miércoles, 17 de marzo de 2010

Renautocracia

SERGIO SARMIENTO a.m.com.mx 15 Marzo 2010


Ensenada, B.C.- El Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil, el Renaut, es uno más de esos programas típicos que diseñan los burócratas y los políticos. No tiene posibilidades de cumplir con su supuesto objetivo, que es dar más seguridad a los mexicanos, pero sí genera gastos, molestias y pérdida de tiempo a la sociedad.
El Renaut parte de un diagnóstico equivocado: que para eliminar los secuestros o las extorsiones lo que se necesita es tener un registro con nombre y dirección de los 83 millones de teléfonos celulares que existen en el País.
La falta de inteligencia de los políticos y burócratas que pensaron en este sistema es realmente notable. ¿Quién va a suponer que un secuestrador o extorsionador utilizará un teléfono registrado a su nombre para cometer un delito? Pero, además, ¿quién piensa que esto impedirá que los criminales logren tener acceso a estos dispositivos y los utilicen para sus propósitos?
La ley establece que las armas de fuego en nuestro País deben estar registradas y aprobadas por la Secretaría de la Defensa Nacional. Señala, además, que algunas de alto poder sólo podrán ser utilizadas por el Ejército, ¿Ha impedido esto que los criminales obtengan armas de todo tipo, incluso las consideradas de uso exclusivo para las Fuerzas Armadas? Por supuesto que no. Basta ver el número de ejecuciones este fin de semana para entender que el registro burocrático no es una defensa adecuada contra el crimen.
Hay muchas formas de darle la vuelta a la supuesta seguridad que persigue el Renaut. Una de ellas es simplemente hacer registros falsos de los teléfonos, cosa relativamente fácil, como lo ha señalado una investigación del periódico Reforma. Pero otra mucho más sencilla es robar celulares conforme se vayan necesitando. ¿O piensa usted que una banda de delicuentes que secuestra y extorsiona no se atreverá a robarle el celular a un transeúnte para hacer una llamada telefónica de tres minutos?
Lo único que logrará el nuevo sistema es convertir en presuntos delincuentes a las personas que sufran el robo de sus teléfonos celulares. La autoridad ya tendrá a quien meter en la cárcel sin correr el riesgo de enfrentarse a criminales armados. El pobre ciudadano inocente cuyo teléfono sea robado y utilizado para estos propósitos se convertirá en el chivo expiatorio que necesita la Policía. Los ya de por sí saturados ministerios públicos harán perder a las víctimas horas enteras para reportar el robo de un celular ante el temor de que se les considere cómplices de delitos. Los secuestradores, por supuesto, no tendrán problemas.
El próximo 10 de abril vence el plazo establecido por el Renaut para el registro de los celulares en el País. Sabemos que aún faltan por darse de alta unos 45 millones de teléfonos. Es muy probable que haya una gran avalancha de registros en las últimas semanas. Así somos los mexicanos: dejamos las cosas para el último minuto. Pero el proceso de registro es complicado y al final es probable que millones de teléfonos sean desconectados dejando sin servicio a muchas personas, especialmente quienes tienen menor nivel económico y educativo y no han entendido las reglas para el registro.
Los políticos y los burócratas que diseñaron el sistema habrán logrado castigar a todos los usuarios de la telefonía por los pecados de unos cuantos criminales, pero también por la incapacidad de las autoridades para llevar a cabo una adecuada labor de Policía.
Siavecracia
Antes el cruce de la frontera de Estados Unidos a México se hacía en unos minutos. Gracias a un nuevo sistema de revisión del Gobierno mexicano, el Siave, este cruce puede llevarse varias horas. El resultado ha sido el desplome del número de personas que cruzan para consumir o vacacionar en México, sin disminuir la importación de armas a México. Otro triunfo más de los burócratas empeñados en empobrecer a los mexicanos.
www.sergiosarmiento.com

SERGIO SARMIENTO a.m.com.mx 15 Marzo 2010


Ensenada, B.C.- El Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil, el Renaut, es uno más de esos programas típicos que diseñan los burócratas y los políticos. No tiene posibilidades de cumplir con su supuesto objetivo, que es dar más seguridad a los mexicanos, pero sí genera gastos, molestias y pérdida de tiempo a la sociedad.
El Renaut parte de un diagnóstico equivocado: que para eliminar los secuestros o las extorsiones lo que se necesita es tener un registro con nombre y dirección de los 83 millones de teléfonos celulares que existen en el País.
La falta de inteligencia de los políticos y burócratas que pensaron en este sistema es realmente notable. ¿Quién va a suponer que un secuestrador o extorsionador utilizará un teléfono registrado a su nombre para cometer un delito? Pero, además, ¿quién piensa que esto impedirá que los criminales logren tener acceso a estos dispositivos y los utilicen para sus propósitos?
La ley establece que las armas de fuego en nuestro País deben estar registradas y aprobadas por la Secretaría de la Defensa Nacional. Señala, además, que algunas de alto poder sólo podrán ser utilizadas por el Ejército, ¿Ha impedido esto que los criminales obtengan armas de todo tipo, incluso las consideradas de uso exclusivo para las Fuerzas Armadas? Por supuesto que no. Basta ver el número de ejecuciones este fin de semana para entender que el registro burocrático no es una defensa adecuada contra el crimen.
Hay muchas formas de darle la vuelta a la supuesta seguridad que persigue el Renaut. Una de ellas es simplemente hacer registros falsos de los teléfonos, cosa relativamente fácil, como lo ha señalado una investigación del periódico Reforma. Pero otra mucho más sencilla es robar celulares conforme se vayan necesitando. ¿O piensa usted que una banda de delicuentes que secuestra y extorsiona no se atreverá a robarle el celular a un transeúnte para hacer una llamada telefónica de tres minutos?
Lo único que logrará el nuevo sistema es convertir en presuntos delincuentes a las personas que sufran el robo de sus teléfonos celulares. La autoridad ya tendrá a quien meter en la cárcel sin correr el riesgo de enfrentarse a criminales armados. El pobre ciudadano inocente cuyo teléfono sea robado y utilizado para estos propósitos se convertirá en el chivo expiatorio que necesita la Policía. Los ya de por sí saturados ministerios públicos harán perder a las víctimas horas enteras para reportar el robo de un celular ante el temor de que se les considere cómplices de delitos. Los secuestradores, por supuesto, no tendrán problemas.
El próximo 10 de abril vence el plazo establecido por el Renaut para el registro de los celulares en el País. Sabemos que aún faltan por darse de alta unos 45 millones de teléfonos. Es muy probable que haya una gran avalancha de registros en las últimas semanas. Así somos los mexicanos: dejamos las cosas para el último minuto. Pero el proceso de registro es complicado y al final es probable que millones de teléfonos sean desconectados dejando sin servicio a muchas personas, especialmente quienes tienen menor nivel económico y educativo y no han entendido las reglas para el registro.
Los políticos y los burócratas que diseñaron el sistema habrán logrado castigar a todos los usuarios de la telefonía por los pecados de unos cuantos criminales, pero también por la incapacidad de las autoridades para llevar a cabo una adecuada labor de Policía.
Siavecracia
Antes el cruce de la frontera de Estados Unidos a México se hacía en unos minutos. Gracias a un nuevo sistema de revisión del Gobierno mexicano, el Siave, este cruce puede llevarse varias horas. El resultado ha sido el desplome del número de personas que cruzan para consumir o vacacionar en México, sin disminuir la importación de armas a México. Otro triunfo más de los burócratas empeñados en empobrecer a los mexicanos.
www.sergiosarmiento.com

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