miércoles, 17 de febrero de 2010

No se repetirá

No se repetirá
Pedro Miguel La Jornada 16 de febrero de 2010

“Después de pensarlo bien, los esclavos decidieron pedir cinco pesos diarios y ocho horas de trabajo. El amo oyó la petición, tosió, escupió, se encogió de hombros y dijo: ‘sólo el gobierno puede resolver sobre este asunto’. El gobierno ha ordenado a los capitalistas que no paguen buenos salarios al trabajador mexicano, porque el bienestar dignifica y ennoblece al hombre, y un pueblo de hombres dignos no soporta tiranías. Se declaró la huelga. Nadie volvería a entrar a las minas a trabajar, ya que las familias de los trabajadores se pudrían en la miseria para que engordasen y gozasen de la vida las familias de los que no sudaban. Seis mil hombres dejaron caer la herramienta, animados por la esperanza de que arrepentidos los amos atenderían sus reclamaciones. Vana esperanza. Los amos armaron a sus lacayos y asesinaron al pueblo. El gobierno, por su parte, mandó soldados a que hicieran lo mismo, y cobarde y traidor, toleró que forajidos extranjeros violasen las leyes de neutralidad para ir a exterminar a los mineros mexicanos.”
Así contaba Ricardo Flores Magón, en la primavera de 1908, lo ocurrido en Cananea dos años antes. 104 años después, una dependencia bufa declara extinguida la relación laboral entre los obreros de la mina, otra vez en huelga, y los dueños actuales del yacimiento, y el secretario del Desempleo, Javier Lozano Alarcón de Larrea, les ladran a los trabajadores en preparación del desalojo violento, mientras su jefe nominal, Felipe Calderón, desempeña el papel de cónsul extranjero y arguye que la política antiobrera de su desastre llamado gobierno es para elevar la competitividad y atraer inversiones: los derechos laborales liquidados, para coquetear con los inversionistas extranjeros; millones de pobres y desempleados, para crear ambiente de negocios; 18 mil muertos, para impulsar la rentabilidad; autoritarismo torpe e insensibilidad extrema, para facilitar la venta del país y sus habitantes a las gulas financieras foráneas y locales.
Esas no dirán nada si, de paso, la familia política del propio Calderón se hincha las cuentas de banco con contratos hediondos del Instituto Mexicano de la Juventud, o si el secretario de Agricultura se concede a sí mismo y a sus parientes sumas millonarias con cargo al bolsillo de todos –perdón, de casi todos: aquí sólo pagan impuestos quienes no tienen las influencias ni el dinero para evadir el pago.
Pero la historia no gira en círculos y el baño de sangre en Cananea no se repetirá. Antes de erigirse en dictador, Porfirio Díaz fue héroe de guerra en la resistencia contra los franceses; ya encaramado en el poder, se mantenía al tanto de lo que ocurría en cada rincón del territorio nacional; sabía hacer política y sabía reprimir, tanto que el priísmo histórico (no la delincuencia organizada de hoy) le copió muchas de sus mañas; era la cabeza de una tiranía sólida que reinaba sobre la paz de los cementerios.
El contraste es implacable: antes de colarse a Los Pinos, Calderón despachaba de secretario de Energía, donde solapaba los chanchullos de su difunto amigo Mouriño; no tiene la menor idea de las artes (aunque sean malas) de gobernar; ha llevado a la nación a un baño de sangre sin dirección ni propósito, provocado por su propia chambonería (la ineptitud es la otra cara de la moneda de la arrogancia), y se ha fijado como misión imperecedera llevar a vender la máxima cantidad posible de pedazos de país a esa Lagunilla pirrura denominada bolsa de valores.
El contraste histórico es más pronunciado en la parte baja de la pirámide social. Si el porfiriato la tenía relativamente fácil ante una población cohibida, atomizada y aislada en sus partes, y mayoritariamente desconocedora de sus derechos, la sociedad mexicana actual, a pesar de la tele y de monseñor, no se chupa el dedo. Los juarenses no se arredran ante la nube de guaruras que rodea al ocupante de Los Pinos y le dicen sus verdades en la cara; los capitalinos optan por defender y expandir sus derechos, así sea a contrapelo de la persignada hipocresía gobernante; centenares de miles de mujeres y hombres de varias clases sociales e ideologías salen a las calles en defensa de un país subvertido, dislocado y depauperado desde el poder.
Puede ser que Calderón, Lozano, Larrea y compañía no tengan noción de aquel episodio, o tal vez la adquirieron en algún ojeo rápido de Selecciones, y piensen que aquello se puede repetir. Pero en el México de hoy, a diferencia de lo que ocurría en 1906, los mineros de Cananea –carne de nuestra carne, sangre de nuestra historia, basamento de derechos, de libertad y de independencia– no están solos.
navegaciones@yahoo.com http://navegaciones.blogspot.com
comentarios

