miércoles, 24 de febrero de 2010

Ser Norte o Latinoamérica, he ahí el dilema

Ser Norte o Latinoamérica, he ahí el dilema
Campos Elíseos Katia D Artigues El Universal 23 de febrero de 2010

Playa del Carmen, Quintana Roo. Hace tres años —tras el paso del trío Fox, Castañeda y Derbez— hubiera sido imposible verlos sentados en el mismo salón, convocados por México. Pero ayer ahí estaban sentados en la misma mesa de herradura de la plenaria de la Cumbre de la Unidad: Raúl Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, Cristina Kirchner, Michelle Bachelet…
¿Qué no se logró llegar ya a los acuerdos necesarios para el esperado anuncio de la creación de un nuevo organismo internacional regional latinoamericano? No. Al menos no aún.
Está implícito en el uso de verbos de la ya condensada Declaración de Cancún, puros verbos de “pérame tantito”: el más usado, con ocho veces es “promover”. Le siguen “reconocer” y “reafirmar” con cinco; “intensificar” con cuatro y luego “impulsar” y “ampliar” con tres.
¿Que no se dará el anuncio de un tratado de libre comercio con Brasil? Tampoco. Vaya, hasta se llegó al acuerdo de anunciar —junto con la inversión de Braskem— a la iniciativa como Tratado de Negociación Estratégica.
Eso sí: ya no estamos enemistadísimos con nuestros hermanos latinoamericanos. Operación cicatriz habemus. Ya habremos de ver si los protagonismos latinoamericanos —que se nos dan, están en la genética— dan para la unidad y más allá: si somos capaces de más allá de querernos mucho, encontrar incentivos económicos y políticos para que la región se una. Si encontramos, como decía ayer en el discurso inaugural Felipe Calderón, más coincidencias que divergencias:
“No es un asunto de izquierda o derecha, sino de pasado y futuro… Cuando nos dividimos, nos rezagamos”…
Si es así, ¿no se arreglará la polarización política interna con una Cumbre en el Grand Velas?
En fin, que queda claro que este gobierno apuesta por tratar de tener buenas relaciones con el norte y con el sur. Es sujeto de una vieja disyuntiva: ser Norteamérica (con quien tenemos el 80% de nuestras relaciones comerciales y compartimos el 20% de nuestra población) o Latinoamérica, y ser “el puente” entre las regiones. Claro que para eso se necesita que las dos partes quieran cruzar… Veremos.
En toda Cumbre hay anécdotas y personajes. Pinceladas:

El dúo Bachelet / Calderón. Y no porque los presidentes de Chile y México coincidan en la unidad, que sí; o se releven estos países como secretarios pro-tempore, que también, sino literal: un día antes, en el coctel que ofreció México en el hotel Grand Velas cantaron con mariachi...
La presidenta chilena (una de l@s mandatari@s que junto con Tabaré Vázquez, Óscar Arias y al final del año, Lula da Silva, se irán por lo que Margarita Zavala les dedicó Las Golondrinas) no tiene mala voz... y se sabe canciones mexicanas.

El inevitable Haití. René Préval, presidente de Haití, de plano pidió el micrófono en el coctel en plena presentación de Pepe Aguilar... Y no para cantar.
Fuera de protocolo, acompañado por su activa esposa, Elisabeth Debrosse Delatour y su embajador en México, agradeció la donación del pueblo de México para la emergencia —que sigue— en su país.
Uno de los que escucharon su agradecimiento fue Carlos Slim. Su fundación dio peso a peso a la donación de casi 33 millones de pesos recaudados. El ingeniero, quien acaba de estar hace unos días en Haití, comentaba la sorpresa cuando Préval lo recibió en una diminuta oficina con apenas dos sillas...

Los taquilleros. Piense lo que quiera, pero Hugo Chávez es un personaje. Con el que todos quieren sacarse fotos, el último en sentarse en la plenaria cuando piden “a todos los asistentes” que lo hagan. El que canta México lindo y querido nomás toca tierra mexicana...
Pero otra muy popular es Michelle Bachelet, con quien también muchos y muchas —como Amalia García— querían sacarse la foto.
Como una mujer que se le acercó y Bachelet, como si faltara, se presentó: “Soy la presidenta de Chile”. La mujer, Alicia Concepción Ricalde Magaña, panista, respondió: “Y yo la presidenta de Isla Mujeres”. Como dice Yuriria Sierra: eso es autoestima.
Por cierto, y ya para terminar, ¿qué hacía un avión del US Air Force en el hangar presidencial desde el domingo y hasta por lo menos el lunes por la tarde? ¿Lo mandó la OEA?

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