domingo, 21 de marzo de 2010

Clinton y Obama hablarán aquí y los mexicanos sólo escucharán

Alto Poder 
Manuel Mejido El Sol de Mexico 20 de marzo de 2010

* Como en México, en Estados Unidos las policías no aprehenden "capos"

* Cada Gobierno es responsable de lo que ingresa por sus fronteras

* Clinton y Obama hablarán aquí y los mexicanos sólo escucharán


Ante la falta de resultados tangibles en la pírrica "guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico" los mexicanos perdieron el respeto a sus autoridades. Ahora, policías y militares se convirtieron en blanco de burlas y sarcasmos.

Entre el pueblo, el chiste que cuentan hasta en las primarias es: "¿en qué se parecen los cuerpos policiacos mexicanos a los estadunidenses? En que ninguno de los dos atrapa verdaderos mafiosos." Ambos fingen interés en erradicar el flagelo de las drogas pero sólo encarcelan a vendedores callejeros y consumidores.

¿Quién cree que en Estados Unidos no haya "capos" de narcotraficantes tratando de convencer al mayor número de los 125 millones de ciudadanos que probaron la mariguana, cocaína u otra droga en algún momento de su vida; disputándose a los 20 millones de adictos que hay en las calles gastando miles de dólares anuales o esperando la recaída de los 14 millones de desintoxicados que al año se recuperan en hospitales públicos, según cifras de la Organización Mundial para la Salud?

El FBI y la DEA nunca han reportado la aprehensión de ningún estadunidense involucrado en el tráfico de drogas o el desmantelamiento de algún cártel, ni decomisos de toneladas de estupefacientes en sus autopistas. Tampoco han detectado laboratorios clandestinos o detenido a prestanombres al servicio del crimen organizado. Hasta la fecha no se ha sabido que incauten millones de dólares producto del "lavado de dinero" en sus bancos.

Como en México, en Estados Unidos se destinan millones de dólares para campañas de prevención contra las adicciones o para el presupuesto de los organismos que deberían combatir el narcotráfico. Pero ese es dinero desperdiciado porque anualmente aumenta tanto el consumo como la producción interna (en su territorio también se cultiva la mariguana y se produce cocaína) y el tráfico de sustancias prohibidas.

Si acaso los agentes de la DEA encuentran a un negro, latino o asiático vendiendo o comprando drogas, son encarcelados y sentenciados a las penas máximas de cárcel. Pero los policías nunca investigan para quién trabajaba el narcomenudista o cómo llegaron esas sustancias a las calles.

* LA PAJA EN EL OJO AJENO

El fracaso de los cuerpos policiacos estadunidenses resulta evidente.

Cuando el presidente Barack Obama, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, o la de Seguridad Interna, Janet Napolitano, reprueban las acciones emprendidas por la administración calderonista en la guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico, se niegan a reconocer que sus cuerpos policiacos no han fracasado en ese combate porque ni siquiera les ha interesado iniciarlo.

Equivocadamente Washington responsabiliza a México del imparable tráfico de drogas en su territorio, así como Los Pinos culpan a la Casa Blanca por el ingreso de armas ilegales a suelo mexicano. Empero, cada uno es responsable de lo que entra por sus fronteras. Estados Unidos tiene que hacerse cargo de sus adictos y la administración calderonista de la violencia generalizada. Pero cada uno en su zona. Ningún mandatario tiene derecho de denostar el trabajo de su homólogo, porque ambos han fracasado.

La crítica de la Casa Blanca al trabajo de la fuerza pública mexicana es tan absurda como si Los Pinos se quejaran de que la Patrulla Fronteriza no ha detenido a los 18 millones de connacionales que ingresaron a su territorio ilegalmente en busca del sueño americano, en los últimos 10 años, cuando es labor de la administración calderonista generar fuentes de empleo bien remuneradas para evitar el éxodo por hambre.

El próximo martes, Hillary Clinton visitará México. Presentará la queja de su Gobierno por el asesinato de dos estadunidenses y un mexicano, parientes de dos empleados del Consulado estadunidense en Ciudad Juárez. También revisará los resultados de la Iniciativa Mérida, a la cual destinarán aproximadamente mil 600 millones de dólares entre 2008 y 2011, pero hasta la fecha no se ha alcanzado los objetivos propuestos.

Clinton será escuchada (porque ellos no hablarán) por los secretarios de Gobernación, Fernando Gómez Mont; de la Defensa Nacional, Guillermo Galván; de Marina, Francisco Saynez; de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Ernesto Cordero; de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y por el procurador General de la República, Arturo Chávez. Hillary dejará todo preparado para el próximo encuentro bilateral Obama-Calderón.

Mientras las autoridades estadunidenses exijan protección a sus ciudadanos y el resguardo de su frontera sur y los mexicanos se limiten a pedir más ayuda económica, el fracaso de los programas bilaterales resultará lógico.

