martes, 19 de enero de 2010

Las “aguas benditas “se agitan como antaño

Las “aguas benditas “se agitan como antaño
PorEsto 2010-01-19
Por Juan Apolo Durán Castillo


La abierta discusión que se ha desatado entre el PRD y el episcopado católico que tiene a su jefe mayor en Norberto Rivera, ha sacado a relucir el poder que la Iglesia ha recuperado y la actitud soberbia que se le ha conocido a través de la historia de nuestra patria y vuelve a dejarse sentir a través de los medios de comunicación muy consecuentes para el caso.
Bien se dice que en los hechos está funcionando, sin registro y al margen de la ley, el Partido Nacional Católico que precisamente por andar solapado en el sentimiento religioso, no aspira al poder político directo sino al poder omnímodo detrás del poder político y para eso se prestan de manera abyecta, ahora el PAN y no lejos el PRI.
En el escenario actual, con las barrabasadas del presidente forzado, Calderón, que ante las presiones de los acreedores políticos por el cobro de facturas por el fraude del 2006 y de la Iglesia que jugó en las mismas, llega para el 2012 mejor posicionado el PRI y Norberto PRIvera, ni corto ni perezoso, aprovecha las declaraciones de diputados del PRD, quienes declaran que el finado de Corripio Ahumada tuvo por ahí algún hijo biológico y que luego le cambiaron por hijos putativos, para pedir al pueblo de México que no voten por un partido que calumnia la limpia figura del que fuera un gran patriota que quiso a México y que su celestial boca jamás pronunció algo que fuera en contra de los pobres de esta país y que su santo cuerpo jamás procreó alguna estirpe de su exquisita religiosidad en que mantuvo al país y ya en forma abierta, le ordena a los feligreses que vean en el PRD al enemigo acérrimo de la religión y ahora sí, jamás voten por este partido (sólo faltó el dictado de excomunión como en la época medieval).
Eso está muy claro, a la Iglesia todo le ha salido bien a partir de Salinas con los cambios que se le hizo a la Constitución. Ahora parece que está en la cúspide de sus anhelos e intereses, y el Partido Nacional Católico ha estado haciendo un cabildeo a través de sus sedes de provincia para cerrar el paso a las reformas y nuevas leyes que permiten el aborto y el matrimonio homosexual y la adopción en el Distrito Federal. La palabra incendiaria mediático de los curas en las iglesias y las reuniones discretas de los obispos, arzobispos y cardenales con políticos encumbrados con los dos partidos hegemónicos, llevan la doble finalidad, por un lado debilitar y detener las posibilidades de que la izquierda, a través de Marcelo Ebrard o López Obrador, sea un objetiva realidad de un cambio a fondo a favor de la mayoría, del que dicen están a su lado y por otro lograr el retorno del PRI, con los políticos de nuevo cuño que ven en la Revolución Mexicana hechos románticos de rancheros y peones de rancho con sus Adelitas y caballos alrededor de las fogatas antes de entrar en combate. ¡Cuánto daño le están haciendo a nuestra patria esos señoritos cultos educados en universidades en su mayoría extranjeras!
De que esté funcionado la maquinaria bañada por “las aguas benditas” es cierto y es probable, si los liberales mexicanos siguen en su letargo, de que el poder celestial a través de la curia apostólica el 2012, a través del PRI sea nuestro próximo presidente. Ellos ya están en campaña. Por lo visto, los mexicanos estamos viviendo la nueva versión o la reformulación, ni siquiera disimulada, del Partido Católico Nacional que en mayo de 1911 fue fundado y tuvo a Gabriel Fernández Somellera como primer presidente y “Dios, Patria y Libertad “como lema y que fue acallado por la nueva letra legal en Querétaro en febrero de l917. Parece que para contrarrestar esta escalada de la Iglesia, las fuerzas progresistas liberales deben de pugnar por una nueva República a través de un nuevo Congreso constituyente.

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