jueves, 8 de abril de 2010

Administrar el petróleo

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EL UNIVERSAL abrió ayer con nota de Noé Cruz Serrano acerca de la explotación de petróleo en aguas del Golfo de México, del lado estadounidense. Se trata de un asunto independiente de la decisión del presidente Obama de permitir la explotación de amplias zonas marinas, en el Atlántico, el Golfo, y en Alaska
 
Economía Informal Macario Schettino El Universal 6 de abril de 2010


La zona a la que se refiere la nota de ayer, como bien se explica ahí mismo, corresponde a yacimientos que no son trasfronterizos, pero en los que se abrirán a la explotación sí hay este tipo de mantos.

En consecuencia, la nota resulta pertinente como aviso de lo que ocurrirá en muy pocos meses, más que como explicación del caso específico al que se refiere. Para nosotros, debería ser un motivo de reflexión lo que pasa en Estados Unidos con este mercado petrolero, pero creo que una vez más no vamos a reflexionar en nada.
Estados Unidos y México tienen dos formas muy diferentes de enfocar el asunto de los recursos naturales. Allá, por ejemplo, cuidan mucho más sus parques naturales, pero tienen también muy serios problemas de contaminación. En muchas partes el agua no es potable por contaminación de metales pesados, aquí por bichos. Específicamente en el caso de recursos del subsuelo, tenemos una diferencia muy importante. En México, el subsuelo es de la nación desde 1917, en Estados Unidos no es así de manera general. Allá hay dueños privados del subsuelo, que pueden explotar o rentar los derechos para que otros exploten. Cuando el gobierno es el dueño, cobra regalías por ese derecho a las empresas petroleras, pero una cantidad muy diferente de la que el gobierno le cobra a Pemex en México. Lo más frecuente es que se cobre un sexto en la explotación en tierra y un octavo en la marítima. Nada que ver con los cinco sextos que se cobran aquí.
Aunque en México esta propiedad nacional del subsuelo existe desde la Constitución del 17, su puesta en vigor no fue nada sencilla, y es hasta 1938, con la nacionalización de la industria petrolera que el control del gobierno sobre minerales y petróleo queda perfectamente establecido. La visión nacionalista de la época, que reapareció en los setentas con las guerras de liberación nacional en muchas colonias, ha considerado siempre como una gran cosa este control del gobierno sobre esos recursos. En esa visión, la alternativa era ser explotados por los extranjeros. Y a su favor hay evidencia: la explotación minera durante la Colonia, o las compañías extranjeras durante el fin del siglo XIX, por ejemplo.
Lo que nunca queda muy claro es por qué a Estados Unidos no le pasó algo parecido, y por qué ellos optaron por un esquema tan libre, que visto desde nuestra experiencia parecería de gran debilidad. Sin embargo, no parece haberles ido muy mal con su elección.
Algo de lo que no nos acordamos nunca es que Estados Unidos es un gran productor de petróleo. Durante décadas, el mayor del mundo. Y aún hoy, cuando su producción ha venido cayendo de manera constante, sigue siendo uno de los países petroleros más importantes. El año pasado, por ejemplo, superaron 5 millones de barriles diarios, casi el doble que nosotros. Consumen mucho más, y por eso sus importaciones de petróleo son tan grandes, pero no son despreciables en la producción. De hecho, son el tercer país en el mundo, después de Arabia Saudita y Rusia.
Esto se debe, indudablemente, a condiciones naturales, pero también debe tener algo que ver la manera en como administran esas condiciones, me parece. Cuando nosotros decidimos nuestra forma de administrar, en 1917, producíamos 150 mil barriles diarios de petróleo, que era mucho para la época. De hecho, estábamos en nuestra primera bonanza petrolera, porque superamos los cien mil barriles diarios apenas el año anterior. No dudo que esto haya influido en el ánimo del Constituyente, aunque también tenían en mente a la minería, con mucha más historia. En cualquier caso, cuatro años después alcanzamos el máximo de producción, en 1921, y de ahí en adelante nos fuimos achicando.
En los tres años previos a la nacionalización, ya en el gobierno de Lázaro Cárdenas, México apenas producía 117 mil barriles diarios, mientras Estados Unidos promediaba 3 millones, 26 veces más que nosotros. Durante la década de los cuarenta, con la II Guerra de por medio, Estados Unidos incrementó su producción a 5 millones de barriles diarios, mientras nosotros prácticamente producíamos lo mismo: 127 mil. En esos años, Estados Unidos producía 35 veces más petróleo que nosotros.
México se volvió nuevamente un país importante en el mundo petrolero con el descubrimiento de la Sonda de Campeche, específicamente de Cantarell. Pero aún así, apenas nos acercamos a la mitad de la producción del país vecino. En suma, de 1920 a la fecha, la producción total de México ha sido de 37.4 millones de barriles, mientras que Estados Unidos ha producido 194.8 millones: cinco veces más. Y parece que les puede alcanzar todavía para un buen rato, porque aún sin contar las nuevas regiones que se han autorizado para explotar, los vecinos tienen el doble de reservas probadas que nosotros.
Son datos que me parece que pueden ser interesantes. Los vecinos, puesto que producen más, pueden cobrar menos a las empresas petroleras, y aún así recaudar la mitad de lo que nosotros recaudamos. Eso les ha permitido aprovechar mejor los recursos que tienen, que son mayores que los nuestros, sin duda. Pero no es sólo cosa de tener mucho o poco, sino también de saber usarlo. Ahora que si no le gusta el ejemplo de Estados Unidos, puede usar el de Noruega, o si de plano los capitalistas le molestan, asómese a Cuba. Lo que sí parece claro es que el nuestro, la verdad, no funciona.
Comentario
El análisis de la condición en que aprovechan los recursos petroleros "olvida" ciertos aspectos que son de suma importancia: el primero es que las economías de EEUU y México son completamente diferentes, mientras que una es la mas grande del mundo la otra es muy menor y dependiente, por esta misma razón los EEUU son de los mayores consumidores de energéticos, pero no solo eso compran petróleo no solo para complementar su consumo,  ellos inyectan al subsuelo parte de el petróleo que compran con lo que aumentan sus reservas.
El tema de seguridad y soberanía no aparece  y esto es importante debatirlo a la luz de la experiencia histórica que ha tenido el petróleo, en México la presencia de las trasnacionales petroleras ha sido ingerencista y de rebeldía por lo que no debemos olvidar que la expropiación petrolera nació como respuesta a esta actitud. Otras lecciones que podemos revisar son los sucesos de Irak, Afganistán y Bolivia estas nos darán idea del rumbo que deberemos seguir.
Estos y otros temas deberemos atender antes de decretar una apertura

Raul Alberto

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