jueves, 25 de marzo de 2010

La fatiga espiritual del PAN

Jorge Eugenio Ortiz Gallegos PorEsto 24-marzo-2010

Había periclitado la prevalencia de los principios éticos de los fundadores del Partido Acción Nacional de 1939. Aquella "brega de eternidad" de Manuel Gómez Morín, aquella "técnica de salvación" de Efraín González Luna, enjundia de una lucha cimentada en la preeminencia de los valores morales en el campo de la política, fueron desechadas como balastro por la borda de los nuevos tripulantes de esa institución, para aligerar la llegada al puerto de abrigo en que se alcanzase el poder. En Luis H. Álvarez tuvo el desenlace dramático cuando desmanteladas las banderas, se aceptaron los diálogos para una negociación de toma y daca acerca de triunfos y derechos ciudadanos.
La historia ha sido ampliamente documentada: "Salvador Nava, las últimas batallas" por Alejandro Caballero, 1992. "Guanajuato, Espejismo Electoral" por Ricardo Alemán 1993. "Sonora 1991, historia de políticos y policías" por Roberto Zamarripa 1993, por citar los primeros.
Los eventos parten de 1988. A pesar del gran fraude y la acumulación espurrea a favor de Salinas, luego de que se callaran y cayeran las computadoras del sistema de la Secretaría de Gobernación, y se fabricaran resultados apócrifos, súbitamente el entonces presidente del PAN, Luis H. Álvarez, acompañado entre otros de sus allegados por el que le sucediera en ese cargo a principios de 1993, Carlos Castillo Peraza aceptó los diálogos con los emisarios de Salinas, y de ahí salió la postura complaciente de cancelar la protesta de los panistas, y legitimar la ilegitimable toma de posesión del candidato oficial.
Y después en 1989. Ninguna reforma constitucional durante esa Cámara de Diputados de 1988-1991, podía ser votada por el partido del gobierno, el PRI, porque no contaba por primera vez en 60 años con la mayoría calificada de las dos terceras partes requerida para la modificación a dicha Carta Magna.
Y nuevamente el Sr. Luis H. se rindió al compromiso a favor del régimen acudiendo a los pasillos del Auditorio de San Lázaro, para presionar a los diputados de su Partido a fin de que votaran favorablemente por el texto de la reforma política de la Constitución, redactado por el PRI, texto que ni siquiera había sido todavía hecho del conocimiento de los parlamentarios del PAN.
Y eso sucedió cuando de los diez puntos señalados por el Consejo Nacional del PAN, sin los cuales no debía aprobarse reforma alguna, sólo uno o dos figuraban en la propuesta del PRI. Así se empezó a hundir la verticalidad histórica y el apego a las tesis de 50 años en un partido que fue ejemplo de firmeza democrática y esperanza del nuevo horizonte ético de la patria mexicana.
Así fue como la oposición de ese partido se encadenó a sí misma, en las manos de un gobierno emanado del sistema presidencialista que se había perpetuado cada 6 años y sin que le importase arrostrar la condenación de la historia al traicionar la ideología, la ética y la historia del partido se hizo uno con el antiguo partido presidencialista, hasta alcanzar el poder anhelado con Vicente Fox el 2 de julio de 2000.
E-mail: jodeortiz@gmail.com

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