lunes, 1 de marzo de 2010

La corrupción de César Nava en Pemex: Ana Lilia Pérez

La corrupción de César Nava en Pemex: Ana Lilia Pérez 
Jorge Santa Cruz Siempre 28 de febrero de 2010

La periodista Ana Lilia Pérez, quien en su momento destapó los casos de corrupción de Juan Camilo Mouriño con Petróleos Mexicanos, asegura, en Siempre!, que los 10 años de administración panista en la paraestatal han derivado en una corrupción, tolerada desde la misma Presidencia de la República.
La autora de un nuevo libro, titulado Camisas azules, manos negras. El saqueo de Pemex desde Los Pinos, asegura tener pruebas que involucran a personajes del gobierno foxista, como Marta Sahagún, los hermanos Bribiesca Sahagún y Juan Bueno Torio, así como del actual presidente nacional del PAN, César Nava.
Tenemos la impresión de que esta investigación es más completa que la que hizo cuando reveló los contratos ilegales de Juan Camilo Mouriño con Petróleos Mexicanos. ¿Es así?
En efecto, tú comentas que esta investigación es más completa que el Caso Juan Camilo, porque el Caso Mouriño —como se conoció públicamente— es parte, apenas una parte de esta investigación, de este libro, que publico bajo el sello Grijalbo, en el cual el maestro Granados Chapa hace el prólogo. El eje temático de la obra es la administración panista en Petróleos Mexicanos. Son 10 años del Partido Acción Nacional en el Ejecutivo federal y en el manejo de la principal empresa del Estado, que es Pemex.
Se documenta puntualmente la manera en que los panistas han administrado la principal empresa del Estado y el resultado es un gran nicho de corrupción; es el tráfico de influencias; son los negocios al amparo del poder que han hecho los hombres públicos.
¿De qué personajes estamos hablando aquí, además del fallecido Juan Camilo Mouriño? Estamos hablando de César Nava Vázquez, actual presidente del PAN. Estamos hablando del ex senador Jorge Nordhausen, quien fuera coordinador de Amigos de Fox, en el sur-sureste del país. Hablamos, también, del senador con licencia Juan Bueno Torio, quien en el sexenio pasado se desempeñara como director de Pemex Refinación. Hablamos, también, de Marta Sahagún y los hermanos Bribiesca, porque aquí se documenta la fuente de información que en su momento publicamos como investigación periodística, Miguel Badillo y tu servidora, donde se revela la injerencia que tenía Marta Sahagún en Petróleos Mexicanos, el manejo que se hacía en la paraestatal para beneficiar a las empresas para las que sus hijos operaban como gestores, particularmente una empresa naviera llamada Oceanografía, que es la principal arrendadora de barcos en la Sonda de Campeche. Se documenta también el porcentaje que tenían los hijos de Marta Sahagún en estos contratos y que, aquí, las fuentes directas de información son los propios directivos de Petróleos Mexicanos que desnudan la manera en la que Marta Sahagún influía en Pemex, para esta empresa en particular, donde sus hijos cobraban.
Se habla, también, en otra parte del libro, en la disputa que hubo —hasta los últimos días en vida— de Juan Camilo Mouriño y Jesús Reyes Heroles, como director de Petróleos Mexicanos. Se habla de esta disputa que había entre los dos por el control de la paraestatal y cómo Juan Camilo Mouriño, en cada ocasión, chantajeaba a Jesús Reyes Heroles con que le pediría al Presidente su despido, porque Juan Camilo Mouriño tenía un poder de operación en Petróleos Mexicanos, particularmente en el área que destina los donativos y las donaciones que hace Pemex en todo el país, que él, de acuerdo con las investigaciones que hice y, según fuentes de muy alto nivel, pretendía utilizar esta área como una caja chica, en su intento por convertirse en el sucesor de Felipe Calderón en la Presidencia de la República. 
Derroche 
¿Juan Camilo?
Un proyecto que abrazaba toda la familia y que el mismo Felipe Calderón lo dejó entrever en algún momento, al presentar a Juan Camilo Mouriño prácticamente como su alfil para la Presidencia de la República en el 2012, colocándolo para ello en un puesto estratégico, como era la Secretaría de Gobernación.
