sábado, 27 de febrero de 2010

Consumidores: la hora de la libertad

Consumidores: la hora de la libertad
Daniel Gershenson El Universal 26 de febrero de 2010

Era el año de 1962. El mundo pasaba por una guerra fría sin tregua ni término visible. Países no alineados formaban su propio bloque. Antiguas potencias imperiales que se habían impuesto al Eje, a un alto costo humano y material en la Segunda Guerra, mantenían su repliegue de antiguas esferas de influencia. El destino del mundo parecía pender de un hilo, ante la posibilidad de un conflicto nuclear de dimensiones imprevisibles.
Eran tiempos de certezas que empezaban a corroerse, de carreras espaciales y armamentistas; de rebeliones culturales, gobiernos militares en Latinoamérica y un proceso revolucionario en Cuba. Un planeta convulsionado, con empresas globales que dejaban sentir su gran poder a expensas de millones de usuarios incapaces de combatir sus abusos.
El 15 de marzo de ese año, John Kennedy emitía una resolución para el Congreso de EU, cuyas repercusiones siguen vigentes. El Presidente inauguró una nueva forma de percibir —y dotar de sentido— a las relaciones que vinculan a proveedores y sus consumidores, aquí y en el resto del mundo. Kennedy oficializó la protección, y enumeró cuatro derechos básicos del consumidor: seguridad, información debida, libertad de elegir y a ser escuchado. Con el tiempo surgirían cuatro derechos adicionales: satisfacción de necesidades básicas, compensación, educación y un medio ambiente sano.
Pasaron 14 años para que en México se decretara, en 1976, la creación de una entidad cuyo aparente propósito era la protección de los consumidores (pero desde una óptica paternalista, parcial y autoritaria). La Procuraduría Federal del Consumidor confirmaba el discurso gubernamental que veía al usuario de bienes y servicios como un sujeto, sin goce de plenos derechos individuales o colectivos. Una lectura muy formal e incompleta, que no admitía cambios y tenía un sello oficialista. Los ocho derechos originales se acortaron a siete: información, educación, elección, seguridad y calidad, no discriminación, compensación y protección. Lo mismo, pero diferente: el abuso generalizado, y la imposibilidad de defenderse a pesar de las buenas intenciones.
En 1983, se estableció a nivel internacional el 15 de marzo como Día Mundial de los Derechos del Consumidor, que desde entonces se celebra para difundir y fortalecer las relaciones globales entre grupos especializados, aunado a la promoción de causas ciudadanas. Cada año se elige un tema: agua, energía, publicidad engañosa, comida chatarra, o servicios financieros, que serán el tema de este año.
A diferencia de las mejores prácticas en el mundo, aquí esta fecha se tergiversó como un simple recurso para la autocelebración del gobierno, que contrasta con el pobre desempeño en defensa de los consumidores, y sin que la ausencia de los usuarios opaque el festejo burocrático. Así ha sido durante 27 años.
Pero no esta vez. Un grupo de asociaciones convocaron la primera Convención Nacional de Consumidores, que será el 13 de marzo en la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y donde asistirán organismos de la sociedad civil de todas las entidades federativas, así como de expertos y personajes públicos de altísimo nivel. Un evento diseñado por y para la ciudadanía, destinado a la reflexión y búsqueda de medidas concretas que —ahora sí— entrañen una emancipación definitiva del usuario.
La convención abordará soluciones como las acciones colectivas, y el proyecto legislativo a su favor que debe ser aprobado lo antes posible por los diputados. Esta propuesta vendrá aparejada con la iniciativa para fortalecer e independizar a la Comisión Federal de Competencia, y otra que plantee una impostergable apertura a nuevos actores de telecomunicaciones en México, para fomentar la competencia real y la transparencia. Se buscarán consensos desde la sociedad y a favor del interés público.
Aunque rezagado, México se pone al día con naciones que emprendieron su tránsito exitoso hacia la obtención de derechos amplios. Esta primera Convención Nacional constituye un hito: el mejor síntoma de que el movimiento que inició Kennedy hace casi medio siglo goza de cabal salud, y por fin se consolida en México.
www.alconsumidor.org Twitter:@alconsumidor
Presidente de Alconsumidor, AC

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