* CALDERÓN PIERDE FUERZA Y PRESENCIA

Poco a poco el presidente Calderón pierde el apoyo de quienes aplaudían su pírrica "guerra" contra el narcotráfico y el crimen organizado.

El pueblo repudia la presencia militar en las calles y la falta de decisión del primer mandatario para acabar con la corrupción al interior de los cuerpos policiacos y con el manejo sospechoso de recursos públicos. La aceptación de los mexicanos hacia Felipe Calderón está en los peores niveles alcanzados por otro mandatario en su tercer año de Gobierno.

También en el extranjero pierde fuerza Calderón. Es evidente.

El lunes pasado, Hillary Clinton fue la primera funcionaria estadunidense en cuestionar la efectividad de los militares mexicanos en la lucha contra el narcotráfico. El miércoles le siguió la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, al asegurar que los soldados no han "ayudado en nada" y para el jueves, se sumaron los diarios Washington Post y el Wall Street Journal, así como el londinense Finantial Times, que reprobaron la política de seguridad pública del presidente Calderón, especialmente en Ciudad Juárez.

En su editorial, Wall Street escribió que "La ejecución de tres personas ligadas al Consulado de Estados Unidos en esta frontera confirma lo que los residentes ya sabían: la estrategia del presidente Felipe Calderón de enviar al Ejército a enfrentar a los narcotraficantes fracasó". Cuestionó su continuidad en el cargo e hizo especial énfasis en los casi 18 mil asesinatos ocurridos durante su sexenio.

Para reportar buenos resultados a su jefe, el procurador General de la República, Arturo Chávez Chávez, informó a Calderón una baja del 40 por ciento de muertes violentas en Ciudad Juárez. Pero, es tanta la presión de la Casa Blanca y del pueblo mexicano sobre el Presidente que rechazó esas "cifras alegres" y pidió públicamente a su colaborador rectificar los resultados.

Expertos criminalistas y asesores de seguridad nacional, afirman que regresar a los militares a sus cuarteles, en este momento, sería un peligro porque los cuerpos policiacos no sólo fueron rebasados por la delincuencia y no cuentan con ninguna simpatía ni apoyo popular.

La probabilidad de una discreta invasión estadunidense se advierte cada día más cercana, no sólo por la imparable violencia que se vive en toda la República, sino por la sumisión con que las autoridades nacionales acatan las órdenes y tienen miedo de poner en su lugar a los entrometidos de Washington.

* DE BUENAS, MALAS Y PEORES

Tras ser derrotado por César Duarte como candidato priísta a la gubernatura de Chihuahua, Héctor "El Teto" Murguía presionó a la cúpula tricolor para ser designado por unanimidad candidato a la presidencia municipal de Ciudad Juárez, cargo que muy pocos quieren ocupar en estos momentos. Lo que "El Teto" ignora son las encuestas que ubican al PRI en segundo lugar de la preferencia del voto, porque los electores están molestos con ese partido ante la falta de promesas cumplidas. De no perder "El Teto" en las urnas por la alcaldía de Juárez, quien resulte el mandatario estatal electo podría destituirlo por sus pésimos antecedentes y su mediocridad. *** Tras los sismos ocurridos en Haití y Chile, los mexicanos están preocupados ante la posibilidad de que un sismo como el de 1985 se repita. Los vecinos automovilistas que transitan por el segundo piso del Periférico de la Ciudad de México, pidieron a Miguel Moreno Brisuela, el encargado de la protección civil, que revisara las condiciones de ese distribuidor vial. Luego de una exhaustiva revisión, el funcionario presentó un reporte de ingeniería que garantiza la resistencia de esa estructura. A transitar tranquilo.

El siguiente es un comentario de Guillermo Freeman, de Puebla, que hizo llegar al correo electrónico de Alto Poder: "El 18 de marzo celebramos la expropiación petrolera sin la visión de lo que representa un patrimonio, que necesita ser desarrollado y estar protegido con el soporte científico y tecnológico. El nacionalismo exacerbado y el afán político sobrado de populismo, decretaron en 1938 una soberanía inexistente sobre los hidrocarburos en nuestro subsuelo. Estamos en el 2010 y se nos acaban los energéticos. Existe oro negro en el Golfo de México pero carecemos de la tecnología para extraer hidrocarburos en aguas profundas. Desde la expropiación hasta la fecha, hemos recurrido a la tecnología y maquinaria extranjera para descubrir y explotar el petróleo. Hace décadas que importamos gasolinas porque no se anticipó la construcción de más refinerías. En estos procesos, degeneramos en una economía sujeta a la venta y exportación de petróleo, que depende de la demanda y los precios internacionales. Me pregunto, ¿dónde quedó la tan sonada soberanía que se ha pregonado por tantas décadas? Necesitamos políticos productivos y no políticos partidistas."

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio

mejido@elsoldemexico.com.mx

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