miércoles, 17 de marzo de 2010

Los EU en Juárez

JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ a.m.com.mx 15 Marzo 2010

El asesinato, el sábado al mediodía de tres personas relacionadas con el Consulado General de Estados Unidos en Ciudad Juárez ha puesto en alerta no sólo al Gobierno federal sino también a las propias autoridades estadounidenses. “El presidente Barack Obama siente muchísimo y está indignado ante las noticias de los brutales asesinatos de tres personas vinculadas al Consulado General de Estados Unidos en Ciudad Juárez, México”, declaró ayer el vocero del Consejo de Seguridad Nacional, Mike Hammer, en un inusual comunicado de prensa por la mañana. Según los primeros reportes, el crimen se registró el sábado, a las 2:30 de la tarde en las calles de Francisco Villa y bulevar Bernardo Norzagaray, detrás de la Presidencia Municipal de Juárez.
Que el Presidente de Estados Unidos se diga indignado por el hecho es lógico, pero también es profundamente preocupante. No hay mayor información sobre los hechos, pero resulta evidente que se trata de una provocación que recuerda el caso de Enrique Camarena, aquel agente de la DEA, secuestrado y asesinado en hace casi exactamente 25 años en Guadalajara por Rafael Caro Quintero, cuya muerte desató un conflicto bilateral profundo que duró años. En este caso, a diferencia del de Camarena, no hay acusaciones del Gobierno estadounidense contra el mexicano, pero la tentación del Gobierno y sobre todo de varias agencias de seguridad estadounidenses de intervenir en lugares como Juárez debe estar a flor de piel. Y es una tentación justificada.
Apenas el jueves en la noche con el asesinato de seis de las personas que estaban en el velorio de un joven relacionado con una pandilla, que había sido asesinado a su vez 48 horas antes, la preocupación a ambos lados de la frontera había crecido. Esa noche, llegaron dos camionetas con unas 10 personas a bordo al lugar donde se velaban los restos del joven y comenzaron a disparar con cuernos de chivo, seis de las nueve personas que había en el velatorio murieron, cinco de ellas en la calle cuando intentaban escapar. Al día siguiente las propias autoridades estatales y municipales de Chihuahua y Ciudad Juárez, reconocieron que estaban investigando ese asesinato junto con sus pares de la DEA, entre otras razones porque las pandillas que operan en Juárez y El Paso están íntimamente relacionadas.
¿Cumplían alguna de esas labores las personas vinculadas con el consulado estadounidense que fueron asesinadas? No se ha informado, pero no es descabellado pensarlo. De todas formas, si no se toman medidas rápido y no se comienza a doblegar al crimen organizado en la frontera de Juárez (como en la de Tamaulipas) la presión e incluso la intervención estadounidense será inevitable, más temprano que tarde. La Casa Blanca, la encabece Barack Obama o George Bush, no puede tolerar que haya miles de muertos en su frontera común y que se asesine a empleados de sus consulados sin que pase nada. Buscarán intervenir y hacerlo en forma mucho más firme y constante. Así será en forma inevitable y cada vez más con mayor presencia.
Pero el Gobierno estadounidense también debe asumir responsabilidades, mucho se ha hablado ya del tráfico de armas y del lavado de dinero, pero mucho menos de la propia infiltración del crimen organizado en sus propias instituciones de seguridad. Esta misma semana, en una comparecencia ante comisiones del senado, un funcionario del Homeland Security, del área de aduanas y control de fronteras, aceptó que esa penetración ya se ha dado, que no tienen recursos para mantener estrictos controles internos sobre su personal y que tampoco cuentan con recursos humanos suficientes para emprender esa labor. No es una declaración menor: si la hubiera hecho el Gobierno mexicano sería de escándalo. Muchos pensarán que es una más de las estrategias de las agencias estadounidenses para poder hacerse con mayor presupuesto, pero eso es lo que está pasando: las autoridades de EU están, también siendo corrompidas y por eso se están dando los secuestros, extorsiones y asesinatos del otro lado de la frontera.
Y la zona Juárez-El Paso es una de las más sensibles para ello, por la presencia, como decíamos, de pandillas con un mismo origen y denominación, a ambos lados de la frontera. Pero regresemos al inicio: hubo tres muertos del consulado de EU en Juárez, ¿alguien cree que no pasará nada?

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