Uno de los casos —me parece— emblemáticos del libro es el de César Nava, en su paso como abogado general de Petróleos Mexicanos, que prácticamente su incursión en la función pública.
De 2001 a 2003… 
Así es. En este desempeño que tuvo César Nava Vázquez hubo un gran derroche en la oficina del Abogado General, que es como se designa al área donde están todos los abogados.
¿El jurídico?
El Jurídico de Pemex. César Nava Vázquez, a sus 28 años de edad se convirtió en el Abogado General más joven que ha tenido la petrolera, por el empuje que le dieron, entonces, otros panistas, como fue el entonces senador Diego Fernández de Cevallos, quien es el que lo impulsa a esta área. César Nava Vázquez, se documenta ampliamente en el libro, durante su desempeño como abogado de Pemex incurrió en un prevaricato, que es cuando se simula un juicio, en Pemex Petroquímica, donde se sacaron recursos para supuestamente un proyecto que promovía el suegro de César Nava Vázquez, en el ayuntamiento de Coatzacoalcos. Una obra denominada Túnel Subterráneo de Coatzacoalcos, que es un proyecto que tiene la intención de conectar las orillas del río Coatzacoalcos y es una obra que, originalmente, se planteó en 200 millones de pesos y, ahora, me parece que van más de dos mil millones de pesos invertidos en esa obra, que no concluye y que, además, el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, abrazó como uno de sus principales proyectos de gobierno.
Esto por la relación que ha habido entre Fidel Herrera y alguno de los abogados que han participado en este prevaricato, particularmente el abogado Antonio Macías, quien encabezaba la empresa que representaba al ayuntamiento de Coatzacoalcos, que es la entidad que presentó una demanda contra Petróleos Mexicanos, para requerirle el pago de impuestos. Un pago que no era procedente. Ellos reclamaron un pago de impuestos por las instalaciones de Pemex Petroquímica en este ayuntamiento, con el antecedente del cual tuvo conocimiento César Nava, de que el mismo gobierno de Veracruz había hecho una exención de impuestos. Es decir, no procedía el pago de impuestos. Sin embargo, el ayuntamiento de Coatzacoalcos demanda a Pemex este pago, se lleva mediante un juicio y los abogados a quienes César Nava designa para defender a Pemex —de acuerdo con una investigación que se hizo en la Contraloría Interna—, eran abogados que despachaban en oficinas donde también despachaban los abogados que demandaban a Pemex. Aquí es donde está este prevaricato. Es decir, quien demandaba a Pemex despachaba en la misma oficina que quien defendía a Pemex. Y eran abogados de César Nava. Y más allá de esta operación, que hicieron sus subalternos de defender a Pemex y hay un conflicto de interés y un prevaricato, César Nava autorizó estos pagos ilegales de los impuestos, cuando él tuvo en sus manos el documento de exención de impuestos. César Nava emite una serie de dictámenes donde plantea que es mejor negociar los pagos y saldar ese asunto, cuando su obligación sería llevar adelante un juicio. Pero César Nava decide negociar en el momento en que el alcalde de Coatzacoalcos anuncia que los recursos que Pemex pague van a ir a esa obra: a la obra que promovía en Veracruz el suegro de César Nava, el empresario Emilio Baños. 
Prevaricato 
¿Ahí se cerraba el círculo?
Así es.
¿Qué pruebas exhibe Ana Lilia Pérez en este libro Camisas azules, manos negras…? ¿Hay pruebas irrefutables para que quienes se sientan aludidos no tengan otra que reconocerlo?
