Alianzas sangrientas

Javier Ibarrola PorEsto 24-marzo-2010

Fuerzas Armadas

“No sean paranoicos, esto pronto se va a acabar. Esto es un reacomodo. Pronto se van a acabar las extorsiones, secuestros, derecho de piso, habrá pas sin Z se vivirá sin miedo. Pueblo, no nos tenga miedo. Nuestra gente está bien identificada”.

En medio de un conflicto que cada día cobra inusitada virulencia, el equipo pesado del gobierno de Barack Obama se encuentra ya en México, encabezado por la señora Hillary Clinton, en su calidad de secretaria de Estado, seguramente con una cartera repleta de recomendaciones para que México vuelva al redil.

El equipo se complementa con el secretario de Defensa, Robert Gates, el jefe del Estado Mayor Conjunto, Michel Mullen y la señora Janet Napolitano, la gurú de la seguridad, junto con otros 35 funcionarios.

¿Qué motivó esta invasión? Para la mayoría el motivo fue la muerte de tres personas ligadas al Consulado norteamericano en Ciudad Juárez, para el gobierno de Calderón, todo lo que significa una guerra que no termina y que ya es demasiado cara.

Pero según análisis de algunos miembros del Centro de Análisis y Opinión de Militares y Marinos Retirados (CAOMIR), la situación se torna más crítica al descubrirse las alianzas entre diversos cárteles.

“Si pensamos que Juárez había sido lo peor en el tema de violencia del narcotráfico, lo que sucede en Tamaulipas y Nuevo León puede superarlo. ‘Todos unidos contra los Zetas’, es la consigna que ha desatado una guerra en el noreste de México que tiene como objetivo eliminar al grupo de sicarios más sanguinarios y violentos de México”.

Según los analistas militares el cártel del Golfo ha hecho una alianza con su enemigo histórico, el cártel de Sinaloa, comandado por Joaquín El Chapo Guzmán, y las dos mafias unen en estos momentos su poder armado contra Los Zetas que se defienden de la ofensiva de exterminio. Los combates se libran en las calles de las principales ciudades de Tamaulipas, sobre todo Reynosa y Nuevo Laredo, pero también en Tampico, Matamoros y otras regiones del estado. También en el Norte de Nuevo León hay zonas de esta cruenta guerra, en la que la población ha quedado atrapada entre el temor a los fuegos cruzados, la psicosis social esparcida por las redes de internet, y la falta de respuesta inicial de las autoridades que por momentos parecían espectadores interesados en esta guerra.

“Los ‘ejércitos’ de sicarios tienen sus propias claves: CDG, son las siglas que aparecen en las camionetas en las que viajan los escuadrones armados por las ciudades en su cacería de zetas. CDZ son las siglas que traen rotuladas las camionetas de Los Zetas para distinguirse en los enfrentamientos. Con esas mismas siglas los grupos firman propagada y contra propaganda como las mantas aparecidas en calles de Reynosa y Laredo.

Otro analista del CAOMIR revela que en efecto el cártel del Golfo envía mensajes al “pueblo” para que “no se preocupen”.

Firmado con las siglas CDG (Cártel del Golfo) le dice a la gente: “no sean paranoicos, esto pronto se va a acabar. Esto es un reacomodo. Pronto se van a acabar las extorsiones, secuestros, derecho de piso, habrá pas sin Z se vivirá sin miedo. Pueblo, no nos tenga miedo. Nuestra gente está bien identificada. Por eso decidimos rotular las trokas. Traen la leyenda de CDG y XXX, M3. XXX M3=X CGD, X Gente del Chapito, XL Familia Michoacana, M3= MP al Servicio. Están rotuladas para que el Ejército no nos confunda y no confundirnos, ya que han habido rencillas en diferentes puntos”.

Ezequiel Cárdenas, hermano de Osiel, y Joaquín Guzmán Loera junto con Ismael, El Mayo Zambada, son los capos que dirigen la campaña de exterminio contra Los Zetas que lleva ya varias semanas, dicen los analistas.

En el gobierno federal y en el del estado saben lo que ocurre y tienen reportes de inteligencia policiaca y militar que confirman el reacomodo entre los grupos del narcotráfico, las nuevas alianzas y la estrategia para acabar con los antiguos sicarios del Cártel del Golfo.

Según algunos de esos reportes, la alianza Chapo-Golfo surgió a partir de la muerte de Arturo Beltrán Leyva, antiguo aliado de Los Zetas y se da porque los dos grupos deciden enfrentar a los violentos sicarios, de formación militar, para sacarlos definitivamente de varias de las plazas que controlan actualmente, pero principalmente de Tamaulipas y la frontera de Laredo y Reynosa.

Según los análisis que tienen en Seguridad Pública Federal y autoridades de Tamaulipas, la decisión de aliarse para buscar el exterminio de Los Zetas también parte de que los restos de los grupos de la droga en México, consideran que la organización de sicarios, ex gafes del Ejército mexicano, violentó sus “códigos de operación” al dedicarse al secuestro, extorsión, el control de giros negros y, sobre todo al “sobrecalentar” las plazas con su conocida violencia.

“Se están matando en las calles, donde se encuentran; hay una campaña de aniquilación hacia Los Zetas que hoy está en Tamaulipas y Nuevo León, pero que va a comenzar a extenderse pronto y se pasará a otros estados del país, donde ese grupo tiene presencia, porque la decisión de la alianza Chapo-Golfo es ir a perseguirlos y cazarlos a todas las plazas donde están”.

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