jueves, 8 de abril de 2010

Justicia cantinflesca

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Los Grandes Días 
Manuel Mejido El Sol de Mexico OEM 6 de abril de 2010

Justicia cantinflesca

* Inconsistencias en el caso del homicidio de la niña Paulette

* Enredando la Procuraduría mexiquense encubre al culpable

* Los policías sólo esclarecen asesinatos cuando los presiona EU

Violencia, inseguridad, desempleo, hambre, miseria, carestía alimenticia, pérdida de poder adquisitivo, bajos salarios, injusticia, desgobierno, corrupción y el rezago educativo son los problemas que enfrenta el pueblo mexicano.

La manera en que se conducen las autoridades y gobernantes acrecenta la cultura del "sospechosismo" (como la llamó Santiago Creel cuando era secretario de Gobernación) y provocan la desconfianza popular.

El homicidio de la niña Paulette Gebara Farah exhibió, primero, la incompetencia de las policías para resolver cualquier crimen. Segundo, la posible complicidad de las autoridades para encubrir un caso que consternó a la sociedad. Tercero, la laxitud de las leyes para castigar y liberar imprudentemente a los presuntos culpables y, cuarto, la fuerza que adquirieron las redes sociales de internet, pese a la "satanización" gubernamental.

Resulta sospechoso que un grupo de peritos de la Procuraduría de Justicia del Estado de México haya visitado la casa de la familia Gebara Farah cinco días después de la desaparición de la menor, sin percatarse de que el cuerpo se encontraba debajo de un colchón.

También es cuestionable que, luego de más de cinco horas de que un grupo de expertos en homicidios hurgara el departamento, de rastrear los rincones con perros amaestrados y tras un apagón de tres horas en el municipio mexiquense de Huixquilucan, donde está la casa de Paullete, los investigadores de la Procuraduría hallaran el cuerpo de la menor aprisionado entre la base y el colchón de su cama.

Cantinflear es la mejor manera de confundir a la gente. Atorarse con su propia lengua les ocurre constantemente a las autoridades cuando tratan de ocultar alguna irregularidad o pretenden proteger a "una persona importante".

Si las corporaciones policíacas son ineptas para esclarecer un homicidio, son mucho peor cuando deben hablar y rendir cuentas a la sociedad que exige respuestas a tantas preguntas. Las contradicciones en que ha caído el procurador mexiquense, Alberto Bazbaz, son evidentes.

Hasta la fecha, poco o nada se sabe sobre las familias Gebara y Farah. La policía local no ha querido revelar detalles sobre las actividades ni fortuna de los padres o parientes de Paullete, porque el lugar donde viven y la vida que llevan no son de empleados de clase media, sino de prósperos empresarios.

La falta de compromiso de los legisladores para corregir los vacíos legales impide el inmediato excarcelamiento de presuntos delincuentes y el juicio de los involucrados.

Esta vez, el pueblo está molesto porque, a pesar de las pruebas que inculpan a Lisset Farah, madre de Paulette, en el homicidio de su hija, además de su esposo y las dos personas del servicio fueron liberados ayer, sin ser declarados inocentes ni culpables, gracias a que la ley así lo establece y la Procuraduría mexiquense fue incapaz de fincarles responsabilidades.

Si los papás y las nanas de la menor no eran culpables, ¿por qué la Procuraduría del Estado de México violó sus derechos y los detuvo durante una semana? O, si son culpables, ¿por qué los libera si existen evidencias de su responsabilidad en el asesinato de una menor?

El caso de Paulette y la atención que despertó en la sociedad fueron resultado de la difusión que tuvo en medios como Facebook, Twitter y Hi5, redes sociales que los gobiernos de la República y estatales tratan de satanizar.

Tres días después de la desaparición de la niña, cibernautas redactaron una carta que difundieron en diversos portales de internet, la cual conmovió a la población que propaló el caso y obligó a las autoridades a agilizar las investigaciones, porque de lo contrario el homicidio habría quedado en el anonimato, como ha ocurrido con la mayoría de los más de 19 mil 247 asesinatos ocurridos en el país entre el 1 de diciembre de 2006 y el pasado domingo.

Las autoridades tratan de censurarlos porque los advierten como "un peligro para los jóvenes". Pero se convirtieron en el mejor medio de difusión ante la desconfianza popular hacia los medios de comunicación, especialmente los electrónicos.

Es innegable que en México las autoridades esclarecen cualquier delito sólo cuando existe presión de la Casa Blanca, porque en Ciudad Juárez, donde se han registrado más de seis mil muertes de inocentes (sin que hasta la fecha se haya resuelto ni el 10 por ciento de los casos), en dos semanas la Policía Federal Preventiva y el Ejército lograron la detención del presunto asesino de tres parientes de funcionarios del consulado estadunidense que provocó la visita de Hillary Clinton, secretaria de Estado, y apresuró la próxima gira de Barack Obama a México.

El pueblo exige justicia, aunque los gobernantes, jueces y policías se vendan al mejor postor.

mejido@elsoldemexico.com.mx

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