Hubo una auditoría por la Contraloría Interna de Pemex Petroquímica y es esta área de auditoría la que descubre el prevaricato. Hay documentos que se integran algunos en el libro, todos se detallan, muy pocos se integran escaneados por cuestión de espacio, pero en el detalle de este asunto se documenta cómo los auditores que detectan el prevaricato en el que incurrió la oficina del Abogado General, presentaron sus reportes a sus jefes y como los secretarios de la Función Pública, Francisco Barrio Terrazas y —después— Eduardo Romero Ramos, que a ambos les toca revisar este caso, deciden darle el carácter de confidencial. Reservar esta auditoría como confidencial. Y no sólo eso. Además de prácticamente encapsular el asunto despiden, uno a uno, a los auditores que detectaron este ilícito. Los documentos existen. Los documentos no sólo fueron del conocimiento de los secretarios de la Función Pública. Algunos de los auditores enviaron estas auditorías a la Presidencia de la República y lo que ellos obtuvieron fue que sus jefes en la Secretaría de la Función Pública no sólo les dieron la espalda, sino los vetaron, prácticamente, para seguir ejerciendo el puesto de auditores. Y estas son pruebas que existen en la Función Pública. Son documentos de los cuales César Nava también tuvo conocimiento, pero aquí entra otra parte de esta historia, que es que quien era el jefe de estos auditores en Función Pública, se llama Rosendo Villarreal Dávila. 
Rosendo Villarreal Dávila es uno de los fundadores del Partido Acción Nacional en el estado de Coahuila. Es un político con amplia trayectoria. El fue alcalde de Saltillo y, después, se convirtió en senador. Cuando llega Francisco Barrio a la Secretaría de la Función Pública, entra Rosendo Villarreal dentro de este grupo y lo nombran Contralor de Contralores. Rosendo Villarreal es el funcionario que tiene la encomienda de cerrar el caso contra César Nava. A los pocos meses lo nombran Administrador General de Petróleos Mexicanos. Es decir, quien se encargaba de vigilar el desempeño de los funcionarios de Pemex y de otras entidades del gobierno, se convirtió en uno de los funcionarios de más alto nivel en Petróleos Mexicanos.
¿Gracias a la traición al erario público, a la nación mexicana?
Y aquí es muy claro el encubrimiento que dio a César Nava. Y no sólo eso: Rosendo Villarreal se convierte en uno de los operadores principales de César Nava en Petróleos Mexicanos, con su propia historia de tráfico de influencias. En el libro se exhiben contratos de franquicias de estaciones de gasolina y de transporte de hidrocarburos, que recibieron los hijos de Rosendo Villarreal siendo él administrador de Petróleos Mexicanos. La Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos prohíbe a los funcionarios tener cualquier relación como contratistas o prestadores de servicios en todas las áreas de gobierno. Y este impedimento es hasta una cuarta generación de parentesco. ¡Aquí eran los hijos! O sea, familiares directos del Administrador, quienes estaban obteniendo estos contratos.
Otro de los funcionarios que participaron en este prevaricato, Juan Agustín López Huesca, que era uno de los abogados de César Nava, se convirtió —precisamente— en el Director de Franquicias de Pemex Refinación.
¿Cuál es el principal aporte de este libro?
Cuando lean el libro, creo que este es un aporte, es lo que deja este libro. Entenderán por qué Petróleos Mexicanos ha caído dentro de su eficiencia como empresa paraestatal. Entenderán, también, el por qué de este afán de Felipe Calderón de abrir la empresa a la inversión privada en áreas que la Constitución reserva para el Estado y entenderán, también, por qué tenemos un país tan desigual. Entenderán cómo se hacen los negocios ilegales de altos vuelos y por qué la clase política, una cúpula de la clase política, sigue siendo la privilegiada en este país. Porque en este gobierno en particular, el de Felipe Calderón, lo que tenemos es a un grupo de empresarios (en su mayoría contratistas de Pemex o vinculados al sector energético) despachando en las principales dependencias del gobierno. Entenderán por qué es tan negativo que los funcionarios se desempeñen y su paso por la función pública se circunscriba —únicamente— a pensar en sus propios intereses. Entenderán cómo este espíritu de la función pública se ha perdido con las consecuencias que esto tiene para todo el país: tenemos servidores públicos haciendo negocios privados al amparo del poder. Entenderán que —como decía don Jesús Reyes Heroles, el papá— “en la política hay que aprender a lavarse las manos con agua sucia”. Este es un libro de muchas traiciones.

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