miércoles, 24 de marzo de 2010

Porqué no matar al “sicario”

Editorial de El Universal 23 de Marzo de 2010

La violencia en este país tiene hastiada a la población. Cada día imágenes de cuerpos torturados, mutilados, con el tiro de gracia. La sangre en las aceras nos ha vuelto resistentes a la indignación. En consecuencia, una mayoría, un tanto desesperada, ha recurrido a la consigna “que los maten a todos”. Con pensamiento ligero exige “justicia” inmediata, sin intermediación de leyes o principios humanitarios. Desconoce que abrir la puerta a la Ley del Talión es la mejor manera de asegurarle un futuro al crimen organizado.
Con demagogia, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) hizo de esta propuesta su lema de campaña. Una iniciativa poco meditada pero muy redituable entre las masas, aunque un breve ejercicio de racionalidad basta para desmontar la supuesta eficacia de esta forma de “justicia”.
Ojo por ojo y el mundo quedará ciego, dijo Gandhi. Es quizá esa ceguera la que lleva a los ciudadanos y ahora también a los medios de comunicación a mirar cada vez con menos atención las historias que en cualquier democracia del mundo serían señaladas, juzgadas y condenadas por todos. Es el caso de la ejecución de un presunto delincuente al parecer en manos de la policía estatal de Nuevo León.
Ayer fue atacado por sicarios un convoy donde viajaban los mandos policiacos del municipio de Santa Catarina. La Armada de México llegó en auxilio de los funcionarios y, como resultado, fueron capturados dos sujetos. De acuerdo con los testimonios disponibles, así como por las imágenes captadas, los marinos entregaron a los detenidos, en buen estado de salud, a la policía neoleonesa. Al día siguiente uno de ellos apareció tirado en otro municipio, muerto y con huellas de tortura.

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