viernes, 19 de marzo de 2010

Gómez Mont, distante de Calderón, va a caer; ¡Lozano y Lujambio se apuntan!

En la Línea Félix Fuentes El Universal 18 de Marzo de 2010

El diálogo está roto entre el presidente Felipe Calderón y su secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, quien pronto habrá de dejar su cómodo sillón de Bucareli, así se ostente como interlocutor válido del Ejecutivo con el Congreso de la Unión.
Los dirigentes de partidos políticos se niegan a tener tratos con Gómez Mont después del frustrado pacto entre PAN y PRI y los escándalos en la Cámara de Diputados. Le perdieron la confianza.
Tras su renuncia a Acción Nacional, sin haber formalizado claramente su reingreso a ese partido, quien debiera ser responsable de la política interior rompió con el líder blanquiazul, César Nava.
Gómez Mont ya no es útil al primer mandatario y así se explica por qué en la gira de trabajo del pasado día 8 a Michoacán cada uno volteó para diferentes direcciones, tanto en el avión como en un presídium. Se les acabó el deseo de conversar.
El huésped de Bucareli no fue invitado al tercer viaje de Calderón a Ciudad Juárez, lo cual coincidió con la autorización de licencia en San Lázaro de Roberto Gil, quien asume una subsecretaría de Gobernación y se convierte en enlace con Los Pinos.
Gómez Mont ha reiterado que no dejará su cargo. Es el estilo del gabinete presidencial. La frase de “no renunciaré” ha sido dicha por los secretarios de Hacienda (Agustín Carstens), del Trabajo (Javier Lozano), de Seguridad (Gerardo García Luna), de Comunicaciones (Juan Molinar Horcasitas), y otros que se fueron como Alberto Cárdenas, Eduardo Medina Mora, Luis Téllez y Jesús Reyes (Pemex), entre otros.
Los principales colaboradores de Calderón se creen propietarios de la parcela que ocupan. No aceptan que son simples secretarios. Sólo eso.
Los mismos panistas se preguntan por qué continúa Gómez Mont en Gobernación y la respuesta es: “porque el Presidente no ha encontrado con quien relevarlo”.
Increíble, pero cierto, el panismo carece de políticos y buenos administradores, lo cual se comprueba en los hechos, aparte de que Calderón se ha visto distante de la gente de su partido.
¿O cómo se explica que el viejo blanquiazul, Rodolfo Elizondo, haya sido destituido en Turismo y en su lugar fue nombrada Gloria Guevara, ajena al PAN y en cuyo currículum sólo destaca como vicepresidenta y directora de Sabre Travel Network México, empresa de reservaciones y viajes? ¿Pues cuántos boletos vendió al calderonismo?
SOBRE EL INMINENTE cambio en la Secretaría de Gobernación fue notoria la avidez de Juan Molinar Horcasitas para arribar a esa dependencia.
Ni a través de sus lentes pudo ocultar su ambición, pero el mundo se le vino encima con el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al responsabilizarlo, junto con el ex gobernador sonorense Eduardo Bours, de la muerte de 49 niños en la maldecida guardería ABC.
Suponen los panistas que hasta allí llegó Horcasitas, con mayor razón si se empeña en golpear a TV Azteca, en beneficio de diversos intereses oscuros.
¿Quiénes entonces pueden entrar a Bucareli en lugar de Gómez Mont? Aunque usted no lo crea es mencionado el ex priísta Javier Lozano, autor de fracasos como los del sindicato minero de Gómez Urrutia y el de LyFC de Martín Esparza. Esto exhibe la pobre conducción calderonista.
Un segundo prospecto es el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio Aranzabal, quien se siente presidenciable porque intervino en la elaboración de la reforma política de Calderón y se convirtió en hijo predilecto de Elba Esther Gordillo, vicepresidenta de México. Como decía un estimado norteño: “¡Qué bien va todo!”.

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