lunes, 1 de marzo de 2010

Pensiones

Pensiones
MIGUEL BARRAGÁN TORROELLA am.com.mx 28 de febrero de 2010


La aplicación del Impuesto sobre la Renta a los pensionados con ingresos mayores a nueve salarios mínimos, aplicado a partir del pasado enero por el Seguro Social, tiene todas las agravantes de un asalto pues ese impuesto ya se había pagado desde el momento en que el trabajador en activo percibía su salario. Dentro de las componendas, ahora descubiertas, entre el PRI y el PAN para que se aprobaran los incrementos al IVA y a las telecomunicaciones, a cambio de que en las próximas elecciones no hubiera alianzas (lo que finalmente no respetó el PAN), se incluyó una reforma al artículo 109 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, por lo que se incluyó a los pensionados.
La insensibilidad de estos políticos no tiene límite, pues ante la protesta de los afectados el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, trató de justificar la medida diciendo que también se le está aplicando a las pensiones de los ex presidentes. Sobre la herida la sal. No pueden compararse las pensiones de Salinas de Gortari, Echeverría, De la Madrid, Zedillo y Fox con la de un trabajador común que necesitó laborar más de 30 años para recibir un dinero modesto para su retiro.
Aparte de los elevados sueldos y prestaciones, sin tomar en cuenta la libertad para meter mano en las cuentas, ninguno de los ex se desempeñó más de seis años, como lo estipula la Constitución; así que se pensionan con el sueldo, más bonificaciones adicionales, por un periodo de tiempo que resulta brevísimo comparado con cualquier ciudadano.
Tal vez la única excepción sea Vicente Fox que ha incursionado en puestos políticos más tiempo: estuvo en la nómina oficial tres años como diputado federal, cuatro de gobernador pues dejó un encargado del despacho mientras viajaba al extranjero o andaba en campaña promoviéndose como candidato a la presidencia y los seis viviendo en Los Pinos. Seguirá beneficiándose del presupuesto mientras viva, mismo que heredará la señora Marta.
Ahora bien, hay que comprender a Hacienda: es tan pesada la carga de la alta burocracia, que por eso hasta se vio en la necesidad de quitarle dinero a los viejitos. Veamos lo que nos cuestan, y tan solo como un ejemplo (en todos los casos no se incluyen viáticos, chofer, gasolina, boletos de viaje, etc.):
Cada Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (son once) gana 350 mil pesos al mes y un bono trimestral por otros 350 mil. En total, cada ministro puede ganar hasta 7 millones de pesos al año.
El Presidente de la República gana 271,169 pesos al mes.
Cada Secretario de Estado recibe 228,559 pesos mensuales. Son diecinueve.
Los Diputados Federales reciben: 77,88 pesos como dieta, más 45,786 por Asistencia Legislativa, más 28,772 por Actividades de Gestión. Su percepción mensual llega a 152,446, agregándoseles un bono de fin de años de 103,850 pesos y un aguinaldo de 152,446 pesos.
Son 500 diputados que nos cuestan 91, 229.082.33 pesos mensuales.
Pero faltan los diputados locales: hay 31 Congresos y con los del DF suman 1,120 diputados que generan un gasto de 86, 390.080 pesos mensuales.
Y siguen los senadores que cobran 125,000 al mes. Son 123 que en conjunto nos cuestan 15, 625.000 pesos mensuales.
Finalmente están los gobernadores que tienen un sueldo promedio de 121, 129.00 pesos (Juan Manuel Oliva percibe un sueldo neto de 124,099.00 pesos al mes).
Por supuesto que no se menciona a los directores, subdirectores y demás funcionarios de las dependencias federales y estatales (como los Consejeros del IFE que perciben 179,051 pesos) pues el propósito no es desglosar el presupuesto de egresos, simplemente mostrar lo que tiene pagar el pueblo por funcionarios tan malos y tan caros.
Finalmente, ¿ya pagó su renta de celular? Se habrá dado cuenta que le aumentó el costo porque le aplicaron el 16 por ciento del IVA más el nuevo impuesto del 3 por ciento a las telecomunicaciones, lo que redondea un impuesto del 19 por ciento. Ni Alí Babá fue tan ingenioso.

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