juaristas
ebm
Ni Juárez fue tan bueno como lo pintan, ni Porfirio tan malo. Esa percepción solo demuestra la influencia de la educación priista y los mitos que crearon. Hay que leer, y no precisamente libros de la SEP. Se olvida mencionar que la huelga en Cananea es promovida por un líder sindical corrupto y embustero.
Se me olvido
Bolivar
¿y ese argumento tan contundente avala la masacre?... ¿Olvidar la historia por que no es al pie de la letra?.... pos que memoria la mia, se me olvida que todos somos humanos.
Con dudas
Gabriela
Aunque yo se que los politicos del partido que sea no saben nada de historia, no saben de derechos, no saben nada, solo saben robar, dejar al pueblo sin trabajo, acrecentar sus cuentas bancarias, fingir una preocupación que no sienten, ser hipocritas abnte las multitudes, para obtener beneficios de sus negocios con el narcotrafico, acaso les importan los muertos, si quienes los ponen son el mismo pueblo y ellos mientras mandan a sus hijos a europa bien custodiados para que vivan ajenos a todas su tropelias y cuando crezcan sigan sus pasos, pero no entienden que el pueblo se está cansando y vamos a llegar a un estallido social donde les exigiremos cuentas y no sabrán que hacer ni que decir y espero que no tardemos mucho en darles esa lección que no han querido aprender por las buenas.
Solidaridad
RM
Nuestras demandas contra la violencia en Chihuahua, plasmadas en las mantas, también rezan apoyo al SME y ahora añadimos a Cananea, pero esto no es suficiente. ¿Cómo podemos ayudar a Cananea?
En las manos ineptas.
Julio Carrillo
Escuche en el metro de la ciudad de México la conversación de dos estudiantes pasantes: Uno le decia al otro, despues del SME y Cananea, sigue el Sindicato de la UNAM. En una platica con mis amigos, uno decia, con la UNAM no podran, le dije: lo mismo pensaba yo con respecto al SME. ¿Podrán con todos?
NO siempre y cuando..
RFlores
Los Mexicanos que aun tienen un "modus vivendis", se den cuenta de que es solo cuestión de tiempo para que les llegue su hora y apliquen Medicina preventiva uniendose a todos los ya agraviados, solo así se podrá sacar a la miasma pútrida del poder, sentir al otro en carne propia es HUMANISMO.
No podran...
Gerardo
Efectivamente, no podran, esta historia aún no se deja de escribir...
Exelente artículo
EDUARDO

LA ESPERANZA
cristina aguirre beltrán
Don Pedro: Leer su artículo me reconfortó de la gran tristeza que me embargaba por lo sucedido con los jóvenes de Ciudad Juárez, sentía un gran dolor por pertenecer al mismo género humano que había acometido tamaña vileza, sin embargo, no es así, yo pertenezco a esos centenares de miles de mujeres y hombres que salimos a la calle a protestastar, tantas cuantas veces sea necesario, en contra de este gobierno inepto y cruel y ello me consuela un poco.¡Gracias don Pedro! Atte. Cristina Aguirre Beltrán
Felicitaciones
Karina Mendoza
Excelente artículo y excelente charla la de hoy en prepa 6, gracias.
Represion y abuso de poder
MK
Estoy totalmente de acuerdo con Ud. Pedro,Cananea no debe estar solo, es necesario la solidaridad de todos los mexicanos de buena conciencia para deterner esa embestida patronal, cobijada por el ser mas inepto, entreguista, espurio y de muchos etceteras, que ocupa la presidencia sin anuencia de la mayoria de los mexicanos y que por lo tanto hoy se ha dado a la tarea de pisoternos cínicamente, en complicidad con empresarios voraces y refugiado en las faldas del ejercito. Es necesario darle la espalda a este tipo y declararle nuestro desprecio, como lo hizo esa madre de familia en Juarez. Ya basta de tanta represión y saqueo de parte de quienes "nos representan". Debemos manifestarnos en todo el país, mediante marchas, internet, etc. no dejemos solos a nuestros hermanos trabajadores, porque las tiranías así se consolidan.

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