sábado, 27 de febrero de 2010

Beatriz, la vaga

Beatriz, la vaga
Tronera Salvador Camarena El Universal 26 de febrero de 2010


Pocos han sido tanto y, al mismo tiempo, pueden ofrecer hoy tan poco a las nuevas generaciones como Beatriz Paredes. Su actuar constituye la mejor noticia para los que pretenden desmontar la idea de que es inevitable el retorno del PRI en 2012. La ambigüedad de la presidenta del Revolucionario Institucional podrá ser usada como munición cuando empiecen las campañas electorales en las que se contrastará el decir con el hacer, cuando los políticos se vean obligados a fijar posturas claras ante temas que dividen a la sociedad.
Gobernadora, embajadora, senadora, subsecretaria de Gobernación dos veces, legisladora local, y tantas veces diputada federal que, como en los bares, ya podrían poner su nombre a una curul (lleva cuatro Legislaturas). Paredes echa mano del lenguaje para evadir la bala de los hechos. Su entrevista de la semana pasada con Joaquín López Dóriga evidencia lo anterior; quintaesencia del viejo PRI, esa vaguedad vive en los “nuevos tiempos” del tricolor. Si al final reconoció que pidieron bloquear alianzas a cambio del voto legislativo fue mérito total del reportero, que arrancó retóricos rezongos a esta mujer que gusta de la trova.
Si el desplegado No a la Generación del No tiene un destinatario, es ella: usted con tantos amigos entre progresistas, usted que ha mirado el país desde fuera y gusta de citar a Octavio Paz, usted jefa de la oposición no puede dudar ante la cita. ¿Qué dirá Beatriz? ¿Será como cuando muchas voces reclamaban que se definiera ante la ola ultraconservadora que ha arrasado derechos de las mujeres en el tema del aborto? Al principio, las desoyó. Más tarde, intentó justificarse: “actuamos respetando nuestra condición de partido federalista, y asumiendo la libertad democrática de los legisladores locales de filiación priísta” (El Universal 30/11/09).
En ese texto asentó: “en varios asuntos, tengo posiciones distintas a las de un número importante de militantes de mi partido —algunos dirían que soy más vanguardista en los temas de derechos civiles, más modernizadora en los temas económicos, más radical en los de derechos humanos, más innovadora en los de derechos políticos, pero mis correligionarios y correligionarias saben que, como presidenta, tengo una conducción democrática, respetuosa del debate interior, buscando equilibrios internos y tratando de generar consensos—. Doy mis batallas, en los temas de mis convicciones, como una militante más, con un rango de dirigencia, pero no con una dirigencia ni autoritaria ni vertical”. En otras palabras, yo Beatriz veo más lejos que ustedes, pero en vez de guiarlos a un mundo mejor, me plegaré a lo que pidan. Vaya filosofía de una líder.
Pero por un momento demos por buena su palabra escrita y contrastemos su “radical” visión de los derechos humanos con lo que pasa en la priísta Oaxaca y el priísta Edomex; lo “moderno” de su agenda económica con su abrazo a la CTM de antier; su “innovador” enfoque de los derechos políticos con su “no pasarán” a las candidaturas ciudadanas, y su postura de “vanguardia” en los derechos civiles con la lucha del PRI del país en contra del aborto.
Con Paredes de avanzada, el tricolor ya se siente en Los Pinos. No tan rápido: las nuevas generaciones pedirán definiciones que sí calcen con la realidad. ¿Podrá Beatriz?

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