miércoles, 24 de febrero de 2010

México es una nación solidaria en el extranjero

Los Grandes Días 
Manuel Mejido Organización Editorial Mexicana 23 de febrero de 2010
Candil de la calle

* México es una nación solidaria en el extranjero

* Chalco, Neza y Angangueo siguen anegados por el agua

* Tardía indemnización a los damnificados por las lluvias

El viernes pasado zarpó de Puerto Progreso, Yucatán, el buque "Tabasco" con 698 toneladas de víveres y medicamentos para ayudar al pueblo haitiano, luego del devastador terremoto que afectó la isla el 12 de enero.

Hasta la fecha, el Gobierno mexicano ha enviado siete embarques que suman cinco mil 34 toneladas de ayuda humanitaria. El primero se hizo cinco días después de la tragedia y todavía falta uno próximo con mil 500 toneladas más.

Los artistas del duopolio televisivo se solidarizaron con el pueblo de Haití y editaron un disco que se vende en 99 pesos y todo lo recaudado será para ese país. También preparan un concierto tumultuario y varios espectáculos más.

Por esos actos, tanto el pueblo como el Gobierno mexicanos, son calificados de solidarios en las desgracias y unidos en la tragedia y que saben responder ante las desgracias de las naciones hermanas. Así lo han demostrado en otras ocasiones.

La tarde del 26 de diciembre de 2004, un maremoto dejó incuantificables daños materiales, millones de damnificados y más de 200 mil muertos en Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia.

En enero de 2005 la administración foxista organizó la llamada Fraternidad Internacional, que logró recaudar mil 480 toneladas de víveres y medicamentos para ese pueblo en desgracia. La Secretaría de Marina envió los buques Usumasinta, Papaloapan y el Zapoteco, en un viaje que duró casi 40 días.

El 25 de enero de 2008, el presidente de la República de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, otorgó un reconocimiento al Gobierno de México por la ayuda y el invaluable apoyo recibido durante el maremoto.

En 2005, una tragedia casi desapareció la ciudad de Nueva Orléans, en la Unión Americana. El 28 de agosto el huracán "Katrina" tocó tierra y dejó pérdidas materiales por más de 75 mil millones de dólares y un estimado de mil 800 muertos.

Una semana después, Gobierno y pueblo mexicanos demostraron su solidaridad con los estadunidenses. Vicente Fox envió el buque Papaloapan, que zarpó del puerto de Tampico, Tamaulipas, con mil toneladas de alimentos y medicamentos.

Además, el Gobierno foxista envió a Luisiana un convoy de 15 vehículos del Ejército, dos helicópteros, brigadas de salud, plantas de potabilizadoras de agua, cocinas móviles para alimentar a siete mil personas y un grupo de 167 soldados que fueron empleados como cocineros.

Hoy, sin embargo, la solidaridad y apoyo que han caracterizado al pueblo y al Gobierno nacional fallaron para ayudar a los mexicanos en desgracia.

Han pasado tres semanas desde que las lluvias desbordaron el Río de los Remedios, en Nezahualcóyotl, y el Canal La Compañía, en Chalco, ambos en el Estado de México, y las colonias afectadas continúan sumergidas entre el agua y lodo.

Lo mismo ocurre en los municipios de Tlalpujagua y Angangueo, en Michoacán, donde las fuertes lluvias desaparecieron el santuario de las mariposas monarca, una invaluable reserva ecológica, considerada importante centro turístico a nivel mundial.

Se estima que al menos 70 mil personas siguen damnificadas, las pérdidas materiales aún no se calculan y la ayuda humanitaria se limitó a algunas giras presidenciales que no solucionaron nada ni agilizaron las tareas de reconstrucción.

Las discusiones se centraron entre quién era el responsable de los daños. Si el Gobierno de la República, el estatal o los municipales o si habían fallado los trabajos de mantenimiento del Sistema de Aguas de la Ciudad de México o si el error era de la Comisión Nacional del Agua.

Durante un recorrido por la zona conurbana al Distrito Federal, aún pueden verse decenas de familias que se niegan a abandonar lo poco que queda de sus hogares por temor a ser víctimas de ladrones o de saqueos por parte de policías y militares que, supuestamente, vigilan las zonas devastadas.

Los centros de acopio fueron pocos y aún menos los víveres, medicamentos y ropa recaudados para auxiliar a quienes lo perdieron todo. Tampoco se solidarizaron los artistas, ni se abrieron cuentas bancarias para captar ayudas voluntarias.

Apenas el domingo pasado, fueron entregados los cheques de ayuda por montos no mayores a 15 mil pesos. Varios de ellos tuvieron errores en el nombre de los afectados que imposibilitaron su cobro inmediato. Comenzaron a brotar las enfermedades estomacales, oftálmicas y respiratorias.

Pero también aumentó el hambre y creció el descontento popular contra las autoridades. A la vista y el análisis de los hechos, el Gobierno de México sigue siendo "candil de la calle y oscuridad de su casa".

mejido@elsoldemexico.com.mx

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