lunes, 5 de abril de 2010

Se ha puesto de moda pedir perdón y dar disculpas

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Prólogo Político
Alvaro Cepeda Neri PorEsto 3 de abril de 2010

A partir del catastrófico desenlace de la Segunda Guerra Mundial (hoy, bajo esas cenizas persisten visos de una tercera y... última; mientras el violento cambio climático puede bien ser una tercera guerra) y de que, afortunadamente, perecieron en su intento genocida el nazismo y el fascismo (con éstos el stalinismo), y puesto que las cuestiones de culpa son de tinte metafísico, los dirigentes políticos y religiosos, asumiendo la responsabilidad por las persecuciones y matanzas de sus antecesores, les ha dado por pedir disculpas e incluso solicitar el perdón a la Humanidad y directamente a los descendientes de las víctimas de abuso del poder gubernamental. Y de los demás abusos, del machismo, pederastia y casos similares.

Los alemanes han pedido perdón por, sobre todo, el genocidio de los judíos que, ahora como israelitas no se han disculpado por sus abusos en Cisjordania. Los chilenos han pedido disculpas por las matanzas de Pinochet. El Papa Benedicto XVI apenas si ha pedido “comprensión” en torno a los violadores de niños y niñas, pederastas que se esconden en su uniforme y quienes en lugar de masturbarse o si lo hacen, además, abusan sexualmente de acólitos, seminaristas y de la niñez que se acerca a ellos. Ese Papa hasta se atrevió a decir que nadie tiene autoridad para juzgarlos, ignorando ese señor que para eso están los tribunales judiciales, y los violadores al servicio del catolicismo deben ser procesados, remitidos a la cárcel y de pilón castrados.
Por todo el planeta (un planeta acosado por la escasez de agua potable, el deshielo de los Polos y los efectos devastadores de ese cambio climático que genera, con su satélite la Luna peores mareas que los tsunamis provocando desgracias, sumadas a las de los terremotos, que siguen amenazando a la Humanidad); por todas partes los dirigentes de los Estados cometen sangrientas represiones, usan a militares para combatir delincuentes y de paso, asesinan impunemente a ciudadanos indefensos (como el homicidio de los dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey)... todos esos responsables se disculpan o, como Calderón, con cara de hipócrita envían su pésame.
Pero de nada sirven disculpas, pésames y solicitudes de perdón, ante los abusos políticos, religiosos y militares. Los pederastas deben ser enjuiciados y sancionados duramente; y los militares que, supuestamente, cometen “errores”, ser llevados ante los tribunales, para recibir el deslinde de sus responsabilidades. Debe cesar de inmediato la impunidad de quienes tienen poder político y religioso. Basta ya de disculparse. Por que no se trata de “perdonar” sino de sancionar penal y civilmente, incluso a un presidente, primer ministro o cualquier otro funcionario, sin dejar de lado a los ministros de la Iglesia Católica (a los que, como en otras religiones, ya se les debe, al menos, autorizar tener novias y amantes, en lugar de ser pederastas). Ni pésames, ni disculpas valen ya. En el caso de los curas no hay otra que “ojo por ojo y diente por diente”. E igual con los funcionarios que abusan y roban.

cepedaneri@prodigy.net.mx

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