fundamentales en esta caída.
www.sergiosarmiento.com

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