jueves, 4 de febrero de 2010

¿Alianzas o complicidades cupulares de los partidos?

¿Alianzas o complicidades cupulares de los partidos?
Conjeturas Alvaro Cepeda Neri PorEsto 3 de febrero de 2010

Las alianzas entre partidos políticos para las disputas electorales, no son nuevas ni fuera de lo común. Ha sido una constante después de que el Estado de Partidos, en los contextos democráticos, se consolidó. Y fórmula sobre todo, para atraer más votos, una vez que dos o más partidos sellan su unión pasajera para enfrentar a un partido cuantitativamente fuerte, al que quieren desplazar del poder o temen les pueda ganar en las urnas. En la vieja-nueva, por sus cambios innovadores, Unión Europea (que en sus escritos políticos propuso Kant), las alianzas de ese tipo aparecen en cada elección y cumplen con su objetivo.

Entre nosotros, todavía infantiles en la más lucha que competencia electoral, se han dado complicidades antes que alianzas. Estas aparecen cuando, también, existe un partido de centro, sea de tendencias de izquierda o derecha; pero, siempre con la condición de que sus programas, propuestas y declaración de principios tenga coincidencias para poder engranar y marchar juntos, convocando a sus militantes y simpatizantes, para sufragar por el pacto partidista haciendo a un lado sus idearios de partido.
En el escenario mexicano, si bien tenemos un bien cimentado partido de centro: el PRI, con tendencias socialdemócratas, y uno de derecha y conservador, como el PAN, de tendencias muy religiosas y plagado de prejuicios, no tenemos ya más que un desdibujado enjambre de facciones de frágil izquierda, que es el PRD, despedazado por corrupción, errores estratégicos y ambiciones totalmente desatadas entre sus “partiditos” y caudillos... con pandillas y “personajes” como Juanito y Los Chuchos.
Así que entre el PRI, que va a la cabeza, por esas raras sorpresas, con ascenso fundado en el fracaso del PAN por corrupción en el manejo del gobierno, el descrédito del PRD, y los demás partidos no hay coincidencias, salvo la legítima de alcanzar los poderes representativos.
Buen símil utilizó el senador sonorense Beltrones Rivera (la más lúcida cabeza po-lí-ti-ca del priísmo actual, perteneciente a su ala modernizadora), al decir que una alianza con el PAN o con el PRD, será un “engendro”. Y que los panistas, al estar dispuestos a una alianza-complicidad con el PRD con tal de intentar ganarle al PRI, significa que Cesarín Nava es un idiota redomado.
Pero ya, afortunadamente, el caudillo perredista, López Obrador y por Calderón salió al paso de esas uniones transitorias, el secretario de Gobernación, y dirigentes del PRI, para cortar de tajo esa posibilidad e incluso para que no prosperen.
Los electores quieren tres partidos punteros y el resto, si quieren, pueden sumarse como lo han hecho: PVEM con el PRI; Panal con el PAN, y PT y Convergencia con el PRD. Más o menos son afines y más de uno se quiere anexar por oportunismo político, pues solos llevan las de perder. Hay casos donde no se trata de vencer al PRI, como en Oaxaca y Veracruz donde el adversario-enemigo de panistas y perredistas son los déspotas y antigüedades de Ulises Ruiz y Fidel Herrera; a la mejor, también Mario Marín, en Puebla y, el desgobernador de Sinaloa.

cepedaneri@prodigy.net.